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El TAS o muerte: sin plan B, San Martín ni siquiera volverá a entrenar

ANÁLISIS

Con planteles renovados y reforzados, este miércoles volverán a las prácticas casi todos los equipos de la Primera nacional, a excepción del Santo que sigue sin técnico y con a penas 11 jugadores profesionales ¿Hacen bien en Ciudadela al resignar por completo el Reducido?





Llegó septiembre nomás y la Primera Nacional sigue sin resolverse, uno a uno fueron venciéndose los plazos en los que se esperaba una previa resolución. 

Primero, todos imaginábamos que antes del 30 de junio podía haber novedades, ya que ese día finalizaban los contratos del 80% de los jugadores de la categoría, sin embargo, AFA prefirió continuar con la incertidumbre, obligando a los clubes a optar entre renovar o dejar ir a los jugadores a ciegas.

Del mismo modo, llegó el día de la apertura del Libro de Pases y los equipos empezaron a incorporar jugadores sin saber ni qué ni cuándo jugarán, pero se refuerzan igual, como si contarán con alguna información extraoficial confiable. 

Ahora, después de muchos dimes y diretes, llegamos la vigilia de la vuelta a las prácticas. El 2 de septiembre fue la fecha elegida hace más de un mes, pero ni aun así sabemos para qué entrenarán los equipos. Lo único que se sabe es que se jugarán torneos Reducidos, pero no hay precisiones sobre formatos, ni fechas. 

En este contexto, San Martín que fue el mejor equipo de la temporada pasada, se encuentra en una situación de inferioridad total: teniendo en cuenta que las recaudaciones representan el 80% de los ingresos, sin certezas en torno a cuándo volverán a disputarse partidos con público, la dirigencia optó por no renovar el contrato a nadie, ni siquiera a la dupla técnica. 

Así, el Santo será el único equipo de la categoría que todavía no volverá a entrenar. Es cierto, que todavía falta el fallo del TAS que, por lo visto, es a lo único a lo que se aferra San Martín, ya que, en caso de no ser favorable, no hay plan b y el Reducido lo disputará en absoluta desventaja: con mayoría de juveniles, sin refuerzos y con menos días de preparación. 

Incluso, el futuro es tan incierto que en caso de que el Tribunal suizo considere que el Ciruja merece jugar en Primera, hay que decir que los clubes de esa división, ya están entrenando hace casi un mes, por lo que, de sumarse ahora, la diferencia de preparación sería muy grande. 

La pregunta que surge es ¿Está haciendo bien San Martín en apostar todas su fichas al TAS? La respuesta es compleja o, mejor dicho, existen múltiples respuestas, todas válidas. Por un lado, cualquiera podría afirmar que el equipo era sólido y que, de haberlo mantenido, el Santo hubiera sido, lógicamente, uno de los principales candidatos a ganar cualquier Reducido. 

Si bien es cierto que sobran argumentos futbolísticos para sostener esa hipótesis, también es cierto que un Reducido empareja cualquier competencia, al mismo tiempo, siete meses son más que suficiente como para pensar que aquel San Martín puntero, aún con los mismo jugadores y cuerpo técnico, ya no hubiera sido el mismo. 

Entonces, sostener un proyecto ante tanta injusticia y ante tanta imprevisibilidad ¿no sería pagar un costo demasiado alto? Acaso, la dirigencia actual, que termina su gestión dentro de poco más de un mes, ¿debería dejarle de herencia la Comisión una deuda con un plantel que no se sabe ni que compromisos disputará?

Además, hay quienes afirman que no deja de ser un prueba cabal y contundente para presentar ante el TAS, el hecho de que San Martín ni siquiera está condiciones de entrenar, muchos menos de competir, por lo que cualquier otra resolución que no fuera el ascenso, ya sería injusta.

Desde el club indicaron que se tomarán esta semana para analizar la situación en profundidad y luego evaluar los pasos a seguir. No descartan volver a las prácticas el 9 de septiembre.
 
Más allá de lo que sucede en Ciudadela, recordemos que AFA resolvió terminar el torneo en el que San Martín iba primero, con el fin de dotar de previsibilidad a los clubes, para evitar que se profundice la crisis económica que iba a causar la pandemia. Sin embargo, nos encontramos con que hay instituciones que se refuerzan como si estuvieran por jugar la final del mundo. 

Repasemos: desde que empezó el conflicto entre el Santo y el Comité Ejecutivo, Roberto Sagra apuntó sus cañones en tres direcciones. Por un lado, sostuvo que se culminaba el campeonato para salvar del descenso al equipo del presidente y al del vicepresidente (Tapia y Raed). Barracas Central y Mitre estaban muy complicados en la tabla de abajo, y seguramente hubieran tenido luchar hasta el final para quedarse en la categoría. 

Según el argumento del propio Tapia, la supresión de los descensos tenía que ver con aliviar los gastos de los clubes, que peleando abajo iban a verse obligado a gastar más, incluso, la perdida de categoría implicaba un golpe financiero duro para cualquier institución: “Un descenso no solo es deportivo, también es un descenso económico, sería muy injusto para cualquier descender este año”, sostenía en aquel entonces, el presidente de AFA. 

Hasta ahí suena lógico, pero la contradicción no tarda en aparecer cuándo se ve que esos clubes a los que se buscaba de aliviar, no paran de incorporar jugadores para ver si aprovechan la volada y, en 4 o 5 partiditos, logran llegar a Primera. Justamente, los planteles de Barracas y Mitres lucen más renovados que nunca con, por ahora, 13 y 10 incorporaciones, respectivamente. 

Pasando en limpio: se auto salvaron del descenso para no agravar sus crisis económicas y después se endeudan hasta el tope para ver si arrebatan un ascenso. Todo muy justo, fair play deportivo y financiero en su máxima expresión. 

Desde el comienzo, Sagra acusó a Sergio Massa de operar para que las resoluciones mantengan con vida a su Tigre. El club de Victoria venía de ser campeón de la Copa de la Superliga y, habiendo mantenido casi completo el plantel, pintaba como número puesto para retornar rápido a la A, sin embargo, en la cancha nunca demostró lo que insinuaba con la billetera y con el 70% del torneo disputado estaba a 5 puntos de ingresar al reducido por el segundo ascenso, tenía 13 unidades menos que San Martín. 

Los Matadores empezaron a entrenar 30 días antes que los otros equipos (hablame de ventaja de deportiva), amparados en que juegan la Copa Libertadores. No está mal que a Tigre lo igualen con los otros que juegan la Copa, pero con el mismo criterio, correspondía que igualen al resto de la B con Tigre y empezar todos juntos. 

Además, con 8 refuerzos, casi todas figuras de sus rivales directos, a quienes debilita descaradamente, parece armar un segundo dream team que buscará ganarse en un puñado de partidos lo que estaba lejos de lograr en un campeonato entero, eso sí, lo hará en la cancha, como corresponde. 

En fin, a un día de la Primera Nacional vuelva a los entrenamientos, en medio de una catarata de casos positivos en los diferentes equipos del fútbol argentino, Todos se refuerzan para jugar algo, en algún momento. San Martín, en tanto, se mantiene firmé en que el campeonato ya se jugó, se terminó y que ya tiene un campeón. La última palabra la tienen tres jueces internacionales de un Tribunal con sede en Suiza. El Fútbol del ascenso: atractivo y emotivo hasta cuando no se juega.