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Se reveló el calvario que sufrieron Benjamín y sus hermanitos: prisión preventiva para los padres

Caso Benjamín

El Ministerio Fiscal les dictó prisión preventiva a los padres de Benjamín y los acusó de los delitos de homicidio y lesiones leves agravados por el vínculo. El martirio de los tres hermanitos.





El jueves por la tarde se realizó una audiencia requerida por el fiscal Miguel Ángel Varela, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Homicidios y Atentados contra las Personas del Centro Judicial Concepción. Ahí se dictó el pedido de prisión preventiva y los cargos que se le imputan a los padres de Benjamín Gutiérrez, el niño desaparecido desde hace meses y cuyos restos habrían sido hallados este miércoles en una zona montuosa del paraje La Ensenada de la localidad de Atahona. 

En la audiencia, que se extendió por una hora y media, en representación del Ministerio Público Fiscal intervino la auxiliar de fiscal, María Emilia López Delgado. Tras describir las circunstancias de sus detenciones, la investigadora procedió a relatar los dos hechos que se les atribuyen a los imputados, Jorge Luis Lucero (43) y Romina Vanesa Gutiérrez (30). A los padres de Benjamín se los acusó provisoriamente de coautores del delito de lesiones leves agravadas por el vínculo y de homicidio agravado por el vínculo, Lucero en calidad de autor y Gutiérrez como partícipe secundario.

En cuanto a la primera de las acusaciones, la de lesiones, las víctimas son los tres hijos menores de edad de la pareja: Benjamín, de tres años; su hermano de ocho; y su hermana, de cuatro. Según informó el Ministerio Público Fiscal, los niños habrían sufrido maltratos físicos desde que nacieron; mientras que en el segundo hecho la víctima es el propio Benjamín, a quien habrían asesinado el año pasado y ocultado su cuerpo.

A su vez, la Fiscalía enumeró las evidencias recolectadas hasta este tramo de la investigación, la cual inició con la denuncia de la abuela paterna, quien se preguntaba en reiteradas ocasiones por el paradero de Benjamín y nunca recibía respuestas certeras de sus progenitores. También se cuenta con los testimonios de los hermanitos, que, según consta en el legajo, por ejemplo, la niña le manifestó a la abuela materna que Benjamín “era un angelito y que ya no iba a estar con ellos”, mientras que en otra oportunidad expresó que su hermano había sido enterrado por su padre y que no quería hablar mucho porque “le causaba lágrimas”.

Por otro lado, se dispone de la medida de rastrillaje realizada por el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) del MPF al momento de la búsqueda y posterior hallazgo de los restos, trabajo que contó con la colaboración de Bomberos Voluntarios y Grupo de Canes. En tanto que al allanar la vivienda de la familia se secuestró un machete, látigo, un colchón, prendas de vestir con machas pardo roijzas y el teléfono celular de la madre.

Entre otras de las evidencias, se poseen informes médicos de los hermanos de Benjamín que refieren a distintas lesiones sufridas en distintas etapas de su vida. En cuanto al informe preliminar de los restos óseos, arrojó que se trata de “restos humanos esqueletizados con pérdida prácticamente total de las partes blandas y demás estructuras”. A su vez, el estudio sostiene que “estamos en condiciones de afirmar que estamos ante restos de un infante, con una edad probable que oscila entre los dos y cuatro años”. Con respecto a las posibles causas de muerte, precisa que “hay alteraciones menores de la estructura del cráneo, que podrían corresponderse por lesiones sospechadas de traumatismo de cráneo”.

 

Prisión preventiva

La auxiliar de fiscal López Delgado solicitó que se ordene la prisión preventiva de ambos acusados por seis meses, plazo que dura la investigación penal preparatoria. Para ello, se basó en la existencia de los peligros procesales de fuga y entorpecimiento. La funcionaria judicial hizo alusión a las características del hecho y a la pena en expectativa. “Estamos hablando de tres víctimas vulnerables y que necesitan una protección específica, ya que son niños que fueron sometidos a lo largo de sus vidas a distintos maltratos físicos e incluso, en el caso de Benjamín, le causaron la muerte”.

La defensa de Lucero no se opuso al requerimiento fiscal, mientras que la de Gutiérrez sí lo hizo y demandó el arresto domiciliario por tres meses. En su resolución, la jueza interviniente decidió hacer lugar a las prisiones preventivas solicitadas por el Ministerio Fiscal, aceptando el plazo de seis meses para el padre, pero de tres meses para la madre. 

Por último, dispuso que Lucero sea alojado en la Unidad N° 3 de Concepción y Gutiérrez en la Cárcel de Mujeres de Banda del Río Salí.

 

La acusación del Ministerio Público Fiscal (MPF)

Lucero y Gutiérrez viven en concubinato desde hace aproximadamente nueve años y, producto de esa relación, tuvieron tres hijos: un niño de 8 años, una niña de 4 y Benjamín de 3, siendo su domicilio desde hace tres años en el paraje La Ensenada. Durante los años de convivencia, los imputados de manera habitual proporcionaron malos tratos físicos a sus hijos golpeándolos en distintas partes del cuerpo, utilizando hierros, botellas, machetes, látigos y también mediante golpes de puño, provocándoles lesiones. 

Con respecto a Benjamín, le provocaron una fractura en costal izquierdo y en fémur izquierdo, las cuales fueron curando con el paso del tiempo sin recibir atención médica. En cuanto a sus hermanos, las secuelas de estas lesiones son objetos de investigación. 

Encontrándose los acusados en su domicilio junto a sus tres hijos, un día hasta el momento no identificado, entre julio y diciembre del año 2023, estaban arreglando el techo de la vivienda, para cuya tarea usaban a sus hijos. Momento en el cual, Lucero se enojó con Benjamín y, con claras intenciones de provocarle la muerte, le pegó en la cabeza con un bloque de cemento que estaba utilizando para arreglar el techo, provocando que el niño se desvaneciera en el piso y falleciera. 

En ese momento, Gutiérrez, a los fines de ayudar a su pareja a ocultar el cuerpo sin vida, procedió a envolverlo en un toallón, luego en dos sábanas, colocarlo envuelto en una funda de almohada y finalmente poner el cuerpo en una bolsa. Después, lo entrego a Lucero para que lo llevara hacia el monte que se ubica al fondo de la propiedad, a una distancia aproximada de 1,5 kilómetros al sudeste, donde el hombre lo dejó semienterrado y tapado con una sábana.