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Esteban del Santo y las fotos que inmortalizan la pasión por San Martín

UN FLASH

Retrata el sentimiento del Pueblo Ciruja a través de los hinchas y muestra lo que nadie ve en la cancha: desde las lágrimas de Goico la tarde más difícil hasta el delirio inolvidable la última noche de Galeano. "Elijo reflejar el grito de gol en las tribunas, ahí está todo". Mirá sus mejores imágenes.

El momento más esperado: el gol, el grito, el desahogo, la vena marcada en el cuello, el vaso con gaseosa o con fernet, los grandes, los chicos: San Martín. Todas las fotos son obra de Esteban del Santo.





Tiene apellido, pero Esteban del Santo es su nombre. Como un hincha más, hace la previa en La Quiaqueña o en un kiosco cerca de la General Paz donde suena rock. Apura el último sorbo y se despide de la banda hasta después del partido. Nunca deja de ser hincha pero a medida que se acerca a la cancha, acelera el paso y va metiéndose en la piel del fotógrafo de San Martín, el registro vivo de una pasión de todos los domingos, el Tortu que retrata como nadie el folclore de la popular, el que elige contar los partidos del Santo a través del gesto del hincha, de la mueca feliz, del llanto, de las camisetas al viento, de las manos aferradas al alambrado, y también a una ilusión: ver a San Martín campeón. "Cuento qué pasa en la cancha a través de los hinchas. Me ha tocado retratar momentos difíciles y momentos hermosos. En cualquier caso, todo siempre pasa por el ojo".

Esteban del Santo volverá este domingo a Ciudadela y parece que será con el mismo clima de la última vez en casa: todos apretados bajo la misma lluvia, con hinchas como Perico en cuero y el gorro rojo y blanco o El Chino chiflándole desde lo más alto del alambrado para que retrate una noche triunfal. En ese contexto sacó una de las mejores fotos del año, la que registra la escena final de una batalla de película: cinco hombres con las camisetas violetas vencidos, el número 5 de rodillas, otro de pie llevándose las manos al rostro, otro tirado en el piso golpeando el césped y dos más derrotados, mirando al cielo con los brazos estirados y la cara hundida en el pasto. Es la misma escena también con cinco hombres pero de rojo y blanco, Busse, González, Costa, Gonzalo Rodríguez y Bieler, todos en una corrida inolvidable tras los pasos de Juan Galeano, el héroe de esa noche.


"Esta foto es muy importante por lo que representa y por lo que generó. Tengo una cámara Nikon 5300 medio medio y la protegía de la lluvia con un plastiquito. Estaba muy caliente con el 2 a 0 abajo hasta que empecé a escuchar a los hinchas, cómo empujaban a los jugadores, empapándose, sin importarles más nada que cantarle a San Martín. Entonces salí de un techito que hay debajo de las plateas, saqué la cámara, le puse el pecho y llegó el gol: tiré tres disparos y salí corriendo a abrazarme con no sé quién. Después ví la foto y supe que era un golazo. Pasa también cuando hay un penal: no veo la ejecución, enfoco a la gente, retrato el grito de la gente, ahí está todo", relata Esteban, 38 años, vecino del Abasto, químico de día y fotógrafo desde el 2000 con Santa Locura y ahora Esto es San Martín.

La foto del gol contra Dálmine se viralizó rápidamente desde que su creador la subió a la página que creó justamente con los amigos de Esto es San Martín, una plataforma que se caracteriza por la calidad de su contenido y las transmisiones en vivo que suman cada vez más seguidores, hinchas que eligen a Luis de Simoca, a Diego Mamaní, y a una banda de creativos unidos por San Martín. Junto a ellos, Tortu retrató buenos y malos momentos, grandes alegrías y momentos complicados, situaciones que trascienden al fútbol, al resultado, como la tarde contra Sunchales que se veló a los hinchas fallecidos en la ruta: "Fue lo más difícil que me tocó vivir. Estaban todos los familiares de los hinchas y los jugadores llorando, como Goico. Cuando ví esa imagen, empecé a temblar. Tenés que ser cuidadoso y no invasivo con el momento tan delicado por hinchas que murieron tras una pasión, volviendo de ver a San Martín".


Como la vida misma, también están los momentos felices, únicos que pasan en la cancha y que sólo el ojo aguzado puede detectar, como una tarde de sol cuando Ramón Lentini saludó a un defensor colorado mientras se tocaba el izquierdo con la otra mano para evitar la mala suerte, o las imágenes de la Virgen del Valle y San Expedito en el banco de suplentes, o a Gonzalo Rodríguez besándose el tatuaje de San Expedito en el antebrazo, o una perla con los policías que están en el campo de juego y qué hacen durante el el festejo: "Los veo con el casco puesto y los escucho cómo putean, cómo sufren. Son hinchas de San Martín que piden entrar a la cancha. En los goles se tienen que controlar, pero un puño apretado se les escapa".

Asimismo, el ojo del fotógrafo de San Martín está curtido por lo que pasa en las calles de Ciudadela y en las tribunas. Hay una obra en camino que reunirá sus mejores imágenes y que retrata la procesión popular a través de un flaco de la brava que carga un bolso con los trapos, otro hincha con la camisa de anoche y la camiseta encima tirándose un paso con una cerveza metida en una botella de Coca, un viejo abrigado con el gorrito de todos los vicios: "Fumo, tomo, soy timbero, mujeriego y Ciruja", las lágrimas detrás de los anteojos de un gordo en la Pellegrini y la alegría de un changuito en los hombros de su padre, un loco allá arriba con la bandera del Oeste II y un loco acá abajo con una lata de humo blanca y roja, en medio de la marea humana que no para de crecer hasta que se rompe ese alambrado: "Ese día había quedado gente afuera, la cancha no daba más".

"Desde que mi abuelo Esteban Roque me llevó por primera vez a la cancha en el ascenso del 92, siempre la tribuna fue lo más lindo de todo. El fútbol son 11 contra 11, pero la popular es mágica. Hasta hay veces que extraño cuando podías entrar a la cancha con la bicicleta o con el perro. El folclore, la calle, los hinchas, todo hay que contar", cierra Tortu, y acepta el juego para componer la foto con la que todos sueñan, la que puede darse en tres domingos, también en Ciudadela, con el ascenso a Primera: "Lo más importante primero es este domingo y clasificar a la final. Después sí, si Dios quiere, ahí sí: imagino una foto con los jugadores dándome la espalda, en cuero o con las camisetas al viento, de cara a los hinchas. La foto del ascenso tiene que estar protagonizada por los jugadores y por los hinchas, los hinchas somos muy importantes en este camino, y de eso, ya nadie tiene dudas".


Esteban lleva al Ciruja en el pecho y retrata la pasión de San Martín como nadie. Aquí algunas de sus mejores fotos: