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Dio señales de vida: San Martín empezó a transitar el camino de la recuperación

ANÁLISIS CIRUJA

El Santo mostró una leve mejoría colectiva y mereció más que un empate. Generó varias situaciones y sobre el final estuvo muy cerca de conseguir la victoria. En dos semanas arrancan los play off y todavía hay mucho por mejorar, pero al menos hoy hubo ganas de ganar.





Era un partido donde el resultado no importaba tanto como el rendimiento. Ganar, perder o empatar, no cambiaba el panorama. San Martín entró a la cancha sabiendo que la verdadera lucha empieza en dos semanas en los play off por el segundo ascenso.

Quedaban dos partidos para fortalecer el grupo, para que la dupla pudiera probar y encontrar el 11 titular, para sumar horas de vuelo de cara a lo más importante.  Por supuesto que ganar siempre hace que todo eso sea más fácil y perder atenta contra cualquier planificación, porque al final, los resultados siempre pesan y es difícil obviarlos y poner la lupa solo en el trámite de un partido.

Sin embargo, ahora, con este 0 a 0 anodino que el Santo se trajo del Bajo Flores, podemos decir que en términos generales San Martín dejó una mejor imagen que otras veces: generó más y mejores situaciones que en las anteriores cinco fechas; mostró un poco más de dinámica gracias a que Gonzalo Rodríguez estuvo un poco más movedizo, por momento manejó la pelota con criterio, casi no sufrió en defensa, los que entraron desde el banco inquietaron e, incluso, vimos algunos pincelazos de Claudio Mosca que sigue siendo flojo, pero que hoy hizo dos o tres buenas, algo que no veíamos desde el 2019.

Por supuesto que hay que tener en cuenta que al frente había un rival flojo que todavía no ganó y al que le faltaba su mejor jugador. Pero aun así, ante tanta malaria futbolística no está mal resaltar hoy lo poco bueno que hubo, porque otras noches se hizo imposible encontrar algo positivo.

Desmenuzando el partido, podemos decir que hubo un primer tiempo parejo, chato y casi sin situaciones donde Riestra empezó mejor y tuvo dos que no terminaron de ser claras. Por el lado de San Martín poco y nada en ofensiva, aunque mantuvo el orden en todas las líneas.

Del primero tiempo no hay más decir y el 0 a 0 no solo era lo más justo sino que jugando así, era resultado imposible de alterar.

El complemento fue distinto, o levemente mejor, San Martín se adelantó más y con dos buenas corridas de Mosca se aproximó al otro arco.  Y fue el mismo Mosca el que tuvo la primera clara: había ensayado una taco para Tino Costa que no pudo acomodarse y le quedó de nuevo al ex San Martín de San Juan en el punto del penal que le dio de derecha, la pelota se desvió y salió pegadita al palo.

Ahí, justo ahí, cuando mejor estaba jugando tras 10, tal vez 12 o quién sabe cuántos partidos de bajo rendimiento, la dupla decidió sacarlo en lo que fue una mala lectura del momento del partido, salvo que el mismo Mosca haya pedido el cambio.

El que ingresó fue Ricardo Noir que no entró mal, para nada, y que, nobleza obliga, todos los partidos se las ingenia para tener una peligrosa, lo que pasa es que no todavía no las convierte en gol.

Otro que entró y gravitó sin meterla fue Ramiro Costa, en reemplazo de Lucas González que casi no tocó la pelota. El ex Temperley, junto a Noir tuvo varias chances para concretar el gol del triunfo y ambos fallaron.

Primero Costa desaprovechó un gran corner de Tino que le cayó en la cabeza y no la pudo conectar. Después recibió una hermosa habilitación, también de Tino, y en lugar de buscar el arco se la bajó a Noir. No era mala la intención, pero le dio tiempo a un defensor para que se recupere y ahogué el grito.

La última fue insólita, Noir se la llevó con el pecho le pegó fuerte desde un costado del área, el rebote del arquero cayó en la cabeza de Ramiro Costa que estaba a dos metros del arco vació y le erró, acto seguido el árbitro terminó el partido. Tan increíble y tan real como el que erró Noir el domingo pasado contra Villa Dálmine.

Más allá de las situaciones desperdiciadas, en los últimos minutos del partido se vio un San Martín más ambicioso, con ganas de ganar, algo que parece poco, pero que es el comienzo, sin ganas no había forma de mejorar.

Ahora, para el Santo se viene otro partido de entrenamiento frente a Gimnasia de Mendoza y de ahí en más comenzarán los partidos eliminatorios, donde lo que no te mata, te fortalece y cada fase que se supere irá agrandando a un equipo que empieza a mostrar tenues signos de recuperación.

Quedan dos semanas antes  del primer duelo  de eliminación directa. Cuanta cuerda le queda al equipo en este torneo, no lo sabemos y dependerá pura y exclusivamente de que sigan mejorando. Hoy se dieron los dos primeros pasito: Se puso más ganas que otras veces, y se generaron más situaciones de gol. Ahora falta empezar a meterlas. 

“No está muerto quién pelea”, reza un dicho popular, y la verdad que San Martín no está muerto, ni mucho menos, es un paciente en terapia tal vez, pero que hoy dio señales de vida. Todavía está muy lejos de volver a generar ilusiones, pero a esta altura, algo es algo. Al fin y al cabo está a solo 4 fases de ascender en una torneo que cualquiera le gana a cualquiera.