"Me dije a mí mismo que sí podía": Exequiel tiene asperger y se recibió de profesor
En el Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo, te traemos la inspiradora historia de un joven docente que se atrevió a ir contra toda barrera. Inclusión, de verdad.
Cada 2 de abril el mundo habla de autismo. ¿Porqué? O, mejor dicho: ¿Para qué? ¡Para visibilizar! Y esta es la intención de este martes, mostrar historias, ejemplificar, y sobre todo, esperanzar. En este caso, la idea es relatar la historia de Exequiel Ortiz, un joven de 24 años que, contra a toda creencia limitante, decidió superar cualquier barrera y recibirse de profesor de educación física.
El 26 de febrero, una foto publicada por las redes sociales del Instituto Superior San Cristóbal, cobraba una difusión especial y se llenaba de mensajes de felicitaciones hacia el nuevo docente.
Mario nació un 15 de diciembre de 1999, en Monteros, pero fueron 15 años los que demoró en llegar su diagnóstico: “Síndrome de Asperger (TEA) me diagnosticaron a los 15 años en plena adolescencia”. Además de esto, Mario también sufre de dislalia, por lo que le es más fácil expresarse a través de la escritura. Son hojas hojas las que escribe en su habitación sobre su tema de interés supremo: la historia del deporte, del fútbol, de Boca Juniors.
“Decidí estudiar para mostrar que me podía superar a mí mismo, demostrando mucha capacidad y poder de decisión. Claro que siempre más que nada tengo la compañía de mi mamá, en este camino de la carrera” aseguró.
Graciela, su mamá, no puede evitar que sus ojos se llenen de lágrimas al escuchar las palabras de Exequiel. “Las mamás y los papás siempre tenemos en nuestra cabeza el pensamiento de qué va a ser de nuestros hijos cuando no estemos, y más todavía cuando ellos tienen una discapacidad. Por eso todo lo que hago es pensando en que Mario (ese es su primer nombre), tenga una vida independiente”, dijo para eltucumano.
En los cuatro años reglamentarios que duraba la carrera de educación física, Mario Exequiel encontró la empatía por todos lados: “El cursado fue muy satisfactorio para mí en lo personal, crecí mucho, adquirí conocimientos nuevos y demostré entusiasmo para aprender y relacionarme con mis otros compañeros. En las prácticas docentes me fue más que bien, pude superarme día a día, vencer miedos y malos pensamientos de la gente, pero siempre tuve confianza de mí mismo y en cada clase di actividades, ayudé mucho a alumnas ya que me tocó primero tener mujeres y luego varones, y logré ser querido”, aseguró.
“Recibí siempre apoyo de mi docente a cargo, la profesora Ivana. Ya recibido tengo casi decidido enseñar educación física a personas de cualquier edad o con patologías o problemas de salud para ayudarlas” remarcó.
La lic. Ivana Jodar Jaime, es docente de esta institución educativa de gestión privada que cuenta con carreras como tecnicaturas en higiene y seguridad laboral, en psicomotricidad, en acompañamiento terapéutico, o en gestión y desarrollo de recursos humanos, entre otras. Ella acompañó a Exequiel en el principio y en el final de su carrera, para englobar lo que pudo ver en él en una sola palabra: “Inspiración”.
“Transitó nuestras aulas y los cuatro años del profesorado con determinación y superando las pruebas y barreras que iban apareciendo año tras año. Cuando iban aumentando la dificultad de sus prácticas, las superaba. Todos los profes vimos que su familia le decía ‘yo sabía que podías’ el día que se recibió, todo lo que él logró fue también con apoyo de su familia y del cuerpo docente del instituto San Cristóbal pero también de parte de sus excompañeros y colegas, que lo apoyaron en prácticas, residencias docentes” aseguró, dejando ver que la empatía y la inclusión real volvieron a cruzarse con Mario en estos cuatro años.
“El grupo que tuvo Mario fue muy bueno, lo acompañaron en distintas etapas, en sus prácticas. La escuela Normal de Monteros también le abrió sus puertas tanto en nivel inicial como en primaria y en secundario, todas sus prácticas las hizo ahí. Quiero destascar que, si bien él estaba acompañado de la familia, pero en general iba solo, es muy independiente. Lo atendieron con mucho respeto los alumnos siempre, todo eso es destacar”, dijo.
Los nervios se apoderan de Mario Exequiel y de su cuerpo cuando de hablar se trata, pero, sin embargo, con una fuerza arrolladora los ignora y decide tomar más fuerza y hablar: “Me gustaría ser un profesor justo pero exigente, quiero enseñar. Yo solo me di ánimos siempre y me dije que sí podía”.
“Mi mensaje en este 2 de abril, sería más que nada que todo es posible si se esfuerzan y desarrollan capacidades y logran muchas cosas más allá del TEA, ya que un diagnóstico no define a una persona, ya que es una condición de vida y no una enfermedad como muchos dicen, confunden la información por falta de conocimiento. Para cerrar quiero decir que cada familia debe apoyar en todo momento para que ese niño/a pueda crecer y tener amigos y derechos sobre todo, es importante que sean incluidos en todos los espacios como así fue me recibieron en el Instituto San Cristóbal que tanto estaré agradecido tanto directivos como profesores/as” finalizó.
Por su parte, Graciela, la mamá del profesor, tiene un mensaje para las agrupaciones que militan y luchan para visibilizar al autismo: “Yo pertenezco a Corazones Azules del Sur, y al igual que en mucha agrupaciones, a veces discutimos mucha horas sobre el lema, el logo, el color. Creo que debemos comenzar a trabajar más intensamente en que existan espacios reales de inclusión como este instituto, espacios de trabajo, que la gente se acostumbre a compartir con personas con TEA. Tenemos que generarles su independencia”.