Inentendible: por qué se fue Mercier de San Martín a Mitre
OPINIÓN
El jugador firmó contrato con el club de Guillermo Raed, vicepresidente de AFA, uno de los principales responsables de las decisiones que hoy perjudican al Santo. El capitán abandonó la trinchera de Ciudadela y se unió a las filas del enemigo.

Después de varias semanas de rumores se confirmó lo que era un secreto a voces: Juan Ignacio Mercier se convierte en refuerzo de Mitre de Santiago del Estero. Hasta ahí nada del otro mundo: un futbolista cambia de equipo. Pero siempre el contexto es determinante para realizar cualquier tipo de análisis.
En este caso, el capitán, el experimentado, el técnico dentro de la cancha, abandona la trinchera en medio de la batalla para unirse a las filas enemigas. Porque Mercier no se fue a Chipre a cobrar en euros, o a Banfield para jugar en Primera, ni siquiera a Tigre a disputar la Libertadores. Mercier se fue a Mitre de Santiago.
Mitre es el club de Guillermo Raed, vicepresidente de AFA, uno de los principales responsables de las injusticias y perjuicios que el comité Ejecutivo viene cometiendo contra San Martín, o sea contra el propio Mercier.
Raed le regaló a su club la permanencia en la Primera Nacional cuando tenía serias posibilidades de descender, y, ahora, se autoregala el derecho a disputar un Reducido por un lugar en Primera.
Pasando en limpio, Mercier es ahora refuerzo del club cuyo presidente perjudicó directamente a las aspiraciones de Mercier. En España, por mucho menos le dirían pesetero.
Lo que me pregunto es si un jugador con semejante trayectoria, que incluye ser capitán del San Lorenzo campeón Copa Libertadores, algún paso por la selección nacional, ¿Necesita a esta altura venderse por tan poco? La respuesta me lleva a otra pregunta ¿No será que en realidad no tiene valores de ningún tipo y por lo tanto no considera que se está vendiendo?
Yo soy de los que pienso que los jugadores son trabajadores como cualquier otro y, en general, no pretendo que sientan por los colores que representan la misma pasión que un hincha, pero si me resulta difícil de comprender que, como este caso, no los mueva ni siquiera la bronca ante una injusticia cometida contra su propio trabajo.
Me cuesta mucho entender que el capitán del equipo más perjudicado de todos no haya abierto la boca para decir nada, porque las pocas veces que habló del tema lo hizo balbuceando con frases inconexas, muy lejos, lejísimos de golpear la mesa como haría alguien que no le gusta que lo estafen.
Esta actitud hasta me resulta medianamente comprensible en algunos jugadores que están lejos de tener la trayectoria del Pichi y que, además, pueden tener miedo a que expresarse les cierre puertas en el futuro. Pons, por ejemplo, jugó poco tiempo en Primera y está pasando el mejor momento de su carrera, es natural que prefiera evitar conflictos ahora, pero Mercier ¿miedo de qué tiene?
En algún momento pensé que tal vez quería retirarse en San Lorenzo y que alguien podría haberle recomendado no hacer enojar a Tinelli, pero que termine yéndose a Mitre me resulta inexplicable.
Bueno, algunas explicaciones conspirativas si le encuentro: permítanme ser mal pensado y sospechar que pueda haber, incluso, una intención desde las autoridades de AFA de debilitar lo máximo posible a San Martín.
En fin, San Martín eligió el camino de luchar ante la injusticia y, si es necesario, morir de pie. Mercier prefirió continuar su carrera en el bando enemigo, eligió vivir de rodillas y así se lo recordará siempre en Ciudadela: como el pelado que quedó arrodillado y de espalda al festejo del Santo.
