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Demasiada paciencia, poco fútbol, algo de suerte y un empate que suma

análisis

San Martín se trae un punto que pudo haber perdido en la última jugada. Igualó sobre la hora de un primer tiempo que dominó, pero en el que no había pateado al arco. Aunque intentó en el segundo, siempre estuvo lejos del triunfo. En resumen se trajo algo de una cancha difícil.





Lento, cansino, anodino, timorato, con esa paciencia infinita que impacienta los hinchas, que exaspera a los que miran por TyC Play en celulares, en televisores, en monitores cualquieras. Así, juega San Martín en la pampa húmeda, en un pueblo de campo que de fútbol entiende poco y nada, pero que con una billetera gorda ha logrado entrar al mapa futbolístico nacional.

El comentarista invita a la siesta que no estás durmiendo solo porque juega el Santo. Ahí estas vos despierto, tenso, nervioso y los dormidos son los defensores que le miran el número a Blando que se escapa tras un simple pase hacia adelante, el resto es mérito de ese delantero que De Muner quiso y no pudo traer. Definición rápida que agarra a Sand saliendo. Chau. Que feo pinta esto. 

Después hay más de lo mismo: toqueteo que no rompe líneas, que no sorprende y que no llega a nada. Del otro lado, un equipo rocoso, duro, ordenado y compacto. El empate no está ni cerca, pero el fútbol es el fútbol y así como ellos no hicieron nada para ponerse en ventajas, San Martín no necesito llegar mucho para igualar. 

Se jugaban 46 del primer tiempo, cuando Sansotre no esperó más y la lanzó al área.  Miritello anticipó y peinó. Ese roce que no parecía llevar peligro, que pintaba para perderse por la línea de fondo, fue clave para desconcertar a los centrales que esta vez quedaron mal parados, y Sosa, más rápido que ninguno, apareció en el segundo palo para definir de cabeza y empatar. 

¿Empieza otro partido? No se tarda demasiado para que quede demostrado que el segundo tiempo va a ser muy parecido al primero. Es verdad que hay más ritmo en San Martín, más ímpetu, pero sigue habiendo más dominio que profundidad, muchos pases predecibles y poca sorpresa. 

Son dos los centros que caen al área y duelen. Los dos desde la izquierda, uno de Diarte para Jourdan y el otro de Sosa para Miritello. El primero cabecea muy mal, el segundo lo hace bien, pero se lo atajan. Las dos claritas, las únicas claras en todo el segundo tiempo y todo el partido.  

De ellos no hay nada de nada. Tienen dos delanteros picantes que van a todas, pero que juegan tan solos que no gravitan. Se cortan del resto del equipo, se sacrifican luchando una tras otra, pero hoy Lópes está firme en los cruces y les gana con lo justo. 

En el medio el mejor es Sosa, hoy goleador, movedizo, y peligroso. Con poco le alcanza para ser mejor que los demás: Larralde intenta pero cada partido está más impreciso; Herrera marca y da el primer pase, no está para otro cosa y cumple; Jourdan voluntarioso, pero sin desequilibrio, Bellone pasa desapercibido. Se extraña horrores a Tino. Qué se le va a hacer.

El partido se va, De Muner mueve el banco, entran Prokop, Celiz, Escalante, Cano y Quiroz. Salen Bellone, Larralde, Jourdan, Orellana y Herrera. Cinco cambios y nada cambia. Todo sigue igual. San Martín quiere, pero no puede. El empate es inalterable, parece escrito en el destino, no hay forma de cambiarlo. 

El punto tiene sabor a poco hasta que a los 48 del segundo tiempo, Escalante se enreda solo en mitad de cancha, la pierde y ellos sacan el primer ataque del complemento, la pelota cae en los pies Alejo Montero que se perfila, mira el ángulo, le apunta y dispara. Sand hace la estatua, es gol acá y en la China, pero no en Carlos Casares, porque ahí la pelota pega en el palo, camina la línea y sale ¡Qué susto, señores! 

Después de esa, el empate ya no sabe tan mal, y el punto cobra algo de valor. Al fin y al cabo se estaba perdiendo y se empató sin patear al arco, después no se hizo muy mucho para ganar y en la última casi se lo pierde. Ellos llevan nueve invictos y de locales acumulaban cinco victorias consecutivas, por algo será. Tal vez termine siendo un puntazo. 

Hoy fue una nueva demostración de que este equipo quiere ser protagonistas, pero a veces parece faltarle con qué. 

Ahora se viene Tristán Suárez, después fecha libre y apertura del libro de pases, tal vez ahí haya que buscar ese salto de jerarquía que puede estar faltando para inclinar algunos partidos definitivamente a favor. Mientras tanto, a esperar que Belgrano tropiece en Jujuy mañana.