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"Mató a mi hijo y a mi esposo": el relato de la sobreviviente del trágico accidente en Raco

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Un hombre de 24 años fue imputado por la muerte de tres persona, que durante el amanecer del domingo se encontraban sobre la ruta 341 tras haber tenido un siniestro. La versión de la mujer que logró sobrevivir.





Ayer martes se realizó la audiencia por el trágico accidente que ocurrió durante el amanecer del domingo a la altura del kilómetro 12 de la ruta 341 en Raco.

En el lugar perdieron la vida un hombre de 32 años, quien conducía un automóvil Palio color blanco, y un hombre de 41 años junto con su hijo de 9, quienes circulaban a bordo de una de las motocicletas. En tanto la tercera víctima, una mujer de 28 años que conducía el segundo motovehículo fue trasladada hasta el Hospital Padilla, y tras ser atendida por politraumatismos, los médicos que la asistieron confirmaron que se encuentra fuera de peligro. Las averiguaciones preliminares indican que los tres rodados circulaban en el mismo sentido este a oeste.

Seguidamente, los testimonios reunidos daban cuenta de la intervención de un tercer vehículo; una camioneta marca Toyota modelo Hilux  con el mismo sentido de circulación que, al parecer, “inmediatamente producida la colisión de estos vehículos, pasa por encima de las personas que estaban tiradas producto del accidente y sigue su camino sin detener la marcha”, siguiendo su marcha y dándose a la fuga.

Las víctimas fueron identificadas como Carlos Lencina y su hijo Facundo Lencina, mientras que la mujer es Carla Fernández. El otro fallecido sería Mauricio Pereyra. Todos oriundos de Raco.

Cerca del mediodía del lunes, en la Comisaría Yerba Buena, el conductor de la camioneta se hizo presente en compañía de su abogado, quien informó que su defendido fue protagonista del accidente ocurrido en Ruta 341 en inmediaciones al Club de Campo La Tuquita, y tras la consulta con la Fiscalía interviniente se convalidó la aprehensión del joven de 24 años, imputado por Triple Homicidio Culposo y otros delitos.

“Por consejo de mi abogado y por la falta de pruebas que hay hasta el momento, no prestaré declaración hoy”, sintetizó Gonzalo Francisco Lizárraga, de 24 años, que fue imputado por la muerte de las tres personas 

La calificación legal fue la de homicidio culposo agravado por la conducción imprudente, por la multiplicidad de víctimas y por darse a la fuga, en concurso con lesiones culposas a una cuarta víctima. Además, el juez Sebastián Mardiza aceptó el pedido de los acusadores y le dictó al imputado la prisión preventiva por 30 días.

Carla Fernández fue una de las cuatro personas embestidas por Lizarraga que terminó en el hospital Padilla debido a politraumatismos y a un fuerte golpe en la cabeza. En la audiencia de ayer la sobreviviente habló luego de escuchar todos los argumentos. Le respondió a la defensa que había mencionado que su marido y Pereyra habían dado positivo a la pericia de alcohol en sangre. “Fuimos al festival de Ticucho y ahí estaba Lizárraga tomando con mi esposo. Es cierto que mi marido había tomado; ¡pero él también! Por eso se fugó, para que no le hicieran la prueba de alcoholemia”, señaló Fernández mientras lloraba. Luego agregó: “fue él quien mató a mi hijo y a mi esposo, yo llegué al lugar y quise auxiliarlos porque estaban con vida y este chico no me dio tiempo a nada, se los llevó puestos y a mí no me mató de milagro, pero me dejó con lesiones por todas partes por los metros que me arrastró”.

El auxiliar Rogelio Rodríguez del Busto, siguiendo las instrucciones del fiscal de Atentados contra las Personas, Diego Hevia, presentó el caso en la audiencia y explicó que contaban con los testimonios de personas que pasaban por el lugar a esa hora y que intentaron ayudar a los heridos luego de ver el choque del Palio con las motos.

