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"Fue para él": Walter Salinas metió cuarteto con el plantel y Pons le dedicó el gol

HISTORIAS DE ACÁ

El cantante la rompió con un concierto íntimo para los jugadores de San Martín y anticipó lo que pasó el domingo: "Le dije a Lucho que si hacía un gol le meta la W". La historia de la buena onda entre el crack cuartetero y los integrantes del Santo puntero. VIDEO

Luciano Pons hace la W para Walter Salinas, cuarteto de barrio, papá. La foto es de CASM Oficial.





El eterno festejo con forma de corazón dedicado en cada gol a Sol cambió de forma por unos segundos cuando Luciano Pons gritó el primer gol contra Gimnasia de Jujuy. Como un peronista recargado hizo la V con las dos manos, pero fue cuando las unió que armó una doble v, y ahí entonces sí, claro, más vale, para quién más va a ser la W que para Walter Salinas, el ídolo cuartetero que la rompe todos los fines de semana en todo el país y que lleva la música tatuada en la piel y a San Martín bien metido en el corazón.

“Mi festejo fue por Walter Salinas, por la humildad de visitarnos y hacernos pasar un momento muy bueno”, explicó Lucho, quien en la concentración del hotel compartió junto a todo el plantel las canciones de Walter a capella con sus compañeros de banda dándole a la viola, a la tumbadora y al acordeón. "Sí, se lo había pedido a Lucho. Él me pidió que tocara Uno x uno entonces le dije: 'Yo lo canto, pero vos tenés que hacer la W si hacés un gol. Son unos capos los changos, pegamos muy buena onda", le cuenta Walter a eltucumano.com. Y canta con el plantel:

“Y es el viento en tu pelo, tu libertad / La que me muerde / Es el deseo constante de amarte más... / ¿Qué quieres que le haga? / Si cuando me clavas la mirada / Se vuelven locos mis pensamientos / Nunca lo digo, pero lo siento... / Si en cada momentito / Que tú me tienes y estás conmigo / Lluvia de estrellas que se disparan / Dilo bajito, que me hace falta / Dilo bajito, que me hace falta”, canta Walter y el coro son los jugadores del Santo, de Ciudadela, cuarteto de barrio.

Lucas Diarte agita la batuta desde el fondo, Lucho filma a todos y mueve la cabeza como si estuviera esperando el centro, Nacho Arce tira unos pasos con la gorra, Orsi contempla la escena con una sonrisa grande como el hotel donde concentra San Martín, escenas de un equipo, de un grupo que traslada a la cancha lo que vive en la intimidad, plasmando lo que el propio Orsi junto a Sergio Gómez decían al llegar: armar el grupo humano, la base de todo, la unión puertas adentro que se plasma afuera.

Que Diarte y Arce sean los que tiran pasos no es casualidad: por ellos nació la relación con Walter. "La onda empezó con Lucas y con Nacho por Instagram. Nos pasamos los números y me invitaron a tocar. Ya me habían dicho que mis canciones sonaban en el vestuario y entonces me llegué el sábado al hotel. Canté como 12 canciones, estuvimos compartiendo casi dos horas de música y buenos momentos. Me invitaron a quedarme a cenar, pero no pude porque ya teníamos que salir a tocar. Teníamos cargada la noche por suerte", revela el crack cuartetero.

Las giras de los fines de semana por todo el país son bienvenidas por Walter, pero tienen una parte que le duele: "Tenemos muchísimo trabajo, pero extraño un montón ir a Ciudadela. Desde chico voy siempre y ahora por los shows no coincido. Al último partido de local contra Instituto (domingo 24 de noviembre a las 20.30) seguro voy a ir. Es muy triste no poder ir a la cancha y para estar un poco más cerca, para sentirme un poco más cerca llevo cinco camisetas de San Martín adonde vaya. En las pruebas de sonido siempre la tengo puesta, siempre me acompaña San Martín", jura Salinas, cuya música ya ha trascendido las fronteras gracias a sus amigos futbolistas tucumanos: "El otro día Pavón me mandó una historia escuchando mi música en Estados Unidos. El Tucu Salazar hizo lo mismo en el vestuario de San Lorenzo. Maxi Pereyra en Inglaterra, el Mati Kranevitter en Rusia, es increíble lo que me está pasando. Y ahora con San Martín, es lo máximo. Vi el video, lo compartí, es un grupo muy lindo".

Es el espíritu de un grupo, al que se refiere Walter, que se nota que se banca dentro y fuera de la cancha: desde el abrazo en ronda después de cada partido con las palabras de Mercier, o antes de salir a jugar con la última arenga de Arce, con la pelota firmada por todos sus compañeros ahí mismo en la cancha de Quilmes para el hat trick de Lucho y su noche soñada, o las fotos felices después de cada triunfo en el vestuario, los cantos en el bondi y en las concentraciones fuera de Ciudadela luego de los triunfos resonantes a Tigre, Quilmes y Almagro, en fin, Cirujas: momentos felices que se hacen canción al compás de Walter, fanático Ciruja que lleva la camiseta en la valija para sentirse un poco más de cerca de Ciudadela, que le dedica su música al amor de su vida por los 110 años, que suena en el vestuario y ahora también en las concentraciones en vivo y que está ilusionado como cada hincha de San Martín cuando, después de cantar, cierra los ojos y sueña con Primera.

Walter Salinas rodeado del plantel después de romperla en la concentración previa al triunfo contra Gimnasia de Jujuy. La foto es de Actualidad San Martín.