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Feliz Día del Trabajador para todo el Pueblo Decano

ANÁLISIS DECANO

Atlético Tucumán fue torazo en Avellaneda y le ganó a Independiente de forma contundente. El equipo de De Felippe fue tácticamente implacable, ganó todas las divididas y se quedó corto en el resultado. Pupa conducción, Bebe corazón y los huevos de los pibes, las claves de un triunfazo.

Abrazos para Heredia, el 10 siempre le hace goles a los grandes porteños.





Empachado de asado y locro, un poco golpeado por la cerveza y el vino merecido, el pueblo Decano amaneció este domingo caluroso tras los festejos por el Día del Trabajador para ver cómo el equipo de Omar De Felippe sacó pecho y fue torazo en rodeo ajeno ante Independiente en Avellaneda para volver a Tucumán con un triunfazo y 3 puntos claves bajo el brazo, que le permiten llegar a la última fecha con chances de clasificar.

Atlético Tucumán salió con todo, decidido a imponerse en todos los sectores del campo de juego y dispuesto a llevarse puesto a Independiente. De Felippe fue realmente el primer trabajador y su equipo demostró variantes tácticas, laburo, y la intensidad y determinación necesarias para jugar este tipo de partidos.

La línea de 3/5 defensores dio sus frutos y tantos Agustín Lagos como Gabriel Risso Patrón estuvieron incansables en el ida y vuelta y certeros en la marca, aportando en ataque y defensa. Los Ortiz cumplieron como stoppers, mientras que Camilo Albornoz tuvo una superlativa labor como líbero.

La clave del triunfo Decano estuvo en la mitad de cancha: el eje Abel Bustos - Guillermo Acosta estuvo implacable, cortando todo y generando superioridad en toda la cancha gracias al desdoble de Leo Heredia y Ramiro Carrera, que se movieron libres por delante de ellos pero estuvieron siempre generosos para generar juego y especialmente para recuperar la pelota.

Lo mejor de El Decano en ataque se vio cuando la pelota pasó por los pies del 10 que manejó los tiempos del ataque, fue vertical cuando lo pedía la jugada y la cuidó cuando no había apuro y hacía falta esa pausa justa. Atlético fue un vendaval el primer tiempo y le llegó por todos lados a Independiente, pero el gol no llegaba y se hacía desear.

La pared entre Heredia y Toledo que derivó en un preciso centro del 10 y remate de Lagos en el área chica que terminó increíblemente en el pecho de Sosa hacía pensar que el arco estaba cerrado, que la suerte estaba del otro lado, que este domingo era un domingo de mierda y que la suerte estaba echada.

El reloj marcaba 43' cuando Independiente tuvo un córner a favor y fue a buscar por arriba lo que no podía generar por abajo. El centro fue rechazado y la pelota le quedó en los pies a Pupa Heredia: el 10 Decano condujo con tanta clase como simpleza; tras el pase magistral con el que asistió a Ruiz Rodríguez ante Talleres, hoy apeló a la templanza para trasladar mientras sus compañeros se movían en velocidad a su alrededor, dándole forma al contraataque.

El 10 asistió a Toledo, que como pide su olfato de goleador, buscó el hueco para sacar el remate de zurda; la pelota rebotó contra la humanidad de un defensor de Independiente, pero quedó muerta en el área y entre las dudas de toda la defensa emergió Ramiro Carrera. Enérgico, el 23 estuvo más rápido que todos y anticipó a la defensa, aprovechó la mala salida de Sosa y levantó la cabeza para verlo a Él.

Sólo, como nunca, Leonardo Heredia siguió la jugada e ingresó al área casi en cámara lenta, pidiendo permiso, sin querer levantar la perdiz: así estuvo presto para conectar de cabeza tras el centro de Carrera y firmar el 1-0 merecido y esperado. Gol Decano, uno más contra los grandes para Pupa, que ya les hizo goles a todos los poderosos porteños y va por más.

Atlético tuvo el 2-0 en la última del primer tiempo, pero el cabezazo de Marcelo Ortiz se estrelló en el travesaño. En el complemento, Independiente se adelantó pero sin ideas y Atlético se plantó a defender lejos de su arco, tener la pelota y casi casi no pasar sobresaltos.

Lagos estuvo incansable, Risso Patrón no repitió los errores que tuvo ante Talleres, los Ortiz y Albornoz se comieron al doble 9 Romero - Herrera y el doble 5 jugó un partido de élite.

Guillermo Acosta jugó en un nivel que hace años no se le veía en Atlético: un verdadero todocampista. El Bebe ya no es ese dinámico 8 que hacía un surco por derecha, pero sí fue este mediodía un jugador de toda la cancha, de inteligencia para presionar y jugar, liderar ataques y acompañar en la marca.

A su lado, emerge la figura de Abel Bustos. Simple, sin complicarse ni hacer una de más, el pibe 5 no luce ni deslumbra pero cumple con creces. Decisión para jugar, pase simple y coraje para el combate: la estirpe que el mediocampo Decano necesita.

Albornoz se lució de líbero, Lagos y Risso Patrón estuvieron incansables por las bandas y Bustos cortó todo en el medio. Ruiz Rodríguez y Laméndola entraron enchufados, peligrosos, punzantes y hasta estuvieron cerca de ampliar la ventaja. Si todo esto pasa es porque el trabajo de inferiores está dando frutos: los pibes del Deca no se achican, se la bancan, van al frente, la piden y meten y juegan y no tienen nada que envidiarle a nadie

Nicolás Romero entró por el golpeado Camilo y reventó a la cancha de Racing la primera dividida que protagonizó en la Primera de El Deca: casi que hasta pudo escucharse el grito de ¡¡¡¡BIEEEEEN!!!! de toda la Laprida.

Arriba, Carrera corrió todas y fue muy peligroso (especialmente en el primer tiempo), Heredia fue el 10 que manejó los tiempos y le puso firma al 1-0 pero también hubo una destacada actuación de Javier Toledo: el 9 fue clave para aguantar por arriba y cuidar la pelota y con ella la ventaja, especialmente los últimos 15' cuando las piernas estaban cansadas y las papas quemaban.

Así, desde el trabajo táctico del trabajador De Felippe, la conducción y el gol de Heredia, la presencia del Bebe Acosta en la mitad de cancha y los huevos de los pibes se explica el triunfazo Decano.

Atlético Tucumán fue torazo en rodeo ajeno y vuelve de Avellaneda con la certeza de que tiene chances matemáticas de clasificar: está a 3 puntos de Unión, flamante último clasificado, con mejor diferencia de gol y toda la ilusión que genera esta soberbia actuación.

De Felippe y los suyos revirtieron la pálida imagen que dejaron ante Talleres y también ante Boca en La Bombonera, para mantener al Decano en competencia y principalmente sacar chapa y crédito de cara al futuro. Cuando había dudas, aparecieron las certezas: este es el camino.

Son los huevos y el compromiso de estos pibes y esta determinación para salir a jugar de igual a igual en todas las canchas lo que le permitirá a Atlético Tucumán competir contra todos y demostrar siempre porque lo llaman El Gigante del Norte. A dormir la siesta o seguir de gira al ritmo del Viejo y Glorioso Decano de Corazón sin igual: Feliz Día del Trabajador para todo el Pueblo Decano.