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¿Embrujado?: las malas noticias golpearon a San Martín

LA RECTA FINAL

El panorama se complicó más de lo pensado en cuestión de horas y se modificaron los planes a pocos días del regreso a la competencia oficial. ¿Qué pasa?

San Martín se prepara para jugar contra Patronato el jueves.





Desde el 3 de junio, la vida era color roja y blanca para San Martín: aquel día marcó el regreso a Primera del Santo, una inmensa felicidad que no opaca nada ni nadie, pero como dirían algunos: “En el medio pasaron cosas”.

Luego de una exitosa pretemporada entre Ciudadela y Perico, la base clave del plantel se mantuvo y llegaron refuerzos para soñar con algo más que mantener la categoría. Nacho Arce coqueteó con Unión, pero se quedó. Y Taca Bieler estampó la firma para gritar otro golazo en el mercado de pases. Y de los que llegaron: Tino Costa sacudió el invierno, pero el cordobés Nico Giménez ya hizo más ruido todavía.

La suerte siguió del lado del Santo con el cabezazo en el palo de Leandro Díaz y la noche le dejó una sonrisa hermosa cuando Nico guapeó ante Cabral, le dio el pase al Taca, quien se puso muy nervioso para definir ante la salida desesperada del Oso Sánchez, lo dejó en el camino y la clavó en el arco de la Chile, nada más y nada menos: inimitable. Pero…

Llegó esta semana, la que tiene en dos días el primer compromiso oficial, por el pasaje a los 16vos de final de la Copa Argentina contra Patronato, este jueves a las 21. Y empezaron las malas noticias, una detrás de la otra. ¿El Santo está embrujado? Veamos.

Todo ocurrió en menos de 24 horas: ayer por la mañana, Emiliano Albín trabó una pelota con Lucas Diarte, el fanático Ciruja que llegó desde Estudiantes. El choque fue fuerte y lamentablemente Diarte salió en muletas de la práctica, llorando, con rotura de ligamentos y seis meses por lo menos de recuperación. Diarte había llegado como alternativa a Maxi Martínez en el puesto. La noticia, claro, golpeó a todos.

Ricardo Seoane, el dirigente que se quedó en Tucumán para poner la firma con todos los refuerzos que llegaron, sonrió junto a Walter Serrano dándole la bienvenida oficial al Santo. Pero… el jugador conocido por Forestello de Rafaela no llegó a un arreglo con los números y se fue como se vino. Algo similar había pasado con Leo Sánchez, el defensor de Unión que llegó junto a Tino Costa, merendó en el Hotel Bicentenario, pero no llegó a un arreglo y se fue al día siguiente.

La renuncia de Daniel Galina a través de Facebook también golpeó a muchos socios que aún esperan una explicación oficial de qué fue lo que sucedió. Galina, quien estuvo en Rusia disfrutando del Mundial, volvió y presentó su renuncia indeclinable al cargo que justamente ocupará Seoane.

Y esta mañana, para completar el combo embrujado, Gonzalo Rodríguez. Turbo se retiró de la práctica con un fuerte dolor entre la zona del sóleo y el tendón de Aquiles. El alivio llegó esta noche: no es un desgarro sino una contractura en el gemelo. No viajará a Buenos Aires para el debut contra Patronato, pero estaría en el clásico del domingo contra Atlético. Lo seguro es que llegará en condiciones al debut contra Unión. Lo que más golpea a la dirigencia son las bajas de Diarte y Serrano, por lo que habrá que salir al mercado nuevamente, todo de cara al debut por la Superliga. ¿Habrá que llamar a un exorcista?