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Cero Pulgas y mala pata: Atlético empezó a perder el partido mucho antes de jugarlo

ANÁLISIS DECANO

El Gigante del Norte no hizo pie en el Sur de Buenos Aires. Atlético siempre corrió, pero corrió de atrás y vuelve a Tucumán con las manos vacías tras un encuentro cargado de emociones hasta el final. El Decano deberá parar la pelota y barajar de nuevo, porque al partido lo empezó a perder mucho antes del minuto 0.

Ramiro Carrera, por el aire. El Decano no hizo pie en Lanús. (Foto: Twitter @fortalezagrana)





El reloj marca 9' del segundo tiempo y Atlético Tucumán pierde 3 - 1 ante Lanús en el Sur de Buenos Aires. Omar De Felippe manda a la cancha a Ciro Rius por Leonardo Heredia, que había puesto el empate transitorio en el primer tiempo, pero se lesionó y debió ser reemplazado. Hace apenas cuatro días que el extremo derecho de 32 años arribó a Tucumán y probablemente ni siquiera sabe todavía el nombre de todos sus compañeros.


Fue largo el otoño para el Pueblo Decano. La goleada ante Defensa y Justicia no pudo disfrutarse, ya que ese día se esfumaban las chances de clasificar a Cuartos de Final de la Copa Liga Profesional e iniciaba de forma prematura el largo receso. Meses y meses soñando con la vuelta del fútbol y la vuelta del ídolo con la 7 en la espalda como bandera de los pibes que hoy salieron a dar la cara sin el as de espadas, ni el 7 de espadas, ni un 3 para ganar la primera mano o puntos para el envido. Los hinchas Decanos sienten que tienen menos que el torneo pasado y el primer resultado y más que nada el rendimiento del equipo les otorga la razón.


En el fútbol puede pasar cualquier cosa, pero Atlético Tucumán comenzó a perder el partido ante Lanús mucho antes de empezar a jugarlo. Como Rius, Yonathan Cabral estuvo entre los concentrados sin siquiera haber pisado Tucumán, mientras que Cristian Menéndez ni siquiera pudo todavía subirse al avión para volver a 25 de Mayo y Chile. La novela de Luis Miguel Rodríguez consumió muchas energías y la dirigencia Decana salió muy mal parada del mercado de pases. 


Además, Atlético no llegó bien al partido contra Lanús: sin el goleador Augusto Lotti y Junior Benítez, ausentes por Covid, ni los lesionados Guillermo Acosta, Kevin Isa Luna, Mauro Osores e Ignacio Maestro Puch. A ello se suma que varios titulares como Gabriel Risso Patrón y Ramiro Carrera se perdieron casi toda la pretemporada porque dieron positivo de Coronavirus antes de subirse al avión a Buenos Aires, donde El Decano perdió casi todos sus amistoso.


Entre (no) refuerzos, lesionados y Coronavirus, El Viejo y Glorioso Decano salió a la cancha de Lanús con lo puesto, con jugadores incómodos, fuera de su posición, recién llegados y jóvenes que transitan sus primeras horas en Primera y merecen otro respaldo.


Cero Pulgas. Cristian Erbes y Abel Bustos no pudieron hacer pie en todo el partido. Corrieron siempre de atrás a los mediocampistas del Grana, mucho más frescos y seguros con la pelota. El doble 5 Decano no pudo imponerse, se cargó de foules y jamás manejó los tiempos del partido. Estuvieron siempre fastidiosos y terminaron siendo reemplazados. Sin brillar, El Gordo Mussis aportó fútbol y empujó al equipo para adelante en el complemento.


Mucho viento en contra tuvo El Gigante del Norte en el Sur de Buenos Aires. Imposible jugar así, con tantas adversidades y un viento que ni siquiera permitió patear en condiciones normales el penal que la mano extendida de Vergini le regaló al local. Pero el viento no fue el único enemigo ni responsable de la anemia de fútbol de los de El Soldado. Mientras Atlético no tenía un 9 en cancha, Lanús tuvo al eterno Pepe Sand, que le ganó con creces el duelo de viejos sabios al Laucha Lucchetti, que encima salió mal y le cabecearon en el área chica en el segundo gol granate.


Mala pata. Leonardo Heredia parece ser el falso 9 del que hablaba Guardiola más que el 10 que se carga el equipo al hombro. Participa poco del juego, parece inconexo de sus compañeros y hasta flota en la cancha. Todo esto cambia cuando la pelota le llega limpia (casi nunca) y muestra toda su magia, o cuando pisa el área con ferocidad para romperle el arco a Acosta y estampar de zurda el 1-1, como cuando le hizo goles a todos los grandes. Cuando El Decano levantó y empujó con más ganas que fútbol, porque al menos ganas no le faltaron a este equipo, el 10 se lesionó y debió ser sustituido por Rius, que como ya dijimos todavía no conoce a sus compañeros.


Después del descuento (casi de casualidad) en el segundo tiempo se vio lo mejor del equipo: nulo fútbol, pero decisión para atacar y buscar el empate que hubiera tenido sabor a victoria ante tantas complejidades antes y durante el partido. El empuje no alcanzó, pero Atlético supo ‘ponerse en partido' impulsado por los errores del arquero local y su enjundia y amor propio. Eso es quizás lo único rescatable hoy para los de 25 de Mayo y Chile: con vergüenza deportiva, vendieron cara la derrota y disfrazaron un rendimiento chato de un partido atractivo, con muchos goles y emociones hasta el final.


Las incansables corridas de Lagos por derecha generan mucho peligro, pero un carrilero que va y va en soledad no alcanza: cuando desbordó, nadie conectó y Atlético extraño mucho a Lotti. Ya sin Javier Toledo, jugar largo a la segunda jugada dejará de ser una opción recurrente. Carrera se movió insistente por todo el frente de ataque, pero necesita de sus compañeros para que todo lo que insinúa se convierta en peligro. Ramiro Ruiz Rodríguez demostró que se luce más con espacios que jugando de espaldas, y Risso Patrón deberá atacar con mayor determinación y mejorar en la faceta defensiva: hasta el momento no le han traído un lateral que le pelee el puesto, pero por ello no puede relajarse.


Nicolás Romero todavía no tiene edad para vacunarse y hoy le tocó marcar a Pepe Sand en su cumpleaños 41. Igual se la bancó. Franco Coman mostró ganas en su debut, pero no tuvo chances claras; Nicolás Laméndola no pudo imponer su gambeta y Renzo Tesuri no pudo en este contexto adverso demostrar porque en Mendoza lamentaron su partida. No son ellos quienes deben cargar culpas de esta derrota.


De Felippe y los dirigentes de Atlético Tucumán deberán barajar y dar de nuevo. Es tiempo de poner la pelota bajo la suela y pensar. Si El Decano quiere pelear, deberá de forma imperiosa corregir los errores defensivos que fueron una constante el torneo pasado; también recuperar contagiados, lesionados y refuerzos para contar con las herramientas que permitan de mínima cumplir la premisa de competir de igual a igual y salir a buscar la victoria contra todos y en todas las canchas. Si no mejora, será largo el invierno.