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El Monumental en la piel: "La cancha es el lugar al que siempre volvemos, donde somos felices"

25 DE MAYO Y CHILE

Rodrigo Aráoz era chico cuando vio un tatuaje que cubría una espalda completa con el escudo de Atlético Tucumán, y dijo “voy a tener uno así”. Hoy todos los que luce son bien Decanos, y si consigue tatuador, quiere hacerse otro hoy mismo, en el marco de los festejos por el Centenario del José Fierro.

El José Fierro es la espalda de Rodrigo. (Foto: Twitter @rodaraoz)





"Son 100 años... tantas generaciones, mi abuelo, mi papá, en el futuro mis hijos y esto va a seguir. No es que solo vamos a la cancha cuando hay partidos. Vamos dos o tres veces por semana, llegué a ir tres veces en un día. En este Centenario hay hasta una melancolía de tantos recuerdos, tantas historias". La esquina de 25 de Mayo y Chile no es una esquina más de todas las que hay en Tucumán para Rodrigo Aráoz. Es la esquina donde se emplaza el estadio José Fierro, la casa del Club Atlético Tucumán que hoy cumple 100 años y que tiene tatuada magnánimamente en su espalda.

"Son tantos recuerdos, tantas historias del Monumental. Hoy con El Deca Cultural vamos a la Laprida, pero pasé por todos los sectores de la cancha, salvo los palcos. La Laprida es una tribuna que se llenó de familias, donde nos conocemos todos hace mucho tiempo y somos siempre los mismos", le explica emocionado a eltucumano.com este sábado 21 de mayo cuando se cumplen los primeros 100 años de la inauguración del Grand Stadium, que marca su vida, su día a día, y va con él adónde va gracias a la obra de la tatuadora Cecilia Reinoso hace ya varios años.

Desde chico, Rodrigo soñaba con vivir cerca del José Fierro. Cuando juega El Deca y muchas veces cuando no juega El Deca también, se va desde Villa Alem por el parque 9 de Julio para esquivar el microcentro tucumano, hace una parada técnica en El Kiosko del Deca en la rotonda de avenida Sarmiento para acercarse al templo por la Laprida o por el pasaje Alonso de Mercado para ver de frente o de costado, dependiendo del caso, el templo de 25 de Mayo y Chile.

"Es muy lindo cuando llegás hasta la cancha, ves toda la gente y llegas y ves la entrada por el pasaje. Esta semana justo todavía no pude ir, así no pude las cosas que se han hecho para el Centenario, cómo quedó todo", confiesa tras narrar emocionado la rutina que cumpe religiosamente cuando juega El Gigante del Norte y mientras se prepara para estar presente hoy en los festejos.

Para Rodrigo, el acto religioso de ir a la cancha tiene una significación muy especial: "La cancha es una puesta a tierra, la vida es bastante dura: uno va a la cancha y se olvida de todo. Muchas familias arman su presupuesto para poder ir, juntando lo que tienen para estar, porque es el momento donde somos felices más allá de un resultado deportivo. Es el lugar al que siempre volvemos, donde uno es feliz y se olvida de los problemas".

"Voy a la cancha desde antes de tener un año, me llevaba mi viejo. Cuando era chico, allá en los '90, vi un tatuaje del escudo viejo, toda la espalda. 'Yo quiero un tatuaje así', pensé. A los 17 me hice mi primer tatuaje, las iniciales, el CAT. A los 18 empezó con el de la espalda, que fue en tres sesiones: en la primera todavía no estaba levantada la tribuna nueva, estaba el proyecto de cómo iba a quedar con el ascenso a Primera. Decidí hacerme la cancha vieja, sin plateas", relata sobre el momento en que decidió llevar el Monumental con él a todos lados.

"A veces algún hincha hasta me pidió sacarse una foto con el tatuaje, jaja. En el Mundial de Brasil, en Copacabana, un chileno me vio la espalda y me dijo que pensó que nunca iba a poder conocer un hincha de Atlético Tucumán en persona. Simpatizaba con El Deca por El Zurdo Aredes. Siempre el tatuaje me deja alguna historia, como cuando tengo que taparlo mucho cuando vamos de visitante infiltrados", afirma.

Bajo su tatuaje del José Fierro, lleva tatuada una fecha muy cara a los sentimientos de todos los Decanos: "15 de Septiembre Día Mundial del Hincha Decano. Luis Gerardo Caro Presidente", se lee. "Me tatué el mismo día de la Asamblea Extraordinaria donde quedó institucionalizado, fueron 10 años de lucha", recuerda.

Así como se tatuó tras aquella conquista, hoy quiere hacerse otro tatuaje. Hoy mismo, el día que El Monumental cumple 100 años: "Hoy quiero tatuarme una frase de la marcha de Atlético, que dice 'bajo el cielo del norte, los colores de gloria brillan para la historia sembrando la emoción...', pero espero tener tiempo. Ojalá en la Dkferia haya algún tatuador", augura mientras sigue tarareando la marcha Decana.

"Todos mis tatuajes son de Atlético, es una identidad. Solo me tatuaría de Atlético porque es mi identidad y lo llevo en la piel. Somos 3 o 4 los que tenemos tatuada la cancha, hay tatuajes nuevos del Deca que son increíbles, evolucionaron mucho los tatuajes", cierra entusiasmado con que llegue la hora de ir a su casa, al estadio que lleva tatuado en la piel, para festejar este Centenario con todo el Pueblo Decano y, si puede, seguir pintándose el cuerpo y el corazón de Celeste y Blanco.