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La hoja arrancada: el misterio que definió un clásico tucumano

MITOS DE ACÁ

San Martín y Atlético se enfrentaban en una fecha clave para definir el Anual de la Federación de 1970. El partido se jugó en La Ciudadela, pero también en los pasillos y los escritorios de la Federación.

Julio Enrique Cansillieri rodeado de jugadores de San Martín en el clásico del 28 de junio de 1970.





La historia del fútbol tucumano tiene un eslabón perdido, una página no escrita, o escrita y no encontrada. Una hoja arrancada de un libro de actas. Una hoja que tenía la verdad escrita en ella. Una hoja que terminaba con cualquier especulación. Tal vez exista todavía en algún cajón, en alguna caja con recortes y fotos viejas, o tal vez fue quemada, o rota en mil pedacitos de forma tal que nadie pueda reconstruirla. O quizá simplemente la hicieron un bollo y la arrojaron al tacho más cercano. 

Quizás, mientras todos la buscaban en el libro, en el escritorio, en los cajones, en los armarios, la hoja estaba allí, convertida en bollito, descartada a las apuradas por quien la arrancó del libro, unos segundos antes de que abrieran a la puerta. O tal vez, el hombre sólo tuvo tiempo de abrir el libro, buscar la hoja en cuestión, arrancarla, descartarla rápido y volver a poner el libro en su lugar. En fin: saber qué pasó con ese papel 50 años después es una quimera, pero no es lo más importante: la hoja en sí misma decía todo, pero, aunque nunca la podamos leer, con solo saber quién la arrancó, podemos saber qué decía. 

La hoja arrancada atesora uno de los momentos más calientes y polémicos de la historia del clásico tucumano, de San Martín-Atlético, de Atlético-San Martín: el Caso Cansillieri o “Cancillieri”, con “C”, como titulaban, erróneamente las crónicas de la época. Porque la historia es injusta con Julio Enrique Cansillieri, quien cuando empezaba a cumplir su sueño de jugar en Atlético, vio cómo su apellido, mal escrito, quedaba envuelto en una disputa de la que no tenía nada que ver. En esta historia, hasta con los apellidos hay engaños, mentiras, adulteraciones, ¿cómo habrá estado escrito el apellido en la hoja perdida de la Federación? ¿Con “S” o con “C”? ¿Habrá estado escrito el apellido en la hoja perdida de la Federación? ¿O se habrá perdido porque el apellido no estaba escrito?

Todas preguntas sin respuestas, o mejor dicho con muchas respuestas que se contradicen entre sí. Aquí vamos a tratar de contar algunas de ellas y reconstruir un episodio histórico y olvidado de un clásico que ganó Atlético en la cancha y San Martín en el escritorio. 

Julio Enrique Cansillieri, surgido de Sportivo Guzman, llegó al Decano para disputar los certámenes de la Federación Tucumana de 1970. Jugaba de volante central y fue un crack que corría y marcaba, pero también sabía tratar la pelota y no desafinaba en la exquisita orquesta de Tití Campi y Lito Espeche.

Sin embargo, Cansillieri no es recordado, como se merece, por sus sobradas cualidades futbolísticas, sino por un caso polémico que enfrentó fervientemente a Santos y Decanos en los pasillos de la Federación. 

Sucede que los dos clubes más grandes de la provincia disputaban palmo a palmo el torneo Anual de la Federación que, además de poner en juego el título más importante de la provincia, otorgaba una clasificación para el Nacional del año siguiente, el certamen más importante del país, equivalente a la Primera División de hoy. 

En la fecha 14, a falta de ocho jornadas, se disputaba el clásico en La Ciudadela, donde Atlético estaba obligado a ganar para arrebatarle la punta a su eterno rival: "Ya habíamos perdido en nuestra cancha y si queríamos que no se nos escaparan más, debíamos ganarles en la cancha de ellos”, recuerda Cansillieri, que ese día fue titular y festejó el triunfazo junto a sus compañeros en el vestuario visitante. 

El resultado fue 2 a 1 con goles de Tití Campi y Argüello para el Decano, mientras que para el Ciruja había empatado Miguel Pérez. Sin embargo, en los días posteriores, al club de 25 de Mayo llegó la noticia de que San Martín había presentado oficialmente el reclamo de puntos por mala inclusión de Cansillieri. 

“A mí me había buscado Atlético en diciembre de Sportivo. En ese momento la Federación estaba cerrada, entonces me hicieron firmar una solicitud de pase a Atlético en febrero. No sé qué pasó después. Esa son cosas de la que se ocupan los dirigentes”, recuerda Cansillieri.

El argumento del reclamo del Santo fue que Atlético nunca había inscrito correctamente al jugador en la Federación. Por su parte, los dirigentes de Atlético aseguraron que sí lo habían hecho. Entonces, el presidente de la Federación, Andrés Docampo, se sorprendió al descubrir que al libro le faltaba la hoja 11, justo en la que debía estar registrado el pase de Cansillieri. 

Desde la Federación crearon una Comisión Investigadora en la que se llegó a la conclusión de que la hoja había sido arrancada. Esto trajo acusaciones cruzadas: por un lado, dirigentes de Atlético sostuvieron que alguien de San Martín había hecho desaparecer el papel en el que constaba en acta la correcta inscripción del jugador. Por el otro, los del Santo sostuvieron que los Decanos eran los que habían arrancado la página para sembrar la duda, a sabiendas de que no se había registrado al futbolista en tiempo y forma. 

El Tribunal de Disciplina, compuesto de cinco personas, se expidió a favor de San Martín el 8 de agosto, con esa resolución, San Martín termina siendo campeón por solo dos puntos de ventaja: “Nosotros estábamos concentrando y escuchamos que el fallo era favorable a Atlético, entonces fuimos a dar la vuelta olímpica, pero era una mala información. El fallo fue para San Martín”, contó Cansillieri. 

De esta forma, San Martín fue campeón y se clasificó para jugar el torneo Nacional por cuarta vez consecutiva. El Decano, en tanto, debió esperar dos años más para jugar ese certamen: “Esa situación me perjudicó mucho, porque quedé pegado en algo en lo que no tenía nada que ver”, concluyó el jugador, 50 años después, rompiendo el silencio del destino de la hoja que sigue siendo un misterio. En caso de aparecer la hoja no solo revelaría uno de los mayores secretos de nuestro fútbol, sino que, además, sería el único papel oficial de los tiempos de la Federación, ya que, durante el Gobierno Militar, increíblemente, al unificar las asociaciones existentes, y crear la Liga Tucumana de Fútbol, decidieron quemar todos los libros y registros anteriores.

De todos modos, más allá de todos los rumores que envuelven al caso, o de la aparición de la prueba del delito, Julio Cansillieri cuanta su propia versión, no de los hechos en sí, sino de los dichos: “Una vez, hace muchos años y mucho tiempo después del partido, un empleado de la Federación que ya no vive y no voy a nombrar, me confesó que él mismo arrancó la hoja”, confesó el crack que, a final de cuentas, terminó imprimiendo su apellido, mal escrito, en la más misteriosa, jamás escrita o nunca leída página del fútbol tucumano.