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Piden la detención del ex chofer de José Alperovich por falso testimonio: borró sus chats con la denunciante

ESCÁNDALO NACIONAL

El fiscal Sandro Abraldes le pidió al juez Juan María Ramos Padilla la inmediata detención de David Cayatta, primer testigo en declarar en la audiencia de este lunes. Ante sus evasivas, fue demorado y derivado a la alcadía del Tribunal porteño donde se desarrollan las indagatorias.

Foto: Celina de la Rosa, tomada de Twitter @Celina_Tuc





El fiscal Sandro Abraldes le pidió al juez Juan María Ramos Padilla la detención de David Cayatta, ex chofer y custodio personal de José Alperovich. Lo hizo mientras este declaraba en el marco del juicio donde el ex gobernador de Tucumán está acusado de nueve abusos sexuales con y sin acceso carnal de su sobrina segunda y ex secretaria privada. El chofer, quien sería testigo de los abusos ocurridos a bordo de un auto del ex senador, borró sus chats con la denunciante y dijo no saber nada de los abusos sexuales, por lo que la fiscalía pidió que sea detenido por falso testimonio.

"Cayatta no quiso o no pudo contestar concretamente sobre una serie de chats de WhatsApp y de Instagram que él había mantenido con la denunciante. Esos intercambios de mensajes están adosados al expediente pero en los mismos se mira, efectivamente, qué Cayatta había borrado la gran mayoría de sus respuestas a los mensajes en los que ella le decía los abusos y presiones que estaba sufriendo", indicó el diario La Gaceta.

"La Justicia entiende que el testigo estaría ocultando información relevante para el debate que se está llevando a cabo en el Tribunal Oral en lo Criminal N°29", planteó TN, y recalcó que a Cayata "se le consultó sobre posibles abusos y acosos que habrían sucedido, según la denunciante, arriba del vehículo que los trasladaba a las recorridas que hacía el exgobernador en campaña".

Sin embargo, explica TN que "las respuestas del testigo habrían sido contrastadas con las de otras personas que declararon en el debate y, ante la incongruencia del relato, el fiscal Sandro Abraldes pidió la detención de Cayata", y aclara que "este pedido debe ser analizado y resuelto por Ramos Padilla en las próximas horas".

Los nueve hechos de abuso por los que acusan a Alperovich

En un extenso escrito (419 páginas), el juez Osvaldo Rappa, al frente del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 35, se explayó sobre "la perspectiva de género", habló de "violencia sexual, simbólica, emocional, física". Y decretó el procesamiento de Alperovich "por 'considerarlo 'prima facie' autor penalmente responsable del delito de abuso sexual simple reiterado en tres oportunidades, dos en grado de tentativa, en concurso real con abuso sexual agravado por seis hechos, mediando abuso de poder y autoridad; todo lo cual por sus circunstancias, y tiempo de duración le ocasionaron a la víctima un sometimiento sexual ultrajante".

A Alperovich se lo procesó por haber abusado de su sobrina, y entonces también su secretaria privada en nueve oportunidades.

Las dos primera veces fueron en diciembre de 2017 por la noche, en uno de los departamentos que tiene Alperovich en Puerto Madero. Allí el entonces senador intentó forzarla de varias maneras, tocándola, abusándola.

Luego la sobrina denunció que la abusó en tres oportunidades distintas en febrero de 2018 en el auto de él. Entonces vinieron las violaciones, en una casa de Tucumán, en marzo.

Después siguió tocándola, molestándola, abusándola y amenazándola: “Hace tal cosa sino ya sabes lo que te va a pasar”. Finalmente ella se animó a renunciar el 19 de mayo de ese año, y le dijo que era por todos los abusos sufridos.

Las pericias psicológicas realizadas a la víctima confirmaron las secuelas traumáticas y el daño psíquico producto de situaciones de violencia relacionadas con lo sexual.

En la causa, la sobrina de Alperovich pudo contar la presión psicológica que sentía por parte de él, que sentía que nadie nunca la iba a salvar, y que eso era paralizante, como saber que él tenía sus custodias fuera de la puerta, que eran muchos hombres, que estaban todo el tiempo y que estaban armados protegiéndolo a él.

También pudo decir que en terapia recién vio las distintas formas en que él la violó. Que el avasallamiento había sido tal, que lo vivió como una expropiación, como que ella no era dueña de su cuerpo. Tuvo un gran deterioro de su cuerpo, depresión, ataques de pánico, angustia y ansiedad, pérdida del pelo, uñas debilitadas, falta de apetito; bajo más de 10 kilos, tuvo temblores, sentía falta de aire, que había perdido el sentido de su vida.