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Los goles, los pibes y la medalla de El Soldado: El Deca merece clasificar

ANÁLISIS DECANO

Atlético Tucumán aplastó a Defensa y Justicia con Toledo y Lotti intratables. Los pibes la rompen y son la bandera de un equipo que ahora sí sabe a lo que juega. Es por acá, Decanos.

Fetsejos en el vestuario. El Decano goleó y se aferra a la ilusión de clasificar. (Foto: Prensa Atlético)





Le sienta bien el 8 de mayo a Atlético Tucumán. Hace 10 años, Gastón Stang marcaba el único gol de un Clásico inolvidable y con su pelo platinado y ametralladora furiosa hacía delirar a todo 25 de Mayo y Chile. Hoy, El Decano aplastó a Defensa y Justicia con una soberbia actuación de sus dos centrodelanteros y de los pibes que son el presente y el futuro. Omar De Felippe puede mirar de frente a los hinchas y decir: "Es por acá".

Los jugadores de Atlético salieron a la cancha con el 6 en la espalda para homenajear a Rafael Albretch, prócer Decano. Tras el respetuoso minuto de silencio, el equipo de De Felippe salió decidido a llevarse puesto al rival, pelear cada pelota y soñar con un triunfo que fue goleada y permite prender la calculadora y soñar con esa serie de resultados que lo lleven a Cuartos de Final. Esta noche de sábado podemos decir, antes de saber qué pasará el domingo, que El Decano merece clasificar.

De los pies de Agustín Lagos salió el centro a la cabeza de Javier Toledo a los 14' del primer tiempo. El pibe es un tractor, no para de correr y deja un surco por la derecha: también repetiría para asistir a Lotti. El 14 fue hoy el abanderado de los pibes, con destacada actuación. En el podio lo siguió Abel Bustos, de gran presencia y buen pase, siempre listo para el combate en la mitad de cancha. Son dos fijas en El Decano del futuro.

Gabriel Risso Patrón logró levantar el aplazo de aquel fatídico partido contra Talleres y cumplió bien por izquierda, firme en la marca y con decisión para pasar al ataque. Le sienta bien tener tres centrales a sus espaldas: allí se destacó el pibe Nicolás Romero, que apenas tiene 17 años pero se la bancó como se la bancó Camilo Albornoz en Avellaneda y Mauro Osores todo el torneo pasado. Centrales ásperos para marcar y que se animan a jugar, a tirar un cambio de frente. Y son de acá.

"Es el equipo de Solari", dice Marco en pleno partido y algo de razón tiene. Hay tres centrales y dos carrileros con un ida y vuelta permanente y llegada al área rival, un doble cinco que mete y que juega y por delante de ellos dos jugadores sueltos, libres, explosivos. Ramiro Carrera está en todo el frente de ataque, sorprende y no para de buscar, de luchar, de intentar. Merece mejor suerte para el gol. Pupa Heredia maneja los tiempos, elige los momentos y está donde tiene que estar: abrió los ojos bien grandes para bajarle la pelota a Toledo para firmar el 2-0.

Tolegol, Tolegol. Doblete del 9, luchador incansable, campeón de forcejear con los centrales rivales. No se da por vencido ni aun vencido y tuvo su premio esta tarde de sol, como aquella que entró desde el banco en Junín para dar vuelta el partido contra Sarmiento con otro doblete. No hay lugar para todos, por eso Augusto Lotti debió esperar en el banco su chance: con su propio doblete, se subió a lo más alto de la tabla de goleadores. Tiene 24 años y contrato hasta 2024, es patrimonio Decano y los goles hoy cotizan en dólares.

Atlético Tucumán es hoy el equipo más goleador de la Copa Liga Profesional y el que más ha marcado de cabeza. Nico Laméndola entró en el complemento y fue con decisión a presionar, robó y marcó con sus rulos al sol de 25 de Mayo y Chile. Otro pibe que cumple su sueño de mojar con la Celeste y Blanca, como antes lo hicieron Kevin Isa Luna o Ramiro Ruiz Rodríguez. Hay goles, hay futuro y son de acá.
 
El equipo de El Soldado va al frente y lucha siempre: hoy se lamentan los puntos perdidos en un inicio de torneo en el que se dejaba ver la idea de De Felippe, pero se perdieron valiosas unidades sobre la hora contra Unión, Central Córdoba y Lanús. Quizás El Deca debió comenzar mal para hoy estar bien, más allá de las todavía recientes derrotas contra Boca y Talleres.

Los pibes se fueron afianzando, los goles fueron llegando y los momentos de buen juego y solidez fueron cada vez más. Hoy Atlético sabe a qué juega, y tiene la certeza de que no le sirve salir a especular, sino que le corresponde por mandato histórico y sangre tucumana ir al frente, al golpe, aunque duela. Es la lección que dejó la dolorosa eliminación contra River.

No sabemos qué pasará este domingo. Atlético necesita una serie de resultados para clasificarse. Hoy está cuarto, adentro. Hoy es el equipo más goleador. Hoy juegan los pibes y cumplen y demuestran que se puede, que hay con qué, que por ser formados en Tucumán no son menos que nadie. Quizás el ídolo de muchos de ellos les dé una mano en el clásico santafecino. Faltarán un par de manos más.

El pueblo Decano se empachó de goles este sábado soleado que se hizo fresco cuando cayó la noche pero que no borra por eso la sonrisa. Es la sonrisa de ver al Viejo y Glorioso Decano de Corazón sin Igual ir al frente con los pibes como bandera.

Con muchos aciertos, con algunos errores que se fueron corrigiendo y pase lo que pase el domingo: El Soldado De Felippe merece seguir ostentando la medalla de técnico Decano. Es por acá, Decanos. Este es el camino.

¿Y si se da? ¿Quién le pone un freno a la ilusión Decana? Hay argumentos para pensar que Atlético sería un duro escollo en el mano a mano para cualquiera. ¿Y sí se dan todos los resultados el domingo? Quién te dice. ‘Nos merecemos bellos milagros y ocurrirán’ cantará esta noche un Decano ricotero y sí los merece.