El plan de Milei, Caputo y el FMI para sostener el dólar flotante
El lunes comienza a regir la eliminación del cepo cambiario y la banda de flotación de entre $1.000 y $1.400.

Milei y Caputo. (Foto: X @JMilei)
El lunes 15 de abril comienza la llamada Fase 3 del programa económico del Gobierno de Javier Milei, luego de que el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció el pasado viernes que desde ese día se eliminará el cepo cambiario y se establecerá una banda de flotante para el dólar de entre $1.000 y $1.400 en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que realizará un desembolso inicial de U$D 15.000 millones.
El lunes arribará a la Argentina el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, el funcionario de Donald Trump que tendría previsto reunirse con Caputo en el Palacio de Hacienda y con Milei en Casa Rosada, quiénes podrían requerir una línea de asistencia financiera adicional de parte de los norteamericanos.
Mientras Bessent se reúna con Caputo y luego con Milei, se estarán viviendo las primeras horas del mercado con oficial con las nuevas reglas fijadas por el gobierno.
El tipo de cambio dejará de estar administrado por el crawling peg de 1% mensual rígido y el mercado determinará, con el flujo de oferta y demanda que tenga desde ese momento, en qué lugar de la banda de flotación se acomodará.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) se reservará la posibilidad de actuar incluso antes de que toque el piso o el techo, aunque el criterio es discrecional.
El Gobierno espera que por la eliminación de la mayor parte del cepo, la brecha debería desaparecer en un corto plazo.
Eso sucedería aunque queden vigentes precios diferenciales para dólar turista, restricciones para los dividendos pendientes de giro al exterior, amortización de deudas, o para el pago de importaciones de algunos servicios o de bienes de lujo, especificó el informe del staff del Fondo Monetario.
La expectativa de los libertarios, según sostuvo Infobae, es que el nuevo dólar flotante tienda hacia la parte baja de la banda de flotación por ingresos de divisas: primero, por una inyección de stock desde el FMI, otros organismos internacionales y el Repo con bancos privados, por unos USD 19.600 millones en los próximos dos meses.
En segundo lugar, esperan un flujo positivo por la cuenta capital externa -por ejemplo, por inversión externa directa en economía real o financiera-, que deberá cubrir una cuenta corriente deficitaria por una balanza comercial que este año será menos favorable.
El viernes, último día del esquema cambiario anterior, el BCRA llegó a perder casi 400 millones de dólares como saldo vendedor en el mercado oficial, lo que -entienden- marcaba que el mercado esperaba de manera inminente un volantazo en la política cambiaria.
Con todo, el equipo económico y el FMI acordaron dejar por escrito un plan de contingencia para afrontar posibles presiones cambiarias con la implementación del nuevo esquema de dólar flotante entre bandas. Así fue manifestado en el informe de staff que difundió el FMI el viernes a última hora.
“La liberalización de las restricciones cambiarias se ha calibrado para que sea gradual a fin de eliminar una posible fuente de inestabilidad durante este proceso de estabilización. Sin embargo, en un contexto de elevados riesgos externos e internos, se necesitan planes de contingencia para asegurar un proceso de transición ordenado, y las autoridades están preparadas para endurecer las políticas fiscales y monetarias, entre otros ajustes, según sea necesario”, indica el reporte del staff, elaborado en conjunto con el Gobierno. En ese sentido, mencionan tres puntos:
“Las condiciones de liquidez se endurecerían según sea necesario (con un aumento endógeno de las tasas de interés) si surgen shocks negativos en la demanda de dinero”, como primer punto.
“La política fiscal también se endurecería según sea necesario para salvaguardar la acumulación de reservas y la estabilidad, mediante medidas a disposición del Ejecutivo. Además, si los ingresos no son suficientes, las autoridades reducirían el gasto primario en consecuencia, mientras que cualquier excedente de ingresos se ahorraría o se utilizaría para reducir los impuestos distorsionantes a las exportaciones (si la ganancia extraordinaria es permanente) para impulsar la competitividad”, mencionó el FMI. Por lo pronto, el Gobierno ya anticipó que aunque la meta con el organismo es de un superávit primario de 1,3% del PBI, buscará terminar el año con un 1,6% de excedente primario.
“El ritmo y la secuencia de la flexibilización de las restricciones cambiarias se ajustarían según sea necesario (por ejemplo, mediante una liquidación más gradual de la cartera de dividendos) para salvaguardar la estabilidad. Además, una gestión ágil de la deuda seguiría garantizando la refinanciación de la deuda interna”, apuntó el FMI como tercer punto del plan de contingencia.