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Tensiones y disputas en los intentos por fusionar al PRO con La Libertad Avanza

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Desde ambos espacios, que ya funcionan en tándem, se lanzaron señales que apuntan a blanquear el acuerdo de gobernabilidad. Sin embargo, hay peleas por lugares clave. ¿Una fusión ordenada o un intento por fagocitar al otro?

Macri quiere coparle el gobierno a Milei mientras mantiene charlas con Victoria Villarruel.





Luego del fracaso de la Ley Ómnibus en el Congreso, el gobierno nacional busca reordenar a su tropa. Entre acusaciones públicas de traición a gente de su propio espacio (una cuenta oficial de las que orbitan al presidente Javier Milei incluyó a Carolina Píparo, excandidata a gobernadora de Buenos Aires por La Libertad Avanza, en una lista de "traidores a la Patria") y la expulsión de potenciales aliados de algunos organismos del Estado, como la salteña Flavia Royón de la Secretaría de Minería o el cordobés Osvaldo Giordano de Anses, el espacio presidencial busca avanzar en acuerdos con el sector comandado por Mauricio Macri.

Si bien existe ya un acuerdo con el macrismo más duro, reflejado en que la excandidata presidencial Patricia Bullrich y su excompañero de fórmula, Luis Petri, sean parte del gabinete, además de los esfuerzos del bloque del PRO para que se apruebe la Ley Ómnibus, en las cabezas de ambos líderes ronda la idea de blanquear la relación. El paso fundamental para ello sería fusionar los bloques parlamentarios y que el expresidente de la Nación ubique a algunas de sus "estrellas" en puestos del Poder Ejecutivo.

Esa pretensión del expresidente de Boca se choca con la postura de la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, quien defiende a capa y espada a sus ministros como así también al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. La defensa de Karina es una respuesta a las críticas que por lo bajo hace Macri a algunos funcionarios, sobre todo el ministro del Interior, Guillermo Francos, señalado como el arquitecto de la derrota parlamentaria. El riojano a cargo de la Cámara Baja tampoco se salva de los dardos macristas, que indican que con Cristian Ritondo en ese lugar la ley habría sido aprobada.

Si bien Milei admira profundamente a Macri (a quien se refiere como "presidente", sin el prefijo "ex"), parece muy difícil que lo coloque por encima de su hermana, presentada en la gira por Israel y Roma como la Primera Dama. A Macri no le causa gracia que "la tarotista" (forma despectiva en la que se refiere a la funcionaria) concentre tanto poder, pero estaría dispuesto a negociar, en esta etapa, por las secretarías de Estado y los organismos descentralizados. El botín más preciado para Macri sería Anses, lugar vacante tras la expulsión de Giordano. El lobby para que la otrora "estrella naciente" del firmanento macrista, María Eugenia Vidal, ocupe ese espacio es indisimulable. Diego Santilli es otro de los alfiles que busca colar Macri dentro del gobierno liberal libertario. Demuestra así que el rencor no es algo que lo caracterice, dado que ambos diputados jugaron con Horacio Rodríguez Larreta en la interna de juntos por el Cambio el año pasado, mientras él apoyaba la candidatura de Bullrich.

¿Y en el Congreso? Allí la cosa parece más trabada. Es que tanto Macri como Milei cuestionan a Martín Menem por su inexperiencia y lo señalan como uno de los responsables del naufragio de la Ley Ómnibus. Sin embargo, "El Jefe" Karina intenta contenerlo y ofreció a Cristian Ritondo la presidencia de un interbloque entre LLA y el PRO, propuesta que no contaría con el aval de Macri.

Además de los desplazamientos que se pueden dar en los próximos días, existe una disputa por el sentido de estas jugadas. Hacia afuera será presentado como una continuación de los acuerdos que se empezaron a tejer desde que JxC quedó tercero en la elección presidencial y el exjefe de Gobierno porteño, a pedido de su hija Antonia, brindó su apoyo al libertario en el ballotage contra Sergio Massa, vía Patricia Bullrich y Luis Petri (recompensados con importantes carteras estatales). Sin embargo, puertas adentro todo se miran con desconfianza. Es que hay sectores que afirman que todo marcha de acuerdo al plan de Macri, que especulaba con que el libertario fracase en los primeros meses de gestión y sea el PRO quien arribe como el gran salvador del "cambio que votaron los argentinos". Del otro lado contestan con que no hay forma de esmerilar la figura de Milei en un país presidencialista y que la fusión de los equipos le daría músculo al libertario y signficaría una sumisión del expresidente, sumado a que un eventual acomodamiento de la economía sería todo ganancia para el titular del Ejecutivo.

Todas estas negociaciones se acelerarán con la vuelta del presidente tras su extensa gira por Israel y Roma junto a varios integrantes de su Gabinete.