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"Ya me reía": el día que Robles frustró a San Martín en la Liga

CLÁSICOS INOLVIDABLES

El Gaucho se despachó con cuatro goles y desató la doble fiesta en el Monumental: en 2003, el Decano goleó 5 a 2 al Santo en uno de los choques más recordados en 25 y Chile. VIDEO

El Gaucho festeja el primero de sus cuatro goles en una tarde inolvidable. Foto: El Esquiú.





“Era una tarde de sol, nunca la voy a olvidar. El Gaucho los c…, en el Monumental”, se escuchaba aquel 30 de noviembre de 2003 en el estadio José Fierro. No era para menos, Atlético acababa de golear 5 a 2 a San Martín, en la semifinal de ida del torneo liguista. Fernando Robles se metía de lleno en el corazón del hincha Decano por convertir cuatro tantos y enterrar al eterno rival a jugar un año más en la Liga.


Por ese entonces, San Martín se encontraba solamente jugando el torneo local. Para participar del aquel entonces Argentino B, tenía que coronarse en la Liga tucumana. Por otro lado, Atlético venía de ser eliminado del Torneo Argentino A y varios jugadores del plantel habían bajado al equipo de la Liga para complementar un equipo que ya venía firme: “Para nosotros era coronar un campeonato que venía bien. Yo jugaba en el Argentino A y también en el equipo de la Liga. Hicimos un buen torneo que queríamos terminar campeones. Dio la casualidad que justo terminamos afuera del Argentino A y que San Martín venía por otro lado y nos tocó enfrentarnos. Por ahí se lo ve de otra manera, pero desde un primer momento que empecé a jugar en la Liga queríamos terminar saliendo campeones”, señala Fernando Robles, el hombre de aquella tarde soleada en el Monumental, en diálogo con el tucumano.

“Con San Martín nos íbamos a cruzar en algún momento. Fue importante y trascendental el primer partido porque en el segundo choque ya no había nada más que hacer que nuestro juego y esperar que terminara. Era muy difícil que nos metieran tres o cuatro goles, porque éramos un equipo bien compacto, porque trabajábamos muy bien y Atlético se hacía difícil”, revive el Gaucho la previa del clásico más importante que se jugó en la Liga Tucumana en los últimos 30 años.


Como ocurre en la mayoría de los clásicos en Argentina, el juego se hacía friccionado y luchado: "Hubo muchos roces. Era muy caliente el partido. Más que todo porque ellos lo veían de otra forma, éramos dos o tres que veníamos jugando ambos torneos y algunos bajaron y se acoplaron al equipo. Ellos sabían que éramos muy difíciles, la tenían brava. Y por ahí creían que pegando o ensuciando la cancha iban a emparejar las cosas, cosas que se hacen en el fútbol. Pero bueno, se dio de la mejor manera para nosotros”, dice el Gaucho de aquel partido, marcando las diferencias que hubo entre uno y otro equipo. 



La apertura del marcador se dio por medio de Dante Pérez. El jugador Decano ganó de cabeza y puso el 1 a 0. El intento de levantada de San Martín fue de apenas unos minutos. En ese lapso, Daniel Hernández se fue expulsado en el conjunto de La Ciudadela y Juan Lubo pudo establecer la igualdad parcial.


Promediaba el primer tiempo y Robles tuvo el 2 a 1, en la primera clara, pero el remate se fue apenas desviado. En la segunda no perdonó, capturó un rebote, la mandó al fondo de la red y salió corriendo al alambrado a festejar de los hinchas, a colgarse y a vivir ese momento con ellos: “Me agarraba esa locura constante cada vez que convertía”, destaca el hombre de la Banda del Río Salí, ese que jugó al basquet desde muy chico y que a los 15 años se fue a Unión Sunchales, pero unos meses volvió y su vida cambió. “comencé con los partidos veraniegos, por plata. Ahí me vio un señor y es como que ahí recién empecé”.


En el segundo tiempo volvió a aparecer él. Fernando, el Gaucho, el Gordo, llámenlo como quieran. De nuevo capturando un rebote para poner el 3 a 1 y para mostrarle su panza a los hinchas de San Martín que no paraban de insultarlo. El 4 a 1 vino luego de un pase largo, el goleador la dejó picar y sacudió la red con un zapatazo. De contra, Robles marcaba el quinto y la locura en el Monumental era extrema: "Distintos momentos viví en ese partido. El primer gol fue una locura. El 3 a 1 también se dio en una jugada un poco casual, pero en el último gol ya me reía. Iba la pelota entrando despacito y yo la miraba, y miraba la gente que me insultaba. La verdad que yo en ese momento ya me reía por cómo se dio. Los otros goles fueron una alegría inmensa por la gente más que todo, porque ellos lo disfrutan de una forma y nosotros de otra".



Walter Pereyra descontó y coronó el 5 a 2. El pitazo final dejó una goleada histórica y un recuerdo que vive por siempre en los hinchas de Atlético y en el propio Fernando Robles: “Tiene un gustito aparte, porque es un clásico rival, es un club importante que es lindo ganarle, por lo que significa, por la gente. La verdad que fue muy lindo todo, cómo se dio el partido y en lo individual también”.


Ahora, más tranquilo y lejos de las canchas profesionalmente, el Gaucho sigue de cerca al Decano: “Viene jugando muy bien, más allá de que el clásico es un partido aparte le tengo mucha fe, por cómo viene. Siempre dije que mientras jueguen Barbona, Aliendro, el Pulga y el Bebé va a ser fundamental. El buen fútbol pasa por ellos cuatro, sin desmerecer a otros. Ahora está Mercier, que es un relojito en la mitad de la cancha. Lo vi jugar mucho, tiene movimientos muy buenos y es para felicitarlo como juega, cierra, juega. Hace un trabajo muy a la perfección”. Sobre el cierre, Fernando Robles no duda en palpitar: "Gana Atlético 2 a 0".