Un accidente lo dejó postrado, la planta lo ayudó y ahora es referente del cannabis medicinal
Mauricio Abate y Gabriel Mazza estuvieron en Hacé Fumá y contaron cómo un accidente de tránsito y el padecimiento de una abuela con artrosis fueron el motor para que hoy trabajen produciendo semillas de cannabis: "Me salvé".

Mauricio Abate estuvo tres horas con las piernas atrapadas entre los hierros retorcidos del colectivo que manejaba. Fue en 2008 cuando trabajaba como chofer de tour de compras y, al volver de Bolivia, chocó contra una rastra cañera. La mano izquierda y el brazo derecho rotos y las piernas afectadas fueron las dolorosas secuelas del accidente que lo dejó postrado en silla de ruedas durante seis meses. “Tuve la suerte de seguir estando acá… Me salvé”, confesó.
Para paliar los fuertes dolores había probado con calmantes muy fuertes que no hacían casi efecto y que le afectaban las funciones renales. Sin embargo, había encontrado una forma para combatir su sufrimiento: “lo único que me calmaba era un prensadito que un amigo me llevaba. Tenia que esperar que se vayan todos de la casa, entrar al baño y fumar”, explicó Abate.
Al año siguiente, para 2009, Mauricio conoció la revista de cultura cannábica THC y unos amigos de Paraguay le regalaron tintura madre (alcohol para friega con flores de marihuana maceradas). Eso si tenía efectos, los dolores comenzaron a ceder. “Ahí planté mi primera plantita. Comencé a cultivar y a informarme… hacer mis primeros aceites y cremas,” contó Mauricio sobre su flechazo inicial con la planta.
Fue el cannabis medicinal, también, lo que desató interés en Gabriel Mazza, otro tucumano que para esas épocas había comenzado a leer más sobre el cultivo de marihuana. En ese momento su abuela sufría de muchos dolores por una artrosis que la dificultaba cada vez más. “Le recomiendo a mi abuela que use una crema que yo había hecho con flores de marihuana. Ella me dice que sí. Me acuerdo que le refriego las piernas ese día. Salgo y a la media hora vuelvo a la casa y mi abuela me andaba buscando porque quería saber que era eso que le había puesto en las piernas. Aparece andando sin el bastón. Desde ese momento usa crema y también aceites”, relató Gabriel.
Pero ese fue solo el inicio, porque Mauricio y Gabriel se juntaron y comenzaron a realizar experimentos con semillas, cruzaban diferentes variedades de cannabis. Buscaban poder fabricar semillas con características únicas y con altas propiedades medicinales. Con el tiempo, eso que comenzó de manera amateur se fue profesionalizando. En la actualidad son palabra más que autorizada en materia de cannabis medicinal y dueños de su propia empresa a la espera que les aprueben doce semillas de producción propia para poder comercializarlas.
Para enterarte más sobre su proyecto podés ingresar acá: Cepas Medicinales Tucumán
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