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Hasta las manos: qué cambió y por qué San Martín se prendió en la pelea

ANÁLISIS

El Santo volvió a tener una actuación sólida y se metió en la pelea por el campeonato. La llegada de De Muner ya se nota y el Pueblo Ciruja volvió a creer. Se acerca Ciudadé y el resto tiembla.





“Empieza otro campeonato”, decíamos la semana pasada y lo pensaban todos después de Belgrano, y los que no, lo piensan ahora después de este triunfo ante Riestra, porque se dejaron atrás 15 meses sin ganar en Ciudadela y sin ganar dos partidos seguidos, en esa seguidilla que había empezado también contra Riestra y terminado en una noche hermosa de carnaval contra Sarmiento.

Esa noche todo era fiesta e hizo falta una pandemia para parar a ese equipo que no tenía rivales dentro de la cancha. Al resto de la historia la conocemos y sigue doliendo, pero desde esa noche que no se respiraba el aire de hoy, un aire de ilusión, de alegría. A nadie le importa que sea un lunes frío de mayo, porque en Ciudadela todo el año es carnaval, como esa noche.

Por eso valió la pena escaparte del trabajo para ver el partido en alguna computadora o tele cercana, aunque lo viste mal y cortado, y borroso en una trasmisión bochornosa, lamentable, que no está a la altura de este club, ni de esta hinchada.

Ya sé que habrás renegado cuando aparecía el circulito de mierda en el centro de la pantalla del celular, mientras habías logrado esconderte en el vestidor del negocio para pispiar un rato, habrás puteado por primera vez contra el horario corrido por el que tanto luchaste y te merecías, pero ahí estabas, tratando de seguir ese partido, aunque sea de reojo mientras atendías clientes inoportunos.

Al final qué importa si lo ves o no, y por eso no te quedó otra que volver a la vieja y leal radio, la que te convierte un lateral en una jugada infartante, esa que dejaste hace mucho, pero ella nunca te dejó a vos, por eso hoy que la necesitas la buscas y la encontrás. Cuando Chino Villalba grita el gol de Gonzalo, vos saltás con un grito contenido y pegás el golpe al mostrador. Ya no te importa no estar en la tribuna, porque estás en la tribuna, siempre estás en esa tribuna.

Después te emocionás hasta las lágrimas cuando la tocan todos, desde Arce hasta Gonzalo, paredes por todos lados, desborde, un centro perfecto y la volea de zurda que se clava contra el palo: ¿Lo tenías a Ballini? Hoy salen todas, y capaz que empiezan a salir siempre. Que Bayern Munich, ni City de Guardiola, River de Gallardo, ni Superclásico aburrido… ¡El Santo nomás papá, El Santo de De Muner!

Si Gonzalo la rompe como hoy, podemos esperar cualquier cosa. Si Ballini se afirma, hay mediocampo. Si Tino sigue brillando, está el mejor jugador de la categoría. Si la defensa sigue firme, con dos partidos sin sufrir ni siquiera situaciones, hay como plantarse contra cualquiera. Si Diarte sigue en este nivel y Sansotre sigue creciendo, hay carrileros para rato. Si Estigrarribia, que las pelea a todas, que de arriba se cansa de ganar, la empieza a meter, habrá goles para hacer dulces. Si se acostumbra a ganar en la Ciudadela, peleará muy arriba. Si pasa todo esto, hay un equipazo con la camiseta más grande la categoría y eso no es poco: esto es San Martín.
 
Hoy es lunes, y te regalaron un comienzo de semana hermoso que te da fuerzas para el resto de los días. ¡Qué lindos pueden llegar a ser los lunes! Y pensar que antes no te gustaban. Ya se que extrañás, todos extrañamos, ya volverán esos tiempos de vasos compartidos en la Esquina del Santo, en Potente, en la Roca y Pellegrini, pero mientras tanto es lo que hay, es lo que tenemos. Hay que disfrutarlo así, no siempre se gana y casi nunca sin sufrir como hoy.
 
Eso sí, ya sabés que estás ilusionado otra vez, cómo no estarlo. Estás hasta las manos otra vez, como siempre, aunque te prometiste tomártelo con calma, ya no hay forma de volver atrás, ahora crees. ¿Habías dejado de creer? No creo.
 
Pero pensá ellos, en los otros, en los que te miran desde arriba, te ven venir y tiemblan, se asustan, muchos de ellos van a entrar a esta nota y la van a leer, y van a escupir odio, los conozco, son así. Algunos hasta vieron el partido con la de Riestra puesta: ¿O crees que a Gimnasia de Mendoza le gusta que te acerqués así ahora que vas a jugar allá? ¿Qué Tigre no te tiene miedo? ¿Y los traidores de Atlanta? Están arriba, pero ahora tiemblan. A nadie le conviene que sea San Martín el que empuje de abajo, el que se meta en la pelea. Ah, y que agradezcan que en todos lados, pero más que nada en Bolívar y Pellegrini se juega sin hinchas porque si no... Pero bueno, te dejo tranquilo nomás, festejá hoy, te veo en seis días. Y acordate: ya empezó otro Campeonato. Ya se acerca Ciudadé.