Mucho tiki tiki y poco Taca Taca: si San Martín no la mete, no asciende
Los delanteros de Ciudadela están con la pólvora mojada y el equipo solo anotó un gol en los últimos cuatro partidos aun habiendo contado con decenas de situaciones claras. ¿Se puede ascender errando tanto? ¿Cuánto aportaron los atacantes de las campañas de los ascensos anteriores? Estadísticas reveladoras.

Se cerró una nueva fecha de la Primera Nacional y San Martín se mantiene en puestos de clasificación al reducido por el primer ascenso, aunque con la cima un poco más lejos ya que el Almirante Brown volvió a ganar, en tanto que el Santo no pudo hacer lo mismo en Santiago.
De los últimos cinco partidos los de Ciudadela solo han conseguir un triunfo y dos empates, obteniendo cinco de los últimos 15 puntos en juego. Los que contrasta demasiado con las nueve victorias y dos empates con los que había comenzado la Era De Muner.
El entrenador prefirió no calificarlo como un bache e hizo hincapié en que el rendimiento del equipo no ha manguado, algo que en cierto punto es real, teniendo en cuenta que salvo algún pasaje con Quilmes y otro contra Estudiantes, San Martín ha sido superior a todos rivales aunque no haya podido vencerlos.
Entonces surge la pregunta: ¿Por qué los de Ciudadela no logran ganar, si juegan mejor que sus contrincantes? La respuesta es sencilla: porque no mete goles. Y en el fútbol se puede prescindir de todo menos de los goles, si lo que se pretende es ganar.
En este diario hemos destacado en repetidas ocasiones las virtudes defensivas que ha mostrado San Martín desde la llegada del cuerpo técnico actual y los números hablan por sí solos: ha mantenido la valla invicta en nueve de los 13 partidos disputados y es el equipo al que menos le han convertido en toda la categoría. Pero ahora es tiempo de analizar la otra cara de la moneda que vuelve a manifestarse y que a esta altura es motivo de preocupación: la falta de contundencia.
Solo dos goles en los últimos cinco partidos muestran que a este equipo no le sobran cualidades ofensivas lo que hace caer en saco roto muchas de sus capacidades para manejar los encuentros y superar a los rivales.
De hecho, en los últimos tres compromisos, y sumando el primer tiempo con Tigre y el segundo con Quilmes, los de Ciudadela monopolizaron la tenencia del balón y merodearon el otro arco durante casi todo el tiempo de juego, sin embargo, solo un gol agónico y fuera de contexto de Nicolás Moreno ante el Cervecero, y un golazo de Leandro Vella han sido los únicos festejos en este último tramo del campeonato.
Un informe presentado el martes por el en programa radial Deportivo 12, se desprenden algunos números que son alarmantes: Los de Ciudadela han generado 33 situaciones de goles en los últimos cuatro encuentros, 10 contra Tigre, nueve contra Alvarado, siete contra Estudiantes y seis contra Mitre de Santiago. Solo una terminó en gol.
Los que más chaces tuvieron fueron Vella que falló ocho y marcó una; Estigarribia también con nueve y Cano que desperdició tres ingresando desde el banco. Además, en la nómina de erradores aparecen Lucas González, Ariel Cháves y Daniel González, entre otros.
Es cierto que muchas fueron ocasiones de gol claras, pero goles errados, es decir, en este listado, también se contabilizan tiros de larga distancia que dieron en el travesaño, como el Vella contra Alvarado o el de Cháves contra Estudiantes. Ambas son ocasiones que estuvieron a punto de ser anotaciones, pero no suponen un yerro.
Más allá de este último tramo del torneo, San Martín ha anotado realmente pocos goles: con un promedio general de solo una anotación por partido, es el que menos convirtió de los primeros ocho equipos de la tabla.
