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Cuando falta fútbol, aparecen la garra, el corazón y el Pulga

ANÁLISIS

Atlético no jugó bien ante Rosario Central, lo dejó crecer en el segundo tiempo, pero aún así se quedó con los tres puntos.

Foto: Matías Juri.





“No me gustó cómo jugamos, pero ganamos”. Las palabras de Ricardo Zielinski hablan a las claras lo que fue el partido de Atlético Tucumán ante Rosario Central, donde el Decano no tuvo el juego sólido y firme que venía mostrando en los últimos partidos, sobre todo en la defensa y en el mediocampo, pero aparecieron la garra, el corazón y Luis Miguel Rodríguez. El Pulga, el Rey del Norte.


La primera parte del período inicial mostró a ambos equipos imprecisos, con pases malos y poca claridad en el juego. La primera que tuvo la visita la mandó a guardar. Fernando Zampedri cabeceó solo el rebote de Cristian Lucchetti y el delantero, pidiéndole perdón a los hinchas del Decano, la mandó adentro.


El gol del visitante parece que cacheteó a Atlético. Los pases que no salían comenzaron a salir, y el Pulga tomó la batuta del equipo, bajando, pidiéndola y colaborando en la creación. Así fue como PR7 contagió, asistió a Mauro Matos y el delantero facturó, con clase, con categoría, como tienen que hacer los “9”, mostrándose atentos y convirtiendo las posibilidades que aparecen.


El show del Rey del Norte siguió unos minutos después, cuando José San Román le metió una pelota precisa para que el ídolo defina con toda la calidad. Así, en apenas cuatro minutos, Atlético daba vuelta el partido, jugaba y no dejaba hacerlo a su rival. Se fue al descanso mejor parado y con todo el panorama a su favor, para liquidarlo de contra, pero casi que se complica solo.


El inicio del complemento parecía que el equipo estaba bien parado. Juan Mercier se convirtió en el gran ayudante de Zielinski dentro del campo de juego. El Pichi ordena constantemente a sus compañeros, los acomoda y cubre los huecos, siempre. Físicamente se lo ve cada vez mejor, lo que hace que tome más protagonismo. Hoy Rodrigo Aliendro estuvo molesto, fastidioso e impreciso, y eso lo sintió Atlético. El motor no estaba bien, y si esa pieza falla, se lo siente.


El Decano comenzó a perder la pelota y Central a tomar protagonismo. La defensa no mostró la solidez de los otros partidos. Si bien Bruno Bianchi y Jonathan Cabral controlaron firmes a Zampedri, el ex Racing no estuvo seguro con la pelota en los pies y cometió algunos errores que podían haber terminado mal. Asimismo, el ingreso de Gabriel Risso Patrón por Mathías Abero le quitó altura y marca en las pelotas paradas, lo que hizo que el conjunto rosarino gane siempre por arriba mediante esas vías.


En esto se convirtió Atlético en los últimos tiempos, en un equipo que “está obligado a ganar en todas las canchas”, como dijo su entrenador en conferencia de prensa, y tiene argumentos para hacerlo, con su estilo, solidez y buena capacidad goleadora. Y cuando las cosas no salen, aparecen la garra y el corazón. Y el Pulga.