Hizo pataditas con el papel higiénico, pero el final no fue el soñado

Antes que nada tengamos en cuenta que no es fácil para ninguno de nosotros y nosotras estar en la casa conviviendo las 24 horas los siete días de la semana con nuestros seres más queridos, con la razón de nuestras existencia, con lo más hermoso que tenemos, lo más sagrado, el amor de nuestras vidas, los padres de nuestras hijas, las madres de nuestros hijos. No, como dijeron grandes pensadores tucumanos: “Nadie ha dicho que iba a ser fácil”.La cosa es que muchos ya vimos temporadas de series que ya vimos, películas a las que les conocemos los diálogos de memoria, limpiamos esos rincones que nunca imaginamos limpiar, las canillas de agua se abren como nunca, canciones para lavarnos las manos, los zapatos o zapatillas en el balcón, horas de lectura, héroes y heroínas anónimas cosiendo barbijos, subiendo videos de gimnasia, musicalizando el barrio, todo, absolutamente todo sirve para hacer la cuarentena en casa.Los deportistas no son la excepción: levantan bidones de agua, se ponen arneses en la cintura para nadar como si estuvieran en Central Córdoba o en El Cadillal. Algunos le usan la cama elástica a los hijos, otros aprendieron a jugar a la Play o volvieron a la infancia con el Family Game, y los futbolistas crearon su propio desafío, su propio challenge.A falta de pelota, y como diría el gran Luis Rey: “Ahora resulta... que los futbolistas... como están guardados en la casa por la cuarentena... hacen pataditas con el papel higiénico. Mire usted”. Claro que no son tiempos recomendados para andar pateando papeles higiénicos nuevos y blanquitos con lo que vale y cuesta tener el buen papel higiénico en estos tiempos: el Elite doble roja 30 metros 4 rollos $161, o el Felpita simple hoja 30 metros 4 rollos $ 90.Jugadores de Atlético como Monzón, Erbes y Castro se sumaron a la tendencia mundial que llegó a las estrellas como Messi en Barcelona con la pequeña diferencia de que si hay algo que no le falta a Lio es papel. Los hinchas Decanos también se sumaron al desafío de hacer las 10 pataditas.Fue el caso de un crack que lleva el escudo Decano en el pecho, agarró un papel, pidió que lo filmaran, empezó con el muslo, una, dos y cuando amagaba para la ovación llegó el grito y no de gol de la señora: “¡Hijo de p…! ¡Con el dedo te vas a limpiar el c…!”, lo retaron. “¡No me c… el video!”, rogó el crack que, nobleza obliga, es bueno para esquivar los chancletazos.