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El aire que respiramos los tucumanos: un informe revela cómo impacta en la salud la quema de caña

contaminación

Un grupo de investigadores dependientes del CONICET y de la UNT monitorearon en tiempo real la calidad del aire en la provincia obteniendo datos alarmantes sobre los niveles de contaminación. VIDEO.

San Miguel de Tucumán, desde el aire. (Crédito: Wikipedia)





La lluvia de hollín producto de la quema de caña de azúcar, el humo en el ambiente producto de la quema de pastizales es harto conocido por todos los tucumanos. En los meses de julio, agosto y septiembre estas acciones, aunque ilegales, se potencian provocando un deterioro en la calidad del aire con impactos directo en la salud de todos los tucumanos y tucumanas. 

La periodista Mikaela Medina realizó un informe especial para Tv Prensa donde devela los problemas al medioambiente y a la salud que genera esta práctica. En este contexto, un grupo de investigadores dependientes del CONICET y de la Universidad Nacional de Tucumán se propusieron medir en tiempo real la calidad del aire en la provincia a través de monitores ubicados en todo el territorio.

Los datos obtenidos del monitoreo del aire revelan niveles de contaminación que superan ampliamente los estándares recomendados por organismos internacionales, exacerbando problemas respiratorios y otros síntomas en los habitantes de la región.

Uno de los entrevistados en el informe es el ingeniero Juan Ulivarri, del Subprograma Agronomía de la Caña de Azúcar de la Estación Obispo Colombres (Eeaoc), quien explicó la situación actual. “Hace 35 o 40 años, la quema del 100% del cañaveral era normal. Caía carbonillo en la ciudad y lo aceptábamos como parte de la producción”, señaló.

Además, aclaró que “actualmente la tecnología permite cosechar sin fuego, lo que es perjudicial tanto para los productores como para el ambiente.” Sin embargo, a pesar de la prohibición de la quema en Tucumán, algunos minifundistas todavía lo hacen. “Este año hubo una helada que perjudicó a los cañaverales y las dejó en un estado de combustibilidad muy alta. Hoy se quema no solo caña de azúcar, sino pastizales, banquinas. La sociedad tucumana está acostumbrada a prender fuego. A limpiar su basura con fuego, las hojas de la vereda con fuego, y la caña de azúcar está metida en medio de la sociedad tucumana”, lamentó.

Una de las iniciativas para monitorear la calidad del aire es el proyecto Breathe to Change, liderado por el investigador Rodrigo Gibrisco. Aida Ben-Altabef, responsable del Laboratorio de Estudios Atmosféricos INQUINOA-CONICET-UNT, comentó sobre el proyecto: “Hemos instalado 19 sensores en toda la provincia para monitorear la calidad del aire. Ya estamos obteniendo resultados preliminares que son preocupantes.” Esta iniciativa, respaldada por financiamiento y equipamiento especializado, es esencial para evaluar el impacto negativo en el medioambiente de la región.

En cuanto a los niveles de Contaminación y su Impacto, el especialista en geomática y sistemas especiales, Facundo Reynoso Posse, explicó la gravedad de la situación. “En épocas de sequía y quema, los niveles de material particulado alcanzan entre 30 y 40 microgramos por metro cúbico. Esto duplica e incluso triplica los valores recomendados por la OMS,” especificó.

Luego, destacó los datos recabados por el sistema de monitoreo instalado y que ofrecen información en tiempo real. Al respecto, contó que las zonas cercanas a la ruta 38 y el centro de la provincia son las más afectadas.

Por otro lado, Héctor Hugo Altiere, coordinador de la Secretaría de Innovación, Desarrollo y Extensión de la Facultad de Medicina de la UNT, realizó un estudio minucioso sobre el impacto en la salud. Para la investigación decidió estudiar grupos de niños.

“Estudiamos a niños en 12 escuelas del interior de la provincia y observamos un aumento en los síntomas respiratorios. Las áreas con mayor quema muestran una mayor prevalencia de problemas como falta de aire y opresión en el pecho”, manifestó y agregó: “La salud infantil se ve afectada por el aumento de la concentración de partículas, eso nos lleva a sugerir prevenir porque es muy difícil limpiar la atmosfera”. 

Es importante remarcar que la Ley provincial 6.253 prohíbe la quema de caña en general, mientras que el decreto 1.955 prohíbe la quema de caña en pie, pastizales y rastrojos. Las multas previstas van desde 5 a 500 sueldos básicos de la administración pública. Además, no sólo se penaliza el fuego en cañaverales, sino también los campos ya quemados y la recepción en los ingenios tucumanos de caña quemada. Las multas previstas para los ingenios son de 10 sueldos básicos por cada rastra que se detecte ingresando al mismo.