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Lucha y sigue: los muchachos veronistas y la Llama de la ilusión

ANÁLISIS

A Mauro Verón no le llevó más de 10 segundos entrar y convertir, respondiendo a todos los que pedía por él. Cristian Llama lo liquidó sobre la hora y De Muner encontró respuestas en el banco de suplentes. San Martín ganó y la pelea hasta el final.

Foto: Club Atlético San Martín (@CASMOficial).





Los muchachos veronistas existen desde la primera hora, desde que Verón empezó a sonar después de romperla toda en La Liga, siendo campeón y goleador con Unión del Norte el año pasado. Primero estuvo a prueba, recomendado por el analista de video del cuerpo técnico.  

Verón llegó y fue convenciendo. De Muner lo vio demasiado flaquito, Verón se enfierró y se puso a disposición, siguió haciendo goles en La Liga pero con la del Santo.  

Mientras tanto, crecía el movimiento en las redes sociales: "¿Para cuándo Verón?", se preguntaban los muchachos veronistas que cada vez eran más y algunos ya militaban desde las tribunas: "Ponelo a Mauro", le gritaban al DT que hacía oído sordo.  

Una noche en Floresta, Verón entró y le cambió la cara al equipo con ganas y movilidad para conseguir un empate clave que hoy vale más que por aquel entonces.  

Esa militancia tímida cobró fuerza y hoy tocó su techo. Verón entró con el partido 0 a 0 y solo tardó lo que lleva trotar desde el medio hacia el área en mojar para destrabar un partido chivísimo que pintaba para el 0 a 0.  

Le quedó picando entre el punto de penal y el área chica y la sacudió de derecha. El grito nacional y popular estremeció la República de La Ciudadela que volvió cantar tras el silencio que antes había roto el DT.  

"Verón Verón qué grande sos", dicen ahora todos con el pecho inflado, pero están los veronistas de siempre que hoy tienen más razón que nunca.  

Pero nada había terminado y en el banco también estaba el otro gol, el que trae la tranquilidad para la que nunca es demasiado tarde. Es pelado, se llama Llama y enciende la Llama, la de la ilusión, o mejor dicho, la mantiene viva justo ahora, cuando más hacía falta.  

San Martín no jugó bien ni de lejos, y es mejor no hablar de ciertas cosas, dicen. De fútbol charlemos otros día porque hoy el Santo ganó con lo justo y con la Justicia Social del Nene criado en un pueblito de Burruyacú que quiere comerse al mundo y eligió Ciudadela para dar el gran salto en su carrera a la gloria.  

Faltan solo dos fechas, solo dos nomás y acá está el Pueblo Ciruja, vivo y feliz, ilusionado como siempre por que los grandes luchan hasta el final y, al fin y al cabo, esto es San Martín. Nos vemos el viernes en Jujuy. ¡Salud!