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El camino de San Diego: así fueron las visitas de Maradona a Tucumán

Cumple die60

En Ciudadela y el Monumental, a cancha llena y derrochando magia. El Genio del fútbol mundial vino a la provincia a jugar varios partidos en distintas épocas y contextos. Como fueron aquellos encuentros. Detalles de cada una de sus estadías en nuestro suelo.

Maradona y Franz Beckenbauer en la Ciudadela en el partido diputado entre la Selección Juvenil y el Cosmos. (Foto: gentileza del historiador Ramiro Villa)





Hoy es la navidad para la Iglesia Maradoneana, hoy es el cumpleaños del Diego que nació en Buenos Aires pero es tan tucumano como de cualquier otro lugar del mundo. Porque Maradona es de todos un poco, porque no hay rincón del planeta ni instante en la eternidad en el que no haya alguien pensando en él.

Hoy que se cumplen 60 años desde su nacimiento el 30 de octubre de 1960 y eltucumano.com lo homenajeará recordando algunas de sus visitas a nuestra provincia, donde jugó un solo partido oficial, pero participó de varios amistosos, con distintas camisetas, en diferentes épocas, con edades distintas, incluso con modalidades de fútbol diferentes, pero siempre con la misma calidad.


El día que Dios lloró en Tucumán  

Era 25 de noviembre del 79 y el calor habitual de esa época del año había dado paso a una tarde húmeda, pesada, de esas que amenazan tormentas. Bajo ese cielo gris, saltaban a la cancha el Argentinos de Maradona y el Atlético del Kila Castro. Era la penúltima fecha del Nacional y ambos equipos venía cumpliendo con una gran campaña en un grupo que tenía 8 clubes, pero solo dos pasaría a la siguiente fase y Racing ya tenía el primer boleto comprado. Faltaba definir el segundo cupo y eso era lo que estaba en juego en este partido. 

El Diego tenía 19 años un sueño por cumplir: ser campeón con Argentinos Juniors. La oportunidad es esta, porque el Diego sabe que su novel basta para superar a cualquier rival, pero el escenario le es adverso. Al frente hay un gran Atlético y un Monumental repleto desde los pasillos hasta las torres de iluminación.

El Decano salió ganado desde el vestuario: no se habían jugado ni 5 minutos cuando Urcevich le rompió el arco a Riganti y con una bomba de un tiro libre que se había desviado en el camino.  

El Kila Castro ejecutó una marca personal que funcionó a la perfección salvo en una jugada en la que se vio obligado a derribarlo cerca del área. El primer tiempo ya terminaba y Maradona se cobró la falta colgándola del ángulo. A sacra del medio y acto seguido a descansar al vestuario.

Ya en el complemento, encentro de Barrientos pegó en el travesaño y Domenech se la llevó puesta sin querer convirtiendo en su propio arco. El 2 a 1 para Atlético se mantuvo hasta el final y Atlético aseguraba un lugar en los cuartos de final, eliminando a Argentinos Juniors.

Un mito, incomprobable por supuesto, sostiene ya en el vestuario, Maradona rompió un llanto triste y desconsolado tras la eliminación. Algunos dicen que es día el de la final del mundial 90, fueron los únicos partidos por los que el Diego lloró.

Otra leyenda, relatado por silvio Navas en su blog http://atleticotucuman1902.blogspot.com, afirma que en el vuelo de vuelta a Buenos Aires, Maradona increpó al árbitro Abel Gnecco por un penal no cobrado, que el referí dijo no haber visto, por lo que Maradona inició una colecta entré los pasajeros para "comprarles unos anteojos".


Un año después, Maradó volvió a 25 para jugar un amistoso entre el Bichito Colorado y el Decano. Fue un partidazo que mostró lo mejor del repertorio del astro de Fiorito que marcó dos goles para el triunfo de los visitantes por 3 tantos contra 2. El contexto no era el mismo, Pero Maradona se dio el gusto de derrochar su talento en el Monumental.

El Maradona tucumano

Unos meses antes del partido entre Atlético y Argentinos, el Diego visitó nuestra provincia para disputar un partido preparatorio para el Mundial Sub 20 de Japón. Ese memorable equipo nacional que también contaba con figuras como Ramón Díaz, Juan Simón y Gabriel Calderón, entre otros, sucumbió en la Ciudadela ante un afinado seleccionado de la Liga Tucumana que también tenía un equipazo entre los que se destacaban Un juvenil Pedro Arturo Monteros, el Loca Macat, Millicay, Palito Palomba y el gran Jacinto Eusebio Roldán que fue la figura de la cancha. 

“Que te den el premio a mejor jugador cuando está Maradona jugando el mismo partido es un orgullo enorme. Nosotros teníamos un equipazo y ellos también. Ganamos 2 a 1 y fuimos superiores. A los goles los hicieron El Matador Herrera que era de concepción Fútbol Club y Paquillo Herrera de Tucumán Central”, relata Jacinto que hacía pocas semanas había vuelto de jugar para la selección en los Panamericanos de San Juan de Puerto Rico de donde se trajo colgada la medalla de bronce. 

“Recuerdo que en el banco estaba Menotti, yo lo conocía de cuando en el 76 me había convocado para una selección juvenil, yo me escapé de la concertación para venir a Tucumán a jugar un clásico y al poco tiempo llamaron a Maradona, podríamos haber sido compañeros”, revela Roldán que tiene un cuadro colgado con una foto en la que se lo ve con Maradona en aquella noche inolvidable de su Ciudadela querida.

