Monteros y su importancia en la historia de Tucumán
Marianina Alegret dialogó con Ana Pedraza en el programa La Tucumana de la Mañana (FM latucumana 95.9) y contó cuáles fueron los hechos que llevaron, hace más de 500 años, al cambio de sede de la capital provincial.

Se puede decir que estamos inaugurando una sección en el programa La Tucumana de la Mañana (FM latucumana 95.9): historia y cultura de Tucumán. En este contexto, Ana Pedraza charló con Marianina Alegret, quien a raíz de su artículo "Inundaciones, resistencia calchaquí y enfermedades: cuando el destino de Tucumán cambió su rumbo" vino a contarnos la importancia de Monteros en la historia de Tucumán.
Oriunda de la antes mencionada ciudad, "Nina" explicó cómo, el hecho de que se mude una capital entera (Ibatín fue la primera capital), cambió el rumbo de la historia hace 500 años. Según profundizó, para haber realizado este gran movimiento, tuvo que haber ocurrido algo muy importante y esto está relacionado con las condiciones precarias que se vivían alrededor del año 1500.
Hay tres causales por los que Ibatín no pudo seguir siendo la capital tucumana: primero, cuando llegaron los conquistadores españoles, se instalaron en Ibatín por la riqueza que había y por su ubicación estratégica, pero había mucha resistencia calchaquí contra los representantes del rey. Cuando el río el tejar fue desviando el cauce había inundaciones constantes, es imposible tener un desarrollo económico si constantemente se está destruyendo todo por la lluvia. Por último, las enfermedades existentes derivadas del crecimiento del arroyo, por ejemplo, el paludismo. Según contó Alegret, a todo esto se sumaba el incipiente crecimiento económico que empezó a tener Tucumán porque era la ciudad que unía Santiago con Potosí, con el Alto Perú, y desde acá se mandaba de todo.
Por eso, alrededor de 1570 cuando hubo una gran inundación, se realizó un cabildo abierto y los habitantes de Ibatín decidieron mudarse, a pesar de mucha resistencia por parte de otros monterizos, quienes tenían sus propiedades ya instaladas. Sin embargo, la peregrinación no fue fácil, ya que se demoraban alrededor de tres días para llegar de Monteros a San Miguel de Tucumán. Por esto, con muchísimo esfuerzo y resistencia se realizó la segunda fundación. “Podría haber sido distinta la historia pero seguramente no sería positiva por las constantes inundaciones de Monteros”, cerró Nina.