La vaselina del Zurdo Aredes: los ocho minutos demoledores del Decano

Los clásicos tucumanos son únicos, tienen ese no sé qué que te paraliza el corazón por 90 minutos y, dependiendo del resultado, podes estar festejando toda la semana o quedarte encerrado en tu casa, sin contestar el teléfono ni atender la puerta a nadie. Pasaron cinco años del último encuentro oficial entre Atlético y San Martín, esos por los puntos, los que valen en serio, y en eltucumano.com empezamos a recorrer los encuentros imborrables que disputaron los grandes de la provincia entre sí. Era una lluviosa tarde de aquel 28 de noviembre de 1998. El Monumental José Fierro explotaba. Edgardo Di Risio había abierto el marcador y parecía que el conjunto de la Ciudadela se llevaba el sexto triunfo consecutivo en el clásico, ya que controlaba el juego y a un rival que parecía perdido. Hasta que arrancaron los ocho minutos fatales que terminaron en una pesadilla para los dirigidos Jorge López. Todo comenzó cuando Carlos Jiménez lo atendió a Adrián Czornomaz y se ganó la tarjeta roja. De ese mismo tiro libre, tras el centro de Raúl Aredes, Héctor Cativa la metió al corazón del área y Fabián Bustos aprovechó para empujarla bajo el arco para decretar la igualdad. Apenas unos minutos después, Daniel Dalmasso se la puso en la cabeza al Pirata para que de vuelta la historia y para que Atlético comience a cortar la malaria de poco más de dos años sin ganar un clásico.La frutilla del postre llegaría también en esa primera parte, sobre el cierre, cuando la pelota cayó en los pies del Zurdo Aredes y el “10” no tuvo mejor idea que definir por sobre el cuerpo de Orlando Gómez, decretar el 3 a 1 definitivo y desatar la locura en las tribunas del Decano.