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24 de Marzo: del horror a la memoria, la verdad y la justicia

ANIVERSARIO

Hoy se cumple el 47° aniversario del último golpe de Estado cívico militar en Argentina. Una fecha para recordar a las víctimas de los más atroces crímenes cometidos bajo el terrorismo de Estado en nuestro país.

(Foto: Facebook H.I.J.O.S. TUCUMAN)





El 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas de nuestro país derrocaban al gobierno de Isabel Martínez de Perón, viuda de Juan Domingo Perón, electa vicepresidenta en las elecciones nacionales del 23 de septiembre de 1973, que quedó a cargo del Poder Ejecutivo tras el fallecimiento del líder justicialista el 1° de julio de 1974. También disolvieron el Congreso Nacional y anularon la Constitución. Desde ese 24 de marzo, fueron moneda corriente los secuestros, las detenciones ilegales en centros clandestinos, las torturas, el robo de bebés, los asesinatos y la desparición de miles de personas que hasta el día de hoy se encuentran en esa condición.

Se estima que alrededor de 30.000 personas fueron desaparecidas durante la última dictadura, que se extendió hasta 1983. En momentos en que se llega a la ridicula discusión sobre el número exacto de desaparecidos, vale recordar que se trata de un estimativo porque las detenciones y los juicios sumarios seguidos de muertes y desapariciones de las más inhumanas (como los llamados "Vuelos de la Muerte", en los que se tiraban víctimas al Río de la Plata; o como el descarte de cuerpos en el Pozo de Vargas, en Tucumán), se hacían en el marco de una ilegalidad que, obviamente, no dejaba registros. Además, en algunos casos el miedo a las represalias hacía que las familias nos denunciaran las detenciones ilegales. En los casos más extremos, la denuncia no se hacía porque la familia entera había caído en las garras del terrorismo de Estado. Reconstruir ese horror ha sido una tarea ardua de los organismos de Derechos Humanos en su infatigable lucha por la verdad.

En 40 años de democracia, Argentina se erigió como un ejemplo internacional al juzgar y condenar a los más altos mandos militares por los crímenes ocurridos en ese periodo. No fue de un día para el otro ni estuvo exento de contradicciones. Al juicio a las Juntas Militares durante el mandato de Raúl Alfonsín le sucedieron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que brindaban impunidad a quienes aseguraban "haber recibido órdenes"; y el indulto de Carlos Menem, ya en los 90, que parecía enterrar para siempre cualquier esperanza de reparación. Fue recién en 2003, bajo el mandato de Néstor Kirchner, que las leyes alfonsinistas se anularon y se volvieron a activar los juicios por lesa humanidad en nuestro país. Miles de testimonios y muchas condenas, algunas importantísimas como las de Antonio Domingo Bussi en Tucumán (con el atenuante de que la cumplió en un country, beneficiado por la prisión domiciliaria) o las de Luciano Benjamín Menéndez en Córdoba. Entre las deudas, ya irreparables, de la democracia se puede contar la desparición en 2006 de Jorge Julio López, un día antes de la condena a Miguel Etchecolatz por homicidios y torturas. López fue víctima de Etchecolatz durante la dictadura y era un testigo clave en ese juicio.

Además del juicio y castigo a lso reponsables materiales e intelectuales, un importante factor de reparación en nuestro país ha sido la recuperación de la identidad de 132 personas nacidas en centros clandestinos de detención y/o apropiadas durante la dictadura. La histórica lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y de la agrupacion HIJOS ha permitido que 132 personas puedan reconstruir su historia y encontrarse con su verdadera familia. El último caso se dio en diciembre último, y fue el de Juan José Cazorla, hijo de Mercedes del Valle Morales, detenida desaparecida en Monteros, Tucumán, en 1976 cuando tenía 21 años y su hijo apenas 9 meses de vida.

En el año 2002, por Ley de la Nación 25.633, se instauró el 24 de Marzo como feriado nacional para conmemorar el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Una fecha en la que se recuerda, con marchas y movilizaciones en todo el país, a las víctimas de la más sangrienta dictadura que sufrió Argentina, unificadas bajo la consigna "Nunca Más".