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Con la frente en alto, siempre

ANÁLISIS DECANO

Ricardo Zielinski se despidió de Atlético tras 3 años y medio con una victoria ante Gimnasia. Deja la vara alta, un legado imborrable y un estilo al que no renunció jamás. Con El Ruso el Decano aprendió que puede pelear de igual a igual contra cualquiera, contra los porteños y los grandes de América. Seriedad, humildad y trabajo, las marcas registradas del hombre que dice adiós pero no se olvida porque marcó a fuego a Tucumán.

Ricardo Zielinski en su último partido en Atlético. Foto: Twitter @lucholopezdeca1





Este lunes Ricardo Zielinski no regresará a Tucumán. La que fue su casa durante más de 3 años y medio ya no será su casa y en el pecho lucirá otros colores. Con él se lleva la fórmula para pelear de igual a igual contra todos, la de la humildad, el laburo y la seriedad; la camisa o campera negra que lo caracteriza y el respeto y clamor de todo el pueblo Decano por la tremenda aventura compartida. El Ruso se va de Tucumán con la frente en alto y puede estar más que orgulloso de lo conseguido.

Zielinski se despidió de Atlético Tucumán con una victoria ante Gimnasia de La Plata con gol de Marcelo Ortíz. Su equipo levantó un poco el rendimiento con respecto a los últimos partidos, especialmente en el segundo tiempo, y se quedó con los 3 puntos gracias a las atajadas de su capitán Cristian Lucchetti.

Más de 120 veces se sentó Zielinski en el banco de suplentes Decano, una barbaridad en los tiempos que corren. Su ciclo estuvo marcado a fuego por la seriedad, la humildad, el trabajo; tuvo que reinventarse varias veces tras la venta de sus figuras y jamás dejó de ser competitivo. En la recta final, ilusionó al pueblo Decano con una tremenda racha de seis victorias, pero se quedó sin nafta.

Mauro Osores y Gabriel Risso Patrón fueron titulares aquella noche de Copa Sudamericana ante Oriente Petrolero. Casi 3 años y medio después, Zielinski le deja dos jugadores consolidados y de buen rendimiento en defensa a su sucesor, Omar De Felippe. Guillermo Acosta jugó con la cabeza vendada aquella dolorosa final de Copa Argentina ante River: el Bebe se fue y volvió y hoy entró en el segundo tiempo para asistir de cabeza a Ortíz en su gol.

En la retina de los hinchas quedarán para siempre aquellas victorias por Copa Libertadores ante The Strongest y Peñarol, con Leandro Díaz enloquecido trepado al alambrado de la Chile y todo el continente hablando de la magia de Luis Miguel Rodríguez y las atajadas de Cristian Lucchetti.

El 9 de agosto Atlético Tucumán le ganó a Atlético Nacional de Colombia por 2 a 0 con goles de Díaz y el Bebe Acosta en el Monumental José Fierro; una semana después, derrota por 1 - 0 en el Atanasio Girardot y pasaje a Cuartos de Final. El Decano tucumano estuvo entre los mejores 8 de América.

Gremio visitó el José Fierro y el Decano fue por la hazaña al imponente Arena Do Gremio: los hinchas de Atlético han conocido célebres estadios de todo el continente durante la gestión de Zielinski.

El 2018 cerró con victorias ante Independiente y San Lorenzo y el 2019 comenzó pisando fuerte en La Bombonera, con los goles de Gervasio Nuñez y Barbona. Por la Copa de la Superliga, el Deca de El Ruso aplastó al River de Marcelo Gallardo: 3 - 0 y baile fue.

El Pulga Rodríguez se fue a Colón con Aliendro y Bruno Bianchi; Barbona a Racing; Favio Álvarez a Estados Unidos y Mercier a San Martín; el equipo se desarmó por completo y El Ruso se las ingenió para seguir peleando bien arriba.

Llegó el 2020 y la pandemia: casi sin refuerzos, El Ruso se las armó otro equipo combativo que arrasó con seis victorias al hilo y repartió alegrías de la mano de los pibes como Kevin Isa Luna y Ramiro Ruiz Rodríguez, presente y futuro de 25 de Mayo y Chile.

Su salida a Estudiantes se gestó de forma quizás desprolija, y queda en los hinchas el dolor de no haber peleado hasta el final en la Copa Diego Maradona tras ese arranque arrollador.

Llega el turno de Omar De Felippe, El Soldado. Fue ayudante de campo de Zielinski en San Telmo y viene a continuar con la línea que deja El Ruso. Seriedad, trabajo, compromiso, humildad, nada de humo. Esas son las marcas registradas de este ciclo que hoy termina, pero no se olvida.

De la mano de Zielinski, los hinchas Decanos viajaron por América, le ganaron a todos los grandes y aprendieron que al Decano se lo respeta. De visitante y de local, siempre se puede dar batalla. No será el más vistoso, pero nunca te deja a gamba y no podés darlo por muerto jamás.

Queda Lucchetti, capitán y figura; el Bebe Acosta, el de los goles importantes; Osores y Risso Patrón consolidados; la garra de Erbes y Mussis; la pausa y el pase de Heredia; un grupo de pibes que merece los minutos que con paciencia El Ruso les fue dando a cada uno de ellos. "Deja la vara muy alta", resumió el 1 tras el triunfo en La Plata.

Hoy Zielinski dice adiós. Este lunes no se pondrá el buzo con el escudo Decano en el pecho, sino su clásica campera o camisa negra.

Seguramente escuchará un poco de rock nacional en el camino hacia el country de City Bell, donde se encontrará con Juan Sebastián Verón y la Escuela Pincha que tanto lo ha influenciado.

El Ruso podrá mirar hacia atrás y ver como Tucumán queda lejos, pero bien cerca de su corazón. Los hinchas lo extrañarán, lo recordarán, lo recibirán con honores como se merece cuando el destino lo traiga de vuelta a Tucumán pero deba sentarse en otro banco de suplentes.

Cuando llegue ese día, podrán mirar para atrás recordar esos 3 años y medio en los que de la mano de Zielinski se atrevieron a soñar, a enfrentar a todos con la frente en alto siempre, a ganarle a los porteños, a los poderosos a conquistar América y ser felices.