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Cuando te agarre un bajón, hacé como el Diego y ponelo al Chavo

ANÁLISIS DECANO

Atlético perdía en el Monumental y el Ruso Zielinski volvió a frotar la lámpara: mandó a la cancha al Chavo Alustiza que se puso el traje de héroe con un penal maradoneano y una palomita inolvidable en tiempo de descuento. El Deca ganó 5 de 5 y sueña en grande.

Matías Alustiza, figura en el Monumental. Foto: Prensa Atlético Tucumán.





La muerte de Diego Armando Maradona enluta a Tucumán, a la Argentina, a todos los futboleros a lo largo y ancho del mundo entero. El mejor jugador de todos los tiempos pasó a la inmortalidad, pero vive entre los futboleros para siempre. En medio de ese dolor, Atlético Tucumán le rindió homenaje al 10 en su victoria inolvidable ante Arsenal, con Matías Alustiza como figura excluyente.


"A veces me agarran bajones, pero pongo El Chavo y se me pasa todo", dijo alguna vez el 10, autor de frases inolvidables, que nos han marcado a fuego y cobran valor de formas inesperadas. Ricardo Zielinski mandó a la cancha a Matías “Chavo” Alustiza a los 27' del segundo tiempo, cuando su equipo necesitaba sumar profundidad para buscar la igualdad. El zurdo, petiso, con clase, cambió el partido y se puso el traje de héroe. El cambio le rindió frutos al sabio Ruso, el padre de la criatura, que le impuso su sello a un equipo que emociona e ilusiona.




Con un zurdazo magistral, El Chavo le puso un tiro libre desde la izquierda en el pecho a Mauro Osores. El 11 se hizo cargo del penal que derivó del centro del defensor Decano, y definió de forma sutil, impecable. El que diga que la sutileza con la que acarició la pelota con su zurda no le recordó al penal del Diego contra Italia, miente o no tiene sangre. “El futbolero lo entiende”, decía aquel fanático del Diego que se hiciera viral años atrás. El festejo fue con dedicatoria al 10, como corresponde.






Pero el Chavo tenía guardado un as bajo la manga. Tras el cabezazo de Marcelo Ortíz para poner el 2 a 2 a los 92', el Deca fue por más y no le importó nada que con el empate salvaba el invicto. Melano guapeó por derecha, se sacó de encima cuánto defensor se puso en su camino y mandó un centro atrás disfrazado de la mejor versión del mismísimo Claudio Paul Caniggia: con su 1,65 metros de altura en el área esperaba agazapado el 11 Decano.


El Chavo, el Chavito, el que la pelea desde el banco y espera paciente su momento para dar cuenta de toda su experiencia en este Decano imparable. La palomita de Alustiza besó la red y desató la locura total en el José Fierro, en todo barrio Norte, en todo Tucumán donde los hinchas se abrazan y se emocionan con un equipo que no se rinde nunca y no se guarda nada. Un beso entre el rubio y el 11 hubiera coronado un tributo más maradoneano que el del propio Lionel Messi.



Golazo Decano y premio al esfuerzo, a los huevos, a no conformarse nunca. Perdiendo 2 a 1 a los 88', el hincha de Atlético soñaba con la igualdad, con un centro, una embestida que permita igualar. Sólo un equipo convencido de lo que hace puede tener la determinación para ir a buscar el 3 a 2. El Atlético Tucumán de Ricardo Zielinski tiene todo eso y más, y por eso es uno de los mejores equipos del fútbol argentino y se prueba el traje de candidato con miras a la Fase siguiente.


Hay una frase trillada en el fútbol que los viejos relatores mencionaban pasando la fecha 12 o 13 de los viejos Apertura o Clausura del torneo local: "Ganó un partido de campeón". Refería a esos partidos chivos, en los que el candidato se veía superado por un rival agrandado quizás por jugar el clásico del domingo, rareza noventosa ya olvidada.


Hoy Atlético Tucumán ganó un partido de campeón y el traje de candidato le calza a la medida. Aunque algunos le tengan miedo a “la secada”. Aunque los porteños hablen de otra cosa y no llenen de loas al Ruso y sus soldados. Es el único que acumula 5 triunfos en fila y es el más goleador del torneo, con una gran variedad de jugadores que han convertido y con Matías Alustiza como goleador del torneo junto a Cristian Bernardi y José Sand.


Cuando juega bien, Atlético Tucumán es superador y aplasta a sus rivales; cuando juega mal o las papas queman, el Deca de Zielinski lo gana de guapo. Ya contra Arsenal lo había ganado sobre la hora en Sarandí. Los jugadores están comprometidos con la causa y dejan la piel en cada pelota y los hinchas tienen fundamentos para ilusionarse. El Ruso al capitán de un barco que avanza a paso firme con impronta maradoneana y hasta la victoria siempre.