“Yo jugué con muchos jugadorazos, enfrenté a Fillol, Pasarella, Kempes, Luque, Valderrama, Higuita, y a muchos más. Nunca me sacaba una foto, porque me habían enseñado que antes del partido no había que mostrar admiración por el rival porque éramos todos iguales y después, si perdía quedaba caliente y no quería sacarme fotos y si ganaba me gustaba compartir con los compañeros”, Explica Jacinto que esa noche decidió hacer una excepción.

“Esa noche, Villita, que era fotógrafo, me llamó y me dijo Jacinto sáquense una foto y no pude decir que no. Ahora la tengo colgada en mi casa y es un orgullo grande haber compartido cancha con él y haberle podido ganar”.

Tres años después, Jacinto y el Diego volvieron a cruzarse en ciudadela en un amistoso entre San Martín y Boca: “Fue en el 81, empatamos 1 a 1”, recuerda el crack tucumano que ese día marcó un golazo de tiro libro y también fue figura.

La primera Vez del Barrilete Cósmico en la Ciudadela

Con 18 años recién cumplidos, el Diego visitó Tucumán por primera vez el 4 de noviembre del 78 para jugar un partido amistoso para el Seleccionado Juvenil Argentino que se preparaba para el Sudamericano clasificatorio para Japón. El rival fue el emblemático Cosmos de Nueva York que estaba plagado de estrellas internacionales transitando sus últimos años de carrera y cuyo capitán era nada menos que el astro alemán Franz Bechenbauer. 

El resultado fue 2 a 1 para los argentinos que dieron una buena exhibición de fútbol ante 20.000 tucumanos que se llegaron hasta la cancha de San Martín. Esa noche, el Diego colgó un tiro libre del ángulo y Barrera marcó el segundo para el equipo. Los Neoyorquinos descontaron gracias a un gol del carismático jugador italiano Giorgio Chinaglia.

La ejecución magistral de aquel tiro libreo que inmortalizado en un fotón en el que se observa la técnica de la pegada con las tribunas de Pellegrini y Rodeau, aún sin el codo que ahora las une.

Se puso la 10 de Salvic y jugó para los niños del hospital

El 17 de marzo del 91 fue uno de los días más tristes de la vida de Maradona, y también del fútbol mundial. Sucede que el Barrilete Cósmico dio positivo en una prueba antidoping por lo que lo suspendieron por 15 meses.

Sin poder jugar partidos oficiales, Diegote volvió al país tras varios años en el exterior y protagonizó distintos eventos solidarios. Uno de ellos en Tucumán: en una cancha de Atlético repleta, Maradona usó la camiseta 10 del seleccionado de la Liga Tucumana de Fútbol que enfrentó a un combinado de figuras de San Martín y Atlético. 

“Mi papá era muy amigo del presidente de la Liga que le pidió que le regale un juego de camiseta celeste para el partido. Y, a su vez, le pidió a otra empresa un juego amarillo para el otro equipo. El evento fue un éxito total, se recaudó mucho dinero que fue donado en su totalidad al hospital de niños”, recuerda Daniel Cohen, uno de los propietarios de la tradicional tienda de artículos deportivos Salvic. 

“Recuerdo que fuimos con mi papá y mi hermano a conocerlo al hotel, tomamos un café y charlamos un rato, él nos pidió botines Borussia con tapones para lluvia porque los de él eran tapones bajos. Pero al final no los usó porque siempre se sentía más cómodo con los suyos”, agrega.

En el equipo amarillo, integrado jugadores de los dos clubes grandes estuvieron Cococho Jiménez, Ricardo Troitiño, Erasmos Doroni, el Turco Salomón, Eric Ginel, el Gaucho Albornoz, Juan Carlos López, entre otros. Mientras que para los celestes, acompañron a Maradonoa Pichón Juárez, Guido Aballay y Bolillón Soria, por nombrar algunas figuras importantes de aquellos años.
 

El partido terminó empatado 4 a 4 y el Diego marcó dos golazos: uno a pura gambeta y con definición de derecha y otro de tiro libre en el ángulo. 



Showball en San Martín

Ya entrado el nuevo milenio, Maradona acompañado de otros ex jugadores realizaron una serie de exhibiciones de un deporte derivado del fútbol que se jugaba en cancha chicas, con cinco jugadores y se le llamó Showball. 

El 12 de diciembre del 2007, el equipo argentino disputó en la cancha de San Martín un partido de estas características frente a Paraguay. El triunfo fue para Argentina por 8 a 6 que, además del Diego, contó con la presencia de Alejandro Mancuso, Fernando Gamboa, Héctor Almandoz, Matías Almeyda, José "Turu" Flores, Diego Soñora, Juan José Borrelli, Gabriel Amato, Sergio Goycochea, Alberto Carranza, Sergio Zárate, Marcelo Gómez y Leo Ruiz.


Así termina el recorrido de las visitas del mejor jugador de todos los tiempos por nuestra provincia que siempre lo espera y lo extraña. Tal vez en algunos meses lo tengamos en Tucumán  compitiendo en su rol de director técnico y, ¿Por qué no?, dirigiendo a algún club tucumano. Hasta entonces, solo queda decir, Gracias Diego, feliz cumpleaños y feliz Navidad para todos los demás.