"Leía 100 veces para que se me grabe todo": Enrique Orellana se recibió de abogado a los 57 años
El Mellizo legislador recibió su diploma el pasado jueves. Su voluntad por convertirse en un hombre de las leyes, una grave enfermedad en el camino y la admiración por su hermano José, "el último caudillo vivo que tiene el peronismo”. En 2023 irá nuevamente por la intendencia de Famaillá, con el título bajo el brazo.
José y Enrique en la ceremonia de entrega del diploma.-
Sonriente y orgulloso. Así luce en todas las fotos que el pasado jueves el legislador Enrique Orellana se sacó durante la ceremonia de entrega de su título de abogado, a poco más de seis meses de haber presentado y aprobado su tesis sobre la función de la Administración Pública Municipal, materia en la que tiene una basta experiencia debido a sus tres mandato como intendente de su amada Famaillá.
A tres días del evento, en el que estuvo acompañado por su hermano mellizo José Orellana, el ahora parlamentario brindó una entrevista a eltucumano.com donde habló de cómo fue tomar la decisión de ponerse a estudiar con más de 50 años de edad y una amplia carrera política en la tierra que lo vio nacer.
Sus años cursando la carrera en la Universidad San Pablo-T no fueron sencillos, ante la obvia dificultad de retomar los estudios después de muchos años alejados de los libros. “Para mí fue muy mortificante”, confesó, sin esconder que alcanzar el objetivo le costó, además de tener que afrontar una grave enfermedad que como describió, lo tuvo “parado” durante 11 meses.
Junto a su inseparable hermano José, son los únicos de seis hermanos que tienen título universitario y que lograron hacer sentir orgullosos a sus padres, que vieron a sus hijos convertirse en abogados.
Durante la charla, hizo un viaje al pasado y recordó los días en la plaza principal de Famaillá lustrando zapatos, la decisión de dejar Mar del Plata para acompañar al actual Jefe Municipal en su carrera política y, sin desearlo, ser un ejemplo para sus hijos e hijas, algunas de ellas muy cerca de convertirse en profesionales universitarios.
“Hoy yo no puedo ejercer mi matrícula porque la función pública me lo prohíbe, pero si me permite asesorar, enseñar o conversar con otro abogado y estar a la altura. O por enseñarles mis conocimientos de la Universidad o de la universidad de la calle que era de donde yo venía, pero que no era todo. Lo que me enseñó la Universidad no me lo va a enseñar nadie, ni 50 calles. Por eso le doy gracias a Dios y a mi Universidad”, explicó antes de dar paso a la política y confirmar que irá nuevamente por la Intendencia hoy ocupada por su hermano: “Si Dios y el pueblo me lo permiten voy a ser el Intendente más viejito. Van a ser cuatro períodos. Siempre le cuento a los más íntimos, que tengo más de 20 años organizando la Fiesta de la Empanada”.
- ¿Qué fue lo que más le emocionó durante la ceremonía de entrega de diploma?
Ya me había recibido los primeros días de marzo, pero faltaba este trámite especial, que era la entrega del diploma. Fue emocionante porque cuando entré a la Universidad para el acto te miden el dedo, en el que te vas a colocar el anillo que te entregan.
Cuando José se recibió (en 2013, también de abogado) me regaló su anillo. Eso fue como un compromiso de honor de que yo también tenía que seguir ese legado, esa conducta que él, con mucho esfuerzo, se había recibido.
Ahí fue cuando asumí ese compromiso y siempre pensando de que el día que me reciba iba a hacer lo mismo. Por eso cuando me tomaron la medida, yo les dije que pongan unos milímetros menos porque en mi pensamiento estaba José. Y así va a ser. Creo que son legados, conductas, pero más que nada compromiso y códigos de lealtad con quién uno eligió como conductor de la vida y que siempre nos ha llevado por el camino del éxito, del triunfo y es una persona a la que yo siempre he admirado.
- ¿Cómo fue estar acompañados por sus hijos?
Fue muy lindo. Yo tengo un hijo de 36 años y recuerdo que de grande he terminado la primaria. Cuando me recibí de la Secundaria en una escuela nocturna, mi hijo el mayor, Juan José, que todavía era niño, me entregó el título en la escuela Fabio Luna.
Hoy recibí un título de abogado, que estén todos mis hijos… No pudieron estar los seres más queridos, pero los tengo en vida. Mi papá, mi mamá, que con tanto esfuerzo nos criaron en donde faltaban muchas cosas, pero nunca amor. Y nos enseñaron valores, que era lo más importante para procurar ser una persona de bien.
Hemos salido a mí papá y mi mamá, que han luchado tanto para criarnos a seis hermanos, entre ellos dos que fallecieron de niños porque antes no había mucha accesibilidad a la medicina. Esas son cosas que quedaron marcadas en la vida de uno. Cerca de los 60 años solo me queda agradecerle a Dios por mis padres y tenerlos vivos, un poquito complicados de salud pero con la vitalidad de siempre, cuando te dan un abrazo te hacen sentir amados y que también procuro hacerles sentir. Porque cada vez que la veo a mi mamá le digo que la amo con toda mi alma porque es la razón del ser por la que uno vino al mundo y por la misma razón hacérselo sentir a los hijos. Creo que soy un privilegiado, Dios me ha dado muchas cosas, quizás más de las que merezco, pero también siempre puse de mi parte. Hay una entrega y un trabajo de toda una vida.
- ¿Qué recuerdos le vinieron a la mente al recibir el diploma?
Recuerdo el cajón de lustrar con José en la plaza de Famaillá, que hoy estamos reformando y soñando que sea la más linda de Tucumán.
