Fueron a jugar a Portugal, los agarró la cuarentena y ahora venden empanadas
RUGBIERS TUCUMANOS
Ramiro y Álvaro Ferreyra, Marcos Flores y Javier Pereyra se encuentran en Setubal desde octubre del año pasado y, por lo pronto, no saben cómo ni cuándo volverán a Tucumán.
La historia puede sonar, en el principio, la de los clásicos jugadores de rugby que parten a ligas menores del viejo continente en busca de tener experiencia como profesional, conocer lugares nuevos y distintas culturas. Eso es lo que planearon Ramiro y Álvaro Ferreyra, Marcos Flores y Javier Pereyra, y estaba todo bien, hasta que llegó el coronavirus.
“Jugábamos en Academia de Rugby de Setubal, el último partido que jugamos fue en febrero y por el tema de la pandemia fue suspendido el campeonato, justo cuando habíamos clasificado a semifinales”, cuenta Álvaro en diálogo con eltucumano.com.
El coronavirus comenzó a asechar en el mundo, suspendiendo todas las actividades y cambiando los planes: “Nuestro contrato terminó, como el rugby no va a volver y nuestros pasajes fueron postergados para septiembre, teníamos que buscar el modo de pasar el tiempo y para sustentar los gastos”.
“El espacio aéreo de argentina está cerrado para nuestra empresa de vuelo y recién van a abrir en septiembre”.
Así fue como los muchachos que se conocieron en Universitario y tienen años de amistad, comenzaron a hacer empanadas de carne, pollo y queso y cebolla: “Esas son las que más les gusta”, cuenta el rugbier que luego contó que el repulgue “al principio no salía pero con la práctica sale”.
“Gracias a Dios nos está yendo muy bien, muchos pedidos para el poco tiempo que llevamos, esperando que sea aún mayor la venta. A la gente de Portugal le encanto así que por suerte están saliendo”.