"Nos seguían, nos amenazaban, pero no nos detuvieron": se cumplen 30 años del juicio ético a Antonio Bussi
Este jueves se cumplen tres décadas de un hecho histórico en la lucha por los derechos humanos en Tucumán: el juicio ético al torturador y genocida Antonio Domingo Bussi, apenas dos semanas antes de que fuera electo gobernador de la provincia por el voto popular. María Coronel, militante de Derechos Humanos, recuerda cómo se gestó aquel proceso. “No podíamos hacer escraches. Nos seguían, nos amenazaban, hubo compañeros presos y otros que se exiliaron".
María Coronel.
Este mes se cumplen tres décadas de un hecho histórico en la lucha por los derechos humanos en Tucumán: el juicio ético al represor Antonio Domingo Bussi, realizado el 19 de junio de 1995, apenas dos semanas antes de que fuera electo gobernador de la provincia por el voto popular. Organizado por organismos de Derechos Humanos, con la participación de referentes de la política y el sindicalismo como Gumersindo Parajón y el jujeño Carlos "El Perro" Santillán y del activismo social, este juicio simbólico fue un grito de dignidad frente al avance del negacionismo. El proceso busca la condena social a quien fuera encargado de los secuesteos, torturas y asesinados durante el Operativo Independencia y la última dictadura cívico-militar.
En diálogo con La Tucumana de Mañana (La Tucumana FM 95.9) María Coronel, una de las fundadoras de la agrupación H.I.J.O.S. en Tucumán y testigo de aquel evento, compartió sus vivencias de esos días de lucha intensa y gestación de memoria.
Coronel, hija de padres desaparecidos y asesinados, que en ese entonces tenía apenas 20 años y transitaba su embarazo, relató cómo la organización del juicio fue una hazaña en sí misma. “No nos alquilaban ni los clubes, era muy difícil conseguir dónde hacerlo”, recordó. Finalmente, el acto se realizó en el club All Boys de la calle San Lorenzo, colmado de asistentes a pesar de las amenazas y del hostigamiento en las calles. Fue la primera vez que muchos jóvenes, hijos de desaparecidos y militantes, escuchaban testimonios de sobrevivientes en voz alta. “Fue conmovedor y llenador de energía”, remarcó.
El juicio ético tuvo un impacto profundo en la provincia. No solo denunció a Bussi como genocida cuando aún gozaba de impunidad, sino que revitalizó el movimiento de derechos humanos en Tucumán. Coronel describió esos años posteriores como duros, marcados por la persecución y la vigilancia. “No podíamos hacer escraches. Nos seguían, nos amenazaban, hubo compañeros presos y otros que se exiliaron. Pero no nos detuvieron”, afirmó. La agrupación H.I.J.O.S., a pesar de todo, logró hacer un primer escrache recién en 1998, durante un encuentro nacional.
La militancia no fue solo política, sino también cultural y social. Coronel destacó la efervescencia creativa de los ‘90 en Tucumán, desde las fiestas en la Facultad de Artes hasta radios independientes como Radio Cooperativa, que rompían el cerco mediático. En medio del caos social y económico, surgieron espacios de pensamiento crítico, resistencia estética y organización colectiva. “Había una energía que nos impulsaba a seguir, a buscar nuevas formas de lucha”,recordó
Hoy, 30 años después, ese juicio ético sigue siendo un faro. “Lo imposible solo tarda un poco más”, repite María. El juicio simbólico fue el prólogo de la condena real que llegó en 2008, cuando Bussi fue juzgado y condenado por delitos de lesa humanidad. “Ese día me acordé de aquel tribunal ético, porque fue la demostración de que sostener la lucha, incluso cuando parece inútil, siempre vale la pena”, concluyó. Aquel acto de memoria, verdad y justicia sigue vivo, recordándonos que no hay olvido posible cuando hay dignidad organizada.
Con motivo de cumplirse 30 años de este evento histórico, la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT invita a la comunidad a participar de un conversatorio donde se recordará este juicio ético con imágenes de aquel proceso y disertaciones de militantes y activistas. La cita es este juves 19, a las 19:45, en la Sala Orestes Cavliglia (San Martín 251).
