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Sedición policial: revelan que los funcionarios recibieron un informe que alertaba sobre los saqueos

juicio histórico

El ex jefe de la Inteligencia Criminal continuó con su declaración en el juicio que se desarrolla a casi diez años de los hechos. El pago del uniforme policial habría sido uno de los desencadenantes del acuartelamiento.

Foto de Fernando Font, publicada en el diario La Nación (12/12/2013).-





En una nueva jornada del juicio por la sedición policial de 2013 que dejó a la provincia a merced de bandas que realizaban saqueos y sumió en el terror a los tucumanos, el ex jefe de Inteligencia Criminal, Jorge Urueña, reveló que había elaborado un informe en el que alertaba sobre posibles saqueos en la provincia un mes antes de que finalmente ocurrieran. Ese informe fue presentado quienes eran en ese momento ministro de Seguridad, Jorge Gassenbauer, y jefe de Policía, Jorge Racedo, que hicieron oídos sordos a las advertencias.

El premonitorio informe decía, entre otras cosas, que "todas las condiciones están dadas para que nuevamente, con mayor fuerza, se propague con un claro efecto dominó en todo el país la ola de saqueos, cuya ‘psicosis’ traerá aparejada un descontrol institucional, tanto en la Nación como en la provincia, si no se toman rápidamente los recaudos necesarios para evitarla". Según informa el periodista Gustavo Rodríguez en La Gaceta, el informe también anicipaba "con gran eficacia cuáles serían los supermercados más afectados", ya que adelantaba que los conflictos comenzarían en la zona este de la provincia, donde se atacaría el Changomás y luego se pasaría a los comercios más chicos.

En su declaración ante el tribunal, Urueña manifestó que durante todo el 2013 hubo malestar en las bases de la Policía, aunque eso no figuró en el informe. Ese descontento fue lo que llevó a 200 policías a acuartelarse y, según el ex jefe de Policía Racedo, alcoholizados, armados y violentos, paralizar la provincia por un reclamo salarial. Todo esto ante la pasividad de los funcionarios que sabían con anticipación cuál era la situación.

Un dato saliente de la audiencia fue que otro factor de malestar en la fuerza fue el cambio de uniforme que impusieron desde el Ministerio de Seguridad. Según el ex titular de Inteligencia, "copiaron el modelo español y querían unificarlo". El descontento en los policías llegó porque el pago del uniforme corría por cuenta de los propios agentes y era compulsivo, según se desprende de las declaraciones del testigo. El precio rondaba los 15 dólares, menos de 6.000 pesos al día de hoy si se toma la cotización oficial.

Hasta el momento, durante el juicio se ha revelado que tanto el por entonces gobernador José Alperovich como el ministro de Seguridad, Jorge Gassenbauer y los funcionarios de la cartera, estuvieron al tanto de que la situación podía escalar pero hicieron poco y nada para evitarlo. También se supo, por boca del ex jefe de Policía Jorge Racedo, que eran alrededor de 200 los sublevados y que había "patotas de entre 15 y 20 policías de civil" que "recorrían las calles buscando los móviles del 911 para sacarlos de servicio". Estos policías sublevados, que habían tomado la Subjefatura, estaban armados y borrachos, según su declaración. La planta policial en aquel momento era de alrededor de 5.000 personas. Los 4.800 restantes gozaron del aumento salarial posterior conseguido por los "rebeldes". El propio Racedo declaró que hubo quienes "hicieron la planchita para sacar provecho" mientras él era corrido a las pedradas cuando intentó negociar.