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Mete y juega con el sello de El Soldado

ANÁLISIS DECANO

Triunfazo en Barrio Norte, fiesta en Tucumán. Atlético le ganó con autoridad al puntero Vélez y se ilusiona con meterse en la pelea por la clasificación. Próxima batalla: en La Boca, donde El Decano ya fue torazo en rodeo ajeno.

Lotti se funde en el festejo con Ortiz que tomó la lanza al área y Mussis que hoy estaba en todos lados. Foto: Prensa Atlético.





Presión, anticipo, pierna fuerte y al ataque con determinación. Ese fue el denominador común de los dos goles con los que Atlético Tucumán le ganó con autoridad a Vélez Sarfield, puntero de su zona y uno de los mejores equipos del país. Los de Omar De Felippe se repusieron rápido del golpe que significó la eliminación ante River por Copa Argentina y se juramentaron dar pelea hasta el final. Hoy el Decano está a 1 punto de Boca Juniors, último clasificado del grupo y su próximo rival.

El Decano salió decidido a dejar atrás la injusta derrota ante el equipo de Marcelo Gallardo y desde el minuto 1' le comió los talones a Vélez. Abel Bustos (cómo mete el pibe) y Cristian Erbes presionaron desde el arranque en campo rival, acompañando la presión que ejerció el tridente Junior Benítez - Leo Heredia - Ramiro Ruiz Rodríguez sobre la salida de abajo de la defensa visitante.

Así llegó el primer grito de la noche: a los 13', se impuso Heredia ante Galdames cuando el 10 le comió la espalda al chileno y encaró y asistió a Toledo. Sabio, el 9 controló y giró con la pelota pegada a su zurda, antes de -sin mirar- abrir a la derecha tras escuchar el grito desesperado de Junior Benítez que entraba como una tromba por derecha y remató cruzado con la ídem. Golazo del Deca, segundo grito con la Celeste y Blanca del excéntrico Oscar.

El equipo de Mauricio Pellegrino salió a atacar ubicando sus carrileros en campo rival y sumando gente en ataque; allí emergieron las figuras de Bustos y Erbes en el combate y de Osores y Guillermo Ortiz en defensa. El Decano ganó intensidad en el mediocampo con el doble 5 de corte combativo, y claridad en ataque con la presencia de Heredia, el elegante enganche de Atlético, que no puede faltar en este equipo.

Como siempre, El Laucha Lucchetti respondió las dos veces que lo llamaron en el primer tiempo y dos veces nuevamente en el complemento. El 1 fue clave para sostener la victoria cuando el puntero de la zona decidió atacar con todo. De Felippe mandó a la cancha a Agustín Lagos por Junior B., para ganar marca por derecha. Eso no significó que el local se meta atrás, y casi amplía con una bomba de Heredia o un remate de Erbes tras pared con Toledo.

Acertó El Soldado cuando las piernas de Bustos dijeron 'basta' después de correr como un toro y morder los talones de los volantes de jerarquía de Vélez y cuando el 10, que vuelve de una lesión, también se quedó sin nafta. A la cancha Franco Mussis y Augusto Lotti, juntos, para ser grandes protagonistas del triunfazo Decano.

A los 30', Guillermo Ortiz salió a buscar lejos a Lucero y anticipó con fiereza pasando la mitad de cancha. Sin titubear, tomó la lanza y se mandó al ataque; pelota a la derecha para el incansable RRR, que sirvió para Toledo que hoy se puso el traje de asistidor. Centro de derecha del referente de área que estaba afuera del área para la irrupción con toda la fuerza del mismo Guillermo Ortiz, que le ganó a toda la defensa para cabecear de pique al suelo. Tapó Hoyos pero falló en el rebote, que se fue largo y a los pies de Lotti, el otro 9 que sí estaba en esta jugada en el área y definió de arremetida y de derecha para besar la red y recuperar su idilio con el gol, ese que lo llevó a cotizar alto en la carrera por ser el ariete titular en 25 de Mayo y Chile.

Otra vez el trío Lucchetti - Osores - Ortiz reventó y despejó todo lo que pasó cerca los minutos restantes; lo tuvo en ataque Ruiz Rodríguez, pero el travesaño dijo no. Hubo pared Mussis - Toledo - Mussis, pero la pelota salió besando el palo. Se lo perdió Vélez nuevamente y quedaba tiempo para poco, para nada.

Los hinchas Decanos se mordían los labios esperando el final, esperando ese desahogo merecido y postergado, con la bronca de la caída copera y el sabor del reencuentro (¿qué hacía esa bandera gigante de Quilmes y dónde están la de los socios e hinchas de Atlético Tucumán?) con la victoria.

Quedaba tiempo para el show del Gordo Mussis. Que con el tiempo casi cumplido se hace cargo de la pelota y la pisa, y la amasa, y amaga, y va para acá, pero sale para allá y la pisa y la cuida y amaga de nuevo y encara y pasa y qué golazo que estás por hacer Gordo estás loco.

No hubo golazo, pero hubo triunfazo de Atlético. Fiesta en barrio Norte, locura en todo Tucumán. De Felippe mandó a su equipo a pelear y atacar y lo hizo. El tiempo le da la razón a El Soldado, que afianza su idea y comienza a encontrar los intérpretes idóneos para llevarla a cabo.

Después de la muestra de coraje en la batalla de Junín, El Deca se recuperó del golpe copero, se cargó a El Fortín y ahora ve de cerca la zona de clasificados. Soldados, preparen los cañones, afilen los tapones para meter y luchar con el cuchillo entre los dientes y atacar hasta el final, que la próxima batalla es en La Boca, ante otro poderoso y un campo donde Atlético ya supo ser torazo en rodeo ajeno.