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El sello del Cholo y la sangre en el ojo

ANÁLISIS DECANO

Atlético se llevaba un triunfazo de La Plata, pero se lo empataron al final. La impronta de Guiñazú se dejó ver desde el estreno y hay motivos para ilusionarse.

El Cholo tuvo su estreno en el banco Decano. (Foto: fotobaires)





¡Qué bronca, hermano! Era un triunfazo, un debut casi soñado para El Cholo Guiñazú ante un rival pillo y ventajero, con un deté mañero que tan bien conocemos por estos lares. Fue un conocido como Leandro Díaz, justo Leandro, el que lo empató sobre la hora y opacó el estreno del nuevo técnico de Atlético Tucumán. El gol tempranero le permitió al equipo asentarse y mostrar (tras apenas dos entrenamientos) algunas credenciales, destellos del estilo que se espera imponga el pelado, que la verdad está para ponerse los cortos y entrar a jugar.

El gol en contra desde el vestuario llegó casi de casualidad, pero hay que buscarlo porque solo no llega. Atlético no salió a defenderse en 1 y 57 y encontró rápidamente la ventaja porque salió a pelear el partido en la mitad de cancha y más allá. Con el resultado a favor, se dejó ver la impronta del Cholo repitiendo la formación que presentó  Martín Anastacio ante Argentinos Juniors: salida de abajo, juego asociado y paciencia para esperar el momento para presionar alto y poner mucha gente en campo contrario, con delanteros y volantes que pisan el área como flechas.

Leonardo Heredia demostró que puede ser muy importante en esta nueva etapa: el 10 se recostó por izquierda para ser el famoso cuarto volante cuando Atlético cedió la pelota y jugó suelto como enganche clásico cuando la tenían los Decanos, inquieto para asociarse y hacer jugar a todos. Si Pupa está enchufado y rompe las defensas rivales cada vez que tiene espacios, El Cholo tendrá un asistidor punzante para abastecer a sus delanteros.

El que se destacó en el mediocampo Decano fue El Bebe Acosta: el gran 8 Decano se movió como mediocampista interior a la derecha del batallador Erbes, se soltó para liderar la presión y ser el motor que necesita Atlético. Fue esta pareja de mediocampistas los que aportaron esa intensidad que caracterizaba al Cholo, que tuvo en ellos a sus mejores intérpretes en la cancha.

Con espacios, Atlético generó mucho peligro y tuvo la posibilidad de estirar la ventaja en los pies de Ruiz Rodríguez y Campos (además de las chances claras claras de las que lo privaron algunos fallos arbitrales inentendibles). Cuando Estudiantes se le vino encima a base de centros con los pies y las manos, respondió siempre El Viejo Lucchetti, el que como El Cholo no envejece.

Con muy pocos días de trabajo encima, Atlético mostró el sello del Cholo: la mano del entrenador se notó en la presión, la intensidad, la voluntad para ir a buscar más y la determinación para pelear cada pelota. Faltó el gol, quizás la gran carencia del zurdo en sus días de jugador, aunque por Córdoba todavía están gritando aquella bomba que significó un histórico ascenso.

La ley del ex es inexpugnable. Es mucho más potente que aquel axioma del fútbol que reza 'técnico que debuta, gana'. No pudo ser, Cholo. No hubo Decano que no pensó que Díaz iba a hacer un gol cuando lo vio entrar, y así pasó. Por eso Atlético se vuelve de La Plata con la sangre en el ojo, porque fue a proponer y a jugar y luchó como prometió su técnico ,y se quedó finalmente con un empate con gusto a poco.

Buen debut del Cholo, y ya hay hinchas con ganas de subirse a La Choloneta. 'Si su equipo juega como él jugaba, vamos a andar bien' chapeaba un viejo Decano en la previa, y tiene razón. Por momentos, el equipo jugó y luchó como lo hacía el zurdo todoterreno, con apenas algunas horas de vuelo encima. Con más trabajo, seguro podrá imprimirle su impronta a un plantel que venía golpeado y hoy mostró algunas cosas interesantes. Pasamos muy malos momentos, los buenos ya van a venir, Decanos. Ya llegarán los tiempos para disfrutar fernet en mano como El Cholo.