Si restringimos el análisis al específicamente a los delanteros el resultado es más preocupante: Estigarribia, titular en todos los encuentros (20), solo hizo cinco goles lo que da un promedio de 0,25. A esto hay que sumarle dos goles de Lucas González, uno más en contra que de él; dos de Lucas Cano; y uno de Nicolás Morenos, todos ingresando desde el banco; además de un de Gonzalo Rodríguez que ya no está en el equipo. La delantera completa, titulares y suplentes, ha marcado en 11 ocasiones en 20 fechas, repartidos entre cinco futbolistas. El promedio es de 0.55 goles de la delantera por equipo.
La pregunta es ¿Con estos números se puede ascender? La respuesta la tendremos en unos meses, pero en principio podemos decir que está peleando arriba, pero que ha perdido terreno desde que se mojó la pólvora de los de arriba.
Mientras tanto podemos comparar los números actuales con los de otras campañas que terminaron con final feliz: San Martín ascendió cuatro veces a la máxima categoría. Obviando el primer ascenso que se dio en circunstancias muy particulares, podemos decir que en los otras tres hubo más de un goleador importante, en el plantel.
Empecemos, en el 92, el Santo tuvo dos técnicos: Jorge Ginarte y Nelson Chabay, y si bien el esquema de juego fue variando, hubo tres delanteros que jugaron la gran mayoría de los partidos: El Tero Di Carlos, Jorge López y Luis Solbes fueron los tres máximos artilleros con 14, 11 y 10 respectivamente. A ellos se sumaron los importantes aportes que tuvieron Juan Minotto (4) y Adrián Pasceri (3) con algunos ingresos esporádicos. En total, los atacantes se rapartieron 42 de los 65 tantos del equipo, anotados en 50 juegos. El promedio de gol del ataque fe de 0,8 por partido, es decir que en más del 80% de los partidos hubo un aporte de los delanteros al goleo del equipo.
Algo muy similar pasa con el equipo que fue campeón en el 2008 dirigido por Carlos Roldán. En ese torneo, San Martín anotó 47 veces: 11 fueron de Mariano Campodónico, otras 11 del Ratón Ibáñez, seis de JJ Moráles, mientras que el paraguayo Acosta Cabrera anotó dos en los pocos minutos en los que llegó a jugar. 30 tantos de los delanteros en 38 partidos, promedian un 0,78. Cifra muy similar a la de la campaña 92, pero en este caso hay que agregarle una importante cuota goleadora de un defensor, Luciano Krikorian que hizo cinco que ayudaron a sumar puntos importantes. Este aporte de un defensor goleador es algo de lo que también carece el equipo actual, ninguno de los de abajo ha logrado anotar todavía.
En el último ascenso, el del 2018, la gran figura fue el Taca Bieler que con 16 tantos lideró la tabla de goleadores, le siguieron desde lejos Gonzalo Rodríguez con cinco, el Pampu González con cuatro y el Paqui Costa con dos. Fueron 27 goles de los delanteros en 30 partidos, convirtiéndose en la delantera más letal de la historia de San Martín en esta categoría, promediando con la cantidad de encuentros: 0,9, casi un gol por partido. Está claro que el que subió la vara fue Bieler que todavía sigue vigente, como segundo goleador de esta temporada con 10 tantos, el doble de los que tiene Estigarribia.
En definitiva, el aporte de la delantera actual al goleo del equipo está muy por debajo del promedio de las delanteras anteriores que ascendieron, lo que hace suponer que deberán afinar la mira y encenderse de nuevo porque si no será difícil pelear arriba.
En este sentido, también es importante recordar que tanto Bieler como Campodónico despertaron en la segunda mitad de la temporada, por lo que no se debería perder las esperanzas de que esto suceda ahora.
Además, como ya analizamos las situaciones están, el equipo sabe defender primero, manejar la pelota después y ponerse frente al otro arco, pero por ahora le cuesta concretar. Afinando eso, no hay dudas de que sobran motivos para ilusionarse. El Tiki Tiki está, falta lo otro.