También recuerdo que trabajamos en la feria. Tuve mi propio negocio y empresa, mis producciones. Después, venir a trabajar con José a pesar de que vivía en Mar del Plata y tuve que decidirme si seguir con mi empresa o venir con él. Creo que elegí bien. Acompañarlo, estar al lado de él, cuando ganó la Intendencia que nos costó muchísimo, porque cuando uno viene de abajo te juzgan mucho. Nos dijeron que no íbamos a durar y eso te toca el orgullo. Me quede a acompañarlo y después vinieron una serie de cosas, de acompañarlo en su sueño de ser Legislador, de acompañarlo desde la Intendencia y ahí vino esa cadena y yo sigo tratando de ser un eslabón más que lo cuide y lo proteja.
¿Cómo fue estudiar estando en el mundo de la política y de gestión diariamente?
Para mí fue muy mortificante. Te imaginás que después de décadas de no haber agarrado un libro, un joven lee 10 veces una hoja y se le graba. Leía 100 veces para que se grabe todo los que son leyes, artículos, códigos, incisos. Poder grabar normas o cuestiones constitucionales y en primer año buscaba el motivo para ver cómo hacía para zafar y salir en lo que me había metido. Y me costaba.
Nunca hubo un motivo ni una excusa. Hasta que llegué y dije 'esto no va más': hay que estudiar y estudiar. Me empecé a encerrar. El día viernes terminaba de trabajar y estaba encerrado hasta el lunes hasta que pude volver a hacer el hábito de volver a ejercitar mi mente y poder empezar a estudiar.
Llenaba de afiches a la vuelta de la casa. Donde iba había afiches escritos para que me quede en la mente (ríe). También tuve la suerte de encontrar un compañero, que es Maxi. Él era joven y se prendía a aprender de lo que yo sabía, por mi experiencia y él por su juventud me enseñaba a mí y nos complementamos y logramos llegar a los cinco años enteritos.
En los tiempos prudenciales pude recibirme, después de una larga enfermedad donde estuve 11 meses parado, en donde no tenía conocimiento muchas veces y ser operado tres veces. Pero vuelvo a mi casa un día y había un mail que decía ‘usted rinde el día viernes su tesis’. ¡Qué apuro! Pero ahí está la madera del líder como dice José. Había que meterse a estudiar, estudiar y estudiar y gracias a Dios.
- De qué fue su tesis y qué recuerda de ese día en que rindió su última materia
Mi tesis fue sobre la función de la administración pública municipal de Tucumán, que es algo que había preparado. Hasta que fui a rendir y Dios me iluminó, abrió mi mente y pude rendir con todos mis temores y mis miedos.
Cuando uno es grande siempre tiene miedo al fracaso . No por uno, sino porque quienes están ansioso. Te imaginás a un padre trabajador que le digan ‘tu hijo se está por recibir’. Es un sueño que todo padre quiere. Los hijos a los cuales pretendo que mis esfuerzos le sirvan y digan “si mi papá ha podido por qué yo no”.
Todo eso te hace dar miedo, tener miedo al fracaso. Pero si uno no se decide, a meterte, a profundizar, comprometerte, uno no lo va a lograr.
- ¿Hay alguien más con título universitario en su familia aparte de usted y José?
De nuestros hermanos somos los primeros. Después están viniendo nuestros hijos. Mi hija Lorena que ya está casi recibida de contadora; María Eva está peleando por ser administradora de empresa. Mi hija Janet se recibió de administradora de Salud y toda esa lucha mía ha ido dando la posibilidad que ellos se atrevan. Y eso también vendrá para nuestros nietos, ¡que tengo nietos grandes ya! Que me pasan en estatura, en peso y en todo. También viene para ellos.
De aquí en más que tengamos muchos hijos profesionales, con deseos, que sean innovadores y tengan vocación de servicio. La vida no es solo lo nuestro y si es para mucho mejor. Lo unico que nos llevamos de esta vida son las cosas buenas que hacemos.
- ¿Por qué abogacía?
Siempre dije que si otro puede, porqué yo no. Y José pudo, Sandra (Mendoza) pudo, por qué yo no. Y ahí estaba mi pregunta. Pero aparte de eso, siempre me gustó. Hoy me siento feliz.
Mi mamá a veces cuando viene gente y me consulta, que me pasa esto o aquello, y poderles explicar cosas, cuando necesitan un trámite laboral uno puede ser útil.
Hoy yo no puedo ejercer mi matrícula porque la función pública me lo prohíbe, pero si me permite asesorar, enseñar o conversar con otro abogado y estar a la altura. O por enseñarles mis conocimientos de la Universidad o de la universidad de la calle que era de donde yo venía, pero que no era todo. Lo que me enseñó la Universidad no me lo va enseñar nadie, ni 50 calles. Por eso le doy gracias a Dios y a mi Universidad.
En la Universidad San Pablo-T, el que estudia, responde, rinde y aprueba. Hay miles que quedaron en el camino. No porque es una universidad privada se va a adquirir un título. Es tan exigente como una pública. Hasta una pandemia tuvimos y nos tocó transformar el modo de estudiar. Nada es obstáculo cuando se quiere.
Enrique, Sandra Mendoza y José.-
- ¿Qué sigue ahora?
Esto es una de las partes, faltan muchas cosas pero no es por ambiciones. Decía Perón que el político que no tiene buenas aspiraciones es un muerto que camina. La vida es así, si no hay más sueños para que vas a estar quitando la posibilidad a otro.
Siempre digo que mientras tenga fuerza, ganas y el amor y la pasión que le puse a todos los actos de mi vida, voy a seguir adelante. Ahora, cuando no sienta lo mismo, cuando no tenga esa fuerza en ese mismo día voy