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"Eran cuatro cumpleaños": la verdad detrás de la batalla campal entre jóvenes este domingo en una iglesia de Tucumán

SOCIEDAD

Decenas de jóvenes se trenzaron a golpes en las puertas de la Parroquia San Francisco Solano de Banda del Río Salí. Este lunes dialogó con eltucumano el Padre Fabián Nieva. VIDEO

Parroquia San Francisco Solano, el lugar de los hechos. Foto: X





“Eh, ¿qué vení a pegá vo, loco? ¿Ah? ¿Qué vení a pegá vo, gil?”. 

Hace unos minutos había terminado la misa de todos los domingos en la Parroquia San Francisco Solano de Banda del Río Salí cuando comenzó una batalla campal entre jóvenes con cuatro focos de conflicto, uno por cumpleaños. “Sí, cuatro cumpleaños se celebraban ayer”, le cuenta a eltucumano este lunes el Padre Fabián Nieva, párroco del lugar de los hechos.

“¡Soltala! ¡Soltala! ¡Eh, loca! ¡Soltala!”.

Los gritos salían de otro sector de la batahola, con un grupo de chicas golpeándose y tirándose de los pelos mientras a unos metros pateaban en la cara a un joven con gorra azul y cerca de donde un niño lloraba en brazos de una señora con lentes.

“¡Sacala de ahí! ¡Sacala de ahí!”, gritaba un padre desesperado, en medio del tumulto y el ruido metálico de los celulares saturados que filmaban la escena dantesca, infernal, nada más y nada menos que en la puerta de una iglesia, a centímetros del atrio, bajo la cruz de un templo.

“Habíamos celebrado como todos los domingos a las 20 horas la misa. Esta es una parroquia que congrega a vecinos de muchos barrios y comunidades. Siempre hay muchos jóvenes por los cumpleaños de 15 y 18. Ya había terminado la misa y el templo se había despejado de la gente creyente que siempre viene a misa. Estábamos apagando las luces cuando comenzaron los gritos y los golpes”, relata el Padre Fabián.

“Siempre cuando termina la misa de la chica que cumple los 15 o del chico que cumple los 18, a la salida quedan los amigos para saludar. Estos chicos ni siquiera ingresan a la misa sino que los esperan afuera. Y es algo que deseo aclarar porque se dijo en otros medios: estos chicos no habían entrado al templo. Se quedaron afuera y cuando, en efecto, estábamos apagando las luces, nos dimos con este lamentable espectáculo”, agrega el párroco este lunes, con el dolor por lo vivido todavía en las retinas.

“Eran cuatro cumpleaños y no sabemos la causa que generó la situación. Son conflictos que los jóvenes traen de afuera. Aquí se hace foco porque se ha dado en el marco inusual como lo es fuera del templo. Pero son los mismos jóvenes que van a los boliches o a la cancha. Son los mismos jóvenes los que no respetan los lugares y esto es lo que nos tiene que preocupar: cómo bajar la violencia. Ahí hay que poner la mirada: nos duele que a esa edad ya habiten esa violencia. Si no hacemos algo, ¿imagínense cuando sean más grandes?”, se pregunta el Padre Nieva. 

La viralización sin contexto de los videos en las redes sociales dejó una pregunta puntual: “¿Y los policías? ¿Y la seguridad? ¿Y los vigías?”. Responde el Padre Fabián: “No teníamos a nadie cerca. No he visto presencia policial. Nosotros no podíamos salir de la iglesia. No es usual lo que ha pasado. Ha sido algo totalmente extraordinario. Hace 6 años que estoy en esta parroquia y es la única vez que vi pasara algo así. Pero hace falta presencia policial. No solo en el templo sino en la plaza, la municipalidad. Son lugares céntricos. La vigilancia es una presencia disuasiva”.

¿Qué pasa en Tucumán? ¿En qué punto nos encontramos? ¿Acaso podemos identificarlo? ¿O ya no hay forma de identificarlos? Una batalla campal en la puerta de una iglesia es la noticia. ¿Quedan límites? ¿O han sido totalmente burlados? “Insisto: lo que ha pasado ayer, lo que pasa a la salida de los bailes, todo forma parte de la misma realidad. Son los mismos chicos. La realidad es que no tienen referencialidad a la autoridad. Ante eso lo que nos convoca es la actuación en todos los niveles: los padres, la policía, nosotros como dirigentes sociales, la clase política, todos”.

A menos de 24 horas del lamentable hecho ocurrido en Banda del Río Salí, ¿qué reflexión última provoca lo vivido en el Padre Fabián Nieva? “Lo primero que nos tiene que causar es dolor. Este dolor no nos puede ser indiferente. Si pasa en una iglesia, imaginate en otros lugares. Todos los actores sociales tenemos que estar más atentos a estas situaciones. Todos los días tenemos misas llenas de jóvenes. Y puede seguir pasando".

"Los chicos no saben contenerse. Cuando vemos estos hechos sentimos que todo se nos está yendo de la mano. Hay mucha permisividad en los padres. Y se han perdido valores básicos como el respeto. Acá nosotros en la iglesia tenemos un hermoso espacio para los jóvenes que apuestan por otra vida. Los convocamos a que formen parte de ella. Sabemos que tenemos mucho por hacer. Sabemos que tenemos que hacer algo. Y tenemos que hacerlo ahora”.