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"Levantabas una piedra y salía uno de Atlético": a cuatro años de la invasión Decana a Mendoza

LA FIESTA DEL DECANO

Hace cuatro años, Atlético Tucumán disputaba una final inolvidable contra River. Mendoza se pintó de Celeste y Blanco la tarde que el Decano tucumano acarició la gloria eterna.

Invasión Decana en Mendoza. (Foto: Elías Correa)





Aquel sábado 9 de diciembre quedó marcado a fuego en la memoria de todos los Decanos. De todos los futboleros. Una verdadera marea Celeste y Blanca invadió Mendoza, copó las rutas, las calles, los bares, los hoteles, los boliches. Atlético Tucumán comandado por Ricardo Zielinski disputaba ante River la gran final de la Copa Argentina, y todo Mendoza se pintó con los colores del Viejo y Glorioso Decano de corazón sin igual. El estadio mundialista latió como nunca antes con el pogo tucumano al ritmo de Jijiji la tarde que el Pueblo Decano acarició la gloria.

"Estábamos en la cúspide", recuerda Fernando Gómez Omil, que partió la madrugada del viernes desde Tucumán rumbo a Mendoza con tres amigos, los mismos con los que alienta siempre al Deca en 25 de Mayo y Chile. "Se calcula que han ido alrededor de 20.000 personas, un récord de un equipo del interior que lleve tanta gente de visitante", afirma, antes de repasar que tras llegar al hotel salieron a matar la ansiedad en la noche mendocina.

"Lo lindo del viaje más allá de la final es que donde caminabas te cruzabas uno de Atlético, estaba lleno de tucumanos: levantabas una piedra y salía uno de Atlético. A la noche, medio boliche eran hinchas del Deca, hasta hubo un gran pogo Decano a la salida. Estaban todos machados, alterados, eufóricos, eran felices. querían pasar de largo a la final", sentencia.

La previa de la final fue única e inolvidable para todo el Pueblo Decano, y también para Fernando y los suyos: "¿Has visto el hotel en el que Charly se tiró a la pileta? En esa pileta hicimos la previa. Todos amigos Decanos de la vida. Tres horas antes del partido llegamos a la cancha totalmente ilusionados, emocionados...".

Los hinchas no se olvidan la emocionan que sintieron al ver en el arco al Oso Sánchez, al Bebe Acosta poniendo siempre el pecho y jugando esa tarde de lateral derecho, con Yonathan Cabral y el uruguayo Rafa García en la rocosa zaga del Ruso, con Cristian Villagra que dejaba la piel en el lateral izquierdo.

En el medio listo para dar batalla estaba Rodrigo Aliendro, ¡qué hombre!, Compartía la mitad de cancha con Francisco Grahl. El fútbol por las bandas lo ponían El Rey David Barbona y Gervasio Nuñez, y arriba dos cracks: un ídolo como Luis Miguel El Pulga Rodríguez y el elegante Favio Álvarez.

Scocco puso en ventaja a lo de Marcelo Gallardo cuando a la salida de un córner conectó habilitado de cabeza, pero rápidamente igualó Luis Miguel Rodríguez al definir de zurda y con mucha clase en el corazón del área. En el inicio del complemento, la bomba de Nacho Fernández selló el resultado final y estampó la ilusión Decana. El equipo del Ruso buscó y buscó, pero no encontró el empate.

"Lo disfruté una banda al partido. El pogo antes, el show, todo. Ya en el partido, sentí que lo podíamos ganar. Si lo hemos empatado al toque, ¿por qué no lo vamos a ganar? Hubo un cabezazo de Favio Álvarez al final, lo tuvimos ahí", se acuerda, se emociona y se lamenta de nuevo. "A la vuelta nos perdimos en la ruta y volvimos por el Valle de la Luna por San Juan", confiesa. Poco importaba después de tamaño dolor.

Fernando y sus amigos en plena previa antes de la final en Mendoza.


Elías Correa y sus amigos sintieron el dolor en la antesala del partido, en pleno viaje a Mendoza y cuando eran parte de la marea Decana que invadía Cuyo: "Nos juntamos con unos amigos con los que siempre vamos a la cancha y partidos a Mendoza. En pleno viaje, en La Rioja, nos agarró un granizo en el medio de la ruta, sin un lugar dónde refugiarnos. Ahí nomás Ale, el dueño del auto que encima era nuevito, sacrificaron una bandera y la mandaron arriba del auto haciendo como una carpa para que no castiguen tanto las piedras".

"Pasó el granizo y seguimos. Cuando llegamos a Mendoza temprano veíamos a todos los hinchas copando la ciudad: era algo único ver tanta gente de Celeste y Blanco con toda la buena onda. Hasta gente de Mendoza nos deseaban lo mejor", jura, a cuatro años de aquella tarde inolvidable. "Cuando por fin nos bajamos del auto vimos a toda la gente del Deca re eufórica, cantando y gritando, ibas camino a la cancha y te cruzabas con cada vez más grupos de hinchas del Deca, todos cantando canciones del Deca por todo Mendoza".

Elías sostiene que "por más que no se dio, fue un viaje muy lindo, hermoso, algo que nunca me voy a olvidar". Pero tuvo además un sabor especial para él, que es uno de los mejores fotógrafos del Deca y cuyas postales en El Monumental explotan en los celulares de todos los Decanos. Su cámara no podía faltar en aquella final en Mendoza: "Yo como fotógrafo agradezco poder haber viajado y capturado cada momento único en los hinchas y también compartir la misma pasión", confiesa. El reel en su Instagram refleja toda la pasión Decana y todavía hoy los hinchas van allí a buscarse, a encontrarse, a volver a emocionarse y a ilusionarse con alcanzar la gloria que estuvo tan cerca.




El recuerdo del Pueblo Decano en las redes


Lo mejor de aquella final inolvidable