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De arquero de Atlético a rastafari, osteópata, acróbata y jiujitero

CAMBIO DE VIDA

Luego de salir campeón del mundo con Vélez, su carrera fueron 10 intensos años, pero todo cambió: “Siempre fui de las personas que si hay algo que me gusta en la vida, lo intentaba”.

Foto: Twitter de Martín Arévalo.





La vida profesional de los deportistas suelen ser cortas. Cuanto mucho, puede llegar a durar 20 años y hasta un poco más en varios casos, sobre todo el de los arqueros, quienes no tiene problemas en culminar su carrera con más de 40 años. Es por eso que el caso de Sandro Guzmán llama la atención a más de uno, y mucho más cuando va conociendo las cosas que hizo después del fútbol.


El arquero vistió los colores de Atlético Tucumán durante 12 partidos en el año 2001. Luego de eso, jugó solamente dos temporadas más, en Mimi Strikers de Estados Unidos y Argentinos de Quilmes, y a los 31 años le dijo basta al fútbol. Y eso que su carrera comenzó con todo, siendo campeón del mundo en el Vélez de Bianchi, y jugando en el Boca de Maradona, antes que el Diego deje el fútbol.

“Fue de a poco la transformación. Siempre fui de las personas que si hay algo que me gusta en la vida, lo intentaba. No sé si después salía bien o mal. ¿La música? Alguna vez dije: bueno, qué se siente estar arriba de un escenario, cantar ante bastante gente. Lo hice y fue realmente lindo. Lo mismo, algo parecido, cuando jugaba al fútbol. Uno tiene una carrera de chico, hasta que llega a primera, después jugás con un estadio lleno y son las cosas que solamente se viven de verdad en vivo, estando ahí”, cuenta Guzmán en la nota brindada a Infobae.


Luego de desaparecer de los planos deportivos, Sandro apareció atendiendo un kiosko en una nota en CrónicaTV, con rastas y muy diferente a lo que se lo veía hasta ese momento: “Me fui acercando por las costumbres que tienen los rastas, me fui rodeando de gente que llevaba esa cultura. Un poco la música también, el reggae music. Una cosa va llevando a la otra. El estilo de vida de lo que es el rastafarismo es lo que me ha atrapado. Lo básico de un rastafari es el respeto, se le llama el “I and i”. Es el respeto que existe entre usted y yo; y yo y usted. La alimentación, por ejemplo, es fundamental para llegar bien al final. Por ejemplo, lo que es la base de alimentación del rasta es consumir alimentos no manipulados”, relató el ex arquero que desde hace unos años empezó a luchar en jiu-jitsu.


Al contar el estilo de vida que tomó desde hace más de una década, Guzmán aprovechó para hablar de la legalización del cannabis medicinal: “La gente la ve como el monstruo, como la droga. Cosa que no lo es. Tené en cuenta que con el cannabis se trata, por ejemplo, gente que tiene problemas de cáncer, autismo, asma, alzheimer, epilepsia... No es una planta que solamente se usa para fumar. El fumar es recreativo. Y, por lo menos en lo que es la cultura rasta, es para la meditación. No es para drogarse, sino para meditación. Además, una persona que consumiendo aceite de cannabis controla una epilepsia, ¿cómo no vas a estar a favor de eso? ¡Si salva vidas!”. 


“Yo decidí desvincularme del fútbol pero seguí haciendo cosas. En este caso de la osteopatía comprendí que tenía cualidades para desarrollar esta profesión, uno se siente bien ayudando a la gente. Muchos te dicen qué bueno que estás haciendo esto, te piden el número por si necesitan algo. Te preguntan por dónde tenés el consultorio”, relató en la jugosa entrevista que brindó.


"Cuando uno está en la cúspide como se dice viene de todo. Pero hay que saber controlar las pasiones. Saber qué gente se te acerca, qué gente te saluda cuando estás ahí arriba, que están los amigos del ídolo como quien dice. Cuando andas mal no sos el más malo de todos y cuando andas bien saber que no sos el mejor. Mente fría y no dejarse llevar por todo. Eso tiene un principio y un final. Hay que tener mucho cuidado porque cuando se corta de repente hay mucha gente que entró en mucha depresión porque, calculo yo, no salen en revistas, no son más noticia... Gracias a Dios ese proceso nunca lo pasé porque cuando dejé el fútbol seguí siendo la misma persona. Creo que nunca me maree, ahora me considero que estoy un poco más tranquilo, eso sí. Pero nunca me creí algo que no era", sentenció Sandro Guzmán, el ex arquero de Atlético que hoy en día es rastafari, osteópata, acróbata y jiujitero.