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Matías Ola sueña con que Tucumán apueste por el deporte y la natación

ENTREVISTA

Mientras se alista para cruzar el Canal de la Mancha, el nadador tucumano analiza la realidad de la disciplina en la provincia y el país. "Hay muy poca infraestructura y apoyo", considera.

Matías Ola, referente de la natación en el mundo.





Nació en Aguilares, vivió en San Miguel de Tucumán y actualmente está radicado en Buenos Aires. Sin embargo, el nadador Matías Ola, de 34 años, atiende a eltucumano.com desde Europa, donde se prepara para cruzar el Canal de la Mancha y convertirse así en el primer argentino en obtener la Triple Corona de Aguas Abiertas (ya cruzó el Canal de Catalinas, en California, y la vuelta a la isla de Manhattan, en Estados Unidos).


Lo hará la semana que viene (aún no tiene fecha confirmada), nadando los 42 kilómetros que hay desde Dover, en Inglaterra, hasta Calais, en Francia. "Esto es para los nadadores lo que para un escalador hacer cumbre en el Everest" escribió días atrás en su cuenta de Facebook, graficando la importancia de su desafío.


Pese a la distancia y la concentración, Matías no olvida sus orígenes y sus afectos, la familia y los amigos que estuvieron siempre. "Extraño mucho la noche tucumana, y esa cultura que tiene el tucumano de salir a compartir, de juntarse en un bar a comer o tomar algo", confiesa con una sonrisa.




Apasionado por los deportes desde niño, sufría por su condición de asmático. "Hacía lo que podía hasta que mis pulmones decían basta", confesó en una reciente entrevista con el diario "La Nación". Así fue como a los 21 años conoció la natación, por recomendación de los médicos, y encontró la salvación. "Me curé y nunca dejé de nadar", dice. Pero ahí también advirtió que la realidad de la provincia está lejos de ser la mejor. "En Tucumán la infraestructura para el deporte es muy pobre, y hay muy poco apoyo al deportista amateur, es imperioso restaurar los centros deportivos", considera el joven atleta, quien tiempo atrás trabajó junto al arquitecto César Pelli en la elaboración del proyecto para instalar un Centro Deportivo de Alto Rendimiento en el Complejo Ledesma, ubicado en la capital tucumana.


"En Santiago del Estero hace poco se inauguró la primera piscina olímpica con infraestructura internacional", compara, antes de reivindicar la importancia de la natación. "Es un deporte que se puede practicar a cualquier edad y que genera inclusión social. Se debería apostar para que los jóvenes se acerquen a la disciplina".


Entre los 21 y los 26 años, Ola compitió y ganó varias medallas para la provincia, hasta que decidió hacer un giro en su carrera. Había escuchado sobre los nadadores de aguas abiertas que se lanzaban a los mares y los ríos buscando algo más importante que un trofeo: a favor de la paz, por el medio ambiente o por algún proyecto social. "Me metí en ese mundo con la idea de unir los cinco continentes y nadar sin traje de neoprene".



Comenzó a entrenarse y creó Unir el Mundo, un proyecto deportivo y social para impulsar la inclusión a través del deporte. En 2015, creó la ONG Swim Argentina, que desarrolla programas y organiza acciones para difundir la actividad.


Y así comenzó. En los últimos años fue noticia en diversas ocasiones. Cruzó las aguas de Estrecho de Bering, entre Rusia y Alaska, con una temperatura de entre 2°C y 3°C. También lo hizo en las del glaciar Ventisquero Negro, en Bariloche. Fue el primer argentino en nadar en el lago Baikal, en Rusia, el más grande y profundo del mundo, entre otras proezas.


Y en una noche de 2015, prácticamente camuflado, realizó un nado histórico en Islas Malvinas. Lo hizo acompañado por la inglesa Jackie Cobell, "por la amistad". Juntos atravesaron el Estrecho de San Carlos en algo más de dos horas y media, con el agua a 6°C. "Costó mucho, en la isla no querían que lo hiciéramos. Pero salimos casi de incógnito y de madrugada y fue una experiencia hermosa. Queríamos dar un mensaje de paz y armonía, y lo hicimos", reconoce.


Entre sus próximos desafíos figura el de los Siete Océanos. Si el cruce del Canal de la Mancha es un éxito, le faltarían cuatro para completarlo, y aún ningún sudamericano logró hacerlo. También planea cruzar el Río de la Plata, ida y vuelta, desde Punta Lara hasta Colonia, con la meta de nadar más de 100 kilómetros en menos de 35 horas. Pero a la hora de definir su máxima aspiración personal todo eso queda atrás. "Mi mayor desafío es dejar el mejor legado posible y favorecer la inclusión social a través de la natación", asegura.