Un hombre declaró que había frenado su auto para orinar cuando vio -metros más adelante- el primer choque y que algunas personas habían quedado tendidas sobre la ruta. Vio que al momento de la colisión el Palio comenzó a zigzaguear y rozó a otro auto que estaba detenido a un costado de la ruta. “Había una oscuridad absoluta y pensé que tenía que ayudar. Adelanté mi auto por la banquina y lo estacioné dejando la baliza prendida, esa era la única luz que se veía. Cuando bajé vi pasar fuerte a la camioneta; el conductor frenó como a 80 metros más adelante. Le hice señas para que pare, porque había habido un accidente, pero el chofer dio arranque nuevamente y se fue. Cuando me acerqué (a la escena) vi tres cuerpos y me enteré de que la camioneta había chocado a otra persona más”, indicó el testigo. Más tarde, la Policía encontró quemada la camioneta de Lizárraga. Estaba sobre esa ruta, unos metros más adelante. Otro testigo reconstruyó de manera similar el hecho y precisó que la camioneta no chocó al Palio, sino que llegó a esquivarlo. Por lo cual, Pereyra podría haberse bajado del vehículo para auxiliar a los heridos cuando lo atropellaron, señaló La Gaceta.

Por otro lado, después de la tragedia Matías Loto se presentó en la comisaría de Raco y confesó que él iba de acompañante en la camioneta que manejaba Lizárraga. Explicó que vio que una luz los encandilaba y que luego sintió un fuerte impacto que los obligó a frenar. “Pensábamos que habíamos chocado a un animal, pero luego escuchamos los gritos y Gonzalo aceleró. ‘¡Nos van a linchar!’, me dijo”, explicó el joven, que agregó que abandonaron la camioneta más adelante y luego perdió de vista a su amigo.

El auxiliar fiscal hizo hincapié en la actitud de Lizárraga, que se fugó sin brindar asistencia a las víctimas y se mantuvo oculto hasta el mediodía, cuando finalmente decidió entregarse en una comisaría. “Por supuesto que el dosaje de alcohol le dio negativo; no había manera de que más de seis horas después esa pericia pudiera servir”, dijo Rodríguez del Busto, que planteó que desde el inicio de la causa el imputado ya manifestaba intenciones de entorpecer el proceso.

El acusador explicó que deben ubicar a otros testigos y tomarles declaración, además de realizar las pericias accidentológicas que -aclaró- suelen demorar debido a la gran demanda. Por eso pidió 30 días de preventiva para el acusado. El abogado patrocinante de las víctimas, Aníbal Atria, agregó: “Lizárraga es muy conocido en Raco y tiene recursos. Podría obstaculizar concretamente la toma de testimonios si no queda detenido”.

El defensor, Juan Colombres Garmendia, solicitó una medida cautelar más leve y propuso el arresto domiciliario por 15 días para el acusado, más el pago de una caución, pero sin aclarar qué bienes ofrecerían para embargar. Remarcó que en la causa no hay prueba de que su defendido haya estado alcoholizado, pero sí de que Pereyra y Carlos Lencina habían bebido. “Es posible que Pereyra haya causado la muerte de Lencina y de su hijo; además todos coincidieron en decir que el lugar estaba oscuro. Era muy difícil percibir que sobre la ruta había dos heridos y una moto tirada”, argumentó.

Por último, para intentar evitar la detención de su cliente, invocó el caso de la tragedia protagonizada el año pasado por Armando Zarlenga (h), quien atropelló y causó la muerte de dos motociclistas. Recordó que en ese caso se probó que el imputado manejó alcoholizado y que de todas maneras la causa terminó en una condena condicional (a través de un acuerdo). Luego de oír a todos, el juez Mardiza consideró prudente la medida y el plazo solicitado por la Fiscalía, e hizo lugar a la preventiva. La defensa impugnó el fallo.