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Quién es el "Asesino de Grindr", un tucumano que aterrorizó a toda Europa y será juzgado en España

CASO INTERNACIONAL

El asesinato del que se lo acusa horrorizó a todo un continente. Julián Ovejero fue detenido en el país en 2021 y ahora deberá afrontar el proceso judicial en tierras ibéricas. “Estaba ido”, admitió a las autoridades españolas. La condena a la que se enfrenta.

Julián Ovejero, detenido por la Policía Federal Argentina en 2021.





La captura de un sospechoso de asesinato siempre resuena en las esferas sociales, y en el caso de Julián Ovejero, el ruido fue especialmente fuerte. Conocido como el "Asesino de Grindr", este tucumano se convirtió en un personaje central en los medios europeos tras haber sido vinculado con un crimen particularmente violento. La historia, que comenzó hace dos años, llegará a un capítulo decisivo con el inicio del juicio en la Audiencia Provincial de Madrid.



Julián Ovejero fue detenido dos años atrás, en septiembre de 2021, tras 1288 días eludiendo a la justicia. Se le atribuye el homicidio de Najuzaith Zahell Díaz, a quien, según los informes, le propinó 65 puñaladas después de una noche juntos. El hallazgo se produjo en Argentina, país natal de Ovejero, y desde entonces ha estado bajo custodia esperando juicio.


Tanto el Ministerio Público como la acusación particular coinciden en la petición de 25 años de prisión para Ovejero, además de una indemnización de 29.000 euros destinada a la hermana de Díaz. Las circunstancias del crimen y la posterior fuga de Ovejero complican su situación ante la justicia, incrementando las probabilidades de que sea condenado a la pena máxima solicitada.


Un dato revelador sobre el perfil de Ovejero es su llamada a su madre el 25 de abril de 2018, un día después del presunto homicidio. La llamada contenía palabras simples pero cargadas de significado: "Mamá, me quiero volver". Proveniente de Tucumán, una ciudad del noreste de Argentina, Ovejero había viajado a Madrid con el objetivo de estudiar interpretación. Sin embargo, en su declaración ante el juez en marzo, detalló un estilo de vida marcado por excesos y fiestas. Esa declaración incluyó referencias al consumo de diversas sustancias y su profunda conexión con la religión católica.


El contexto de consumo de sustancias es relevante en este caso, ya que, según Vicente Garrido, catedrático acreditado de Criminología en la Universidad de Valencia, es común que los acusados intenten minimizar su responsabilidad apuntando al consumo de drogas o alcohol. A menudo, los individuos afirman no recordar los hechos o tener recuerdos fragmentados debido a la intoxicación. Esta postura busca distanciar la identidad real del individuo de las acciones del crimen.


Por otra parte, la declaración de Ovejero sobre su fe católica es interpretada por expertos como un intento de separar su verdadera identidad de las acciones que lo llevan al banquillo de los acusados. Esta estrategia es vista por especialistas como un mecanismo de defensa que intenta minimizar la responsabilidad en el crimen.


Con el juicio en marcha, los detalles de este caso continuarán saliendo a la luz, dejando en manos de la justicia la tarea de determinar la culpabilidad y la sentencia para Julián Ovejero, el tucumano conocido como el "Asesino de Grindr".

Fuga y captura

El conocido como "asesino de Grindr" evadió a la Justicia por un lapso de tres años. Tras el incidente, emprendió un viaje a Lima antes de regresar a Tucumán, su lugar de origen. Durante 1.288 días, logró mantenerse oculto hasta que fue identificado por la Policía, que posteriormente gestionó su extradición. Garrido señala que el intento de fuga del acusado no es sorprendente, ya que es una reacción comprensible el querer evitar una larga condena en prisión. El criminólogo añade que una persona que experimenta un brote psicótico y comete un delito bajo su influencia podría actuar de manera similar, motivada por el miedo a enfrentar una sentencia.

Durante la investigación, la Policía identificó restos de ADN de Ovejero en el domicilio de la víctima. Este material genético se contrastó con objetos personales que el acusado dejó en su vivienda alquilada en Chueca. Adicionalmente, las cámaras de seguridad registraron imágenes de Ovejero abandonando una residencia en Carabanchel esa misma noche. En sus aplicaciones de citas, se encontraron numerosos mensajes.

La detención de Ovejero se llevó a cabo en un barrio periférico de Tucumán, con el apoyo de Interpol. Allí había establecido una relación y logrado pasar inadvertido. A pesar de su solicitud de ser procesado en Argentina, fue extraditado a España en enero de 2022.

El terrible asesinato, en detalle

Najuzaith Zahell Díaz, de 35 años, había migrado a España hace aproximadamente cuatro años, originario de Puerto Rico. Al establecerse en Madrid, adoptó el nombre de Juan Manuel Díaz Santos. Este profesional de la informática, también autodenominado artista, se especializaba en programación, modelado y animación 3D. Residía en la calle Alejandro Sánchez, ubicada en el barrio de Carabanchel, y tenía una vida estable en la que ocasionalmente usaba aplicaciones de citas. 

El criminólogo observa: "Existen individuos que, por diversas razones, enfrentan desafíos en establecer relaciones íntimas. Pueden ser personas introvertidas, tener preferencias poco comunes o carecer de destrezas sociales. Las aplicaciones de citas ofrecen a estas personas una oportunidad que anteriormente no tenían, facilitándoles el contacto con otros que anteriormente se encontraba fuera de su alcance".

De acuerdo con la declaración del acusado en marzo pasado, Díaz y él se encontraron esa noche utilizando la aplicación Wapo, aunque previamente habían tenido encuentros coordinados por Grindr, hecho que la acusación refutó. El acusado narró: "Esa noche, durante un juego íntimo, le causé una herida superficial con un cuchillo. En un momento, lo lastimé involuntariamente en el cuello, lo que desencadenó su enojo y un intento por abandonar el lugar. No puedo recordar todo con claridad debido a mi estado alterado".

Esta situación degeneró en un altercado violento, resultando en múltiples heridas por arma blanca en Díaz, sumando un total de 65 puñaladas, siendo las más graves en el cuello y torso. Posteriormente, Ovejero explicó que, tras el suceso, se encontró en un estado de shock, lavó sus heridas, tomó el teléfono de Díaz y abandonó el lugar en un estado de confusión.

Sin embargo, según Garrido, aunque el acusado argumenta que se produjo una pelea, las pruebas forenses sugieren otra narrativa. El criminólogo sostiene que "las evidencias forenses contradicen esta versión debido a la brutalidad del ataque y la falta de marcas defensivas en el cuerpo de la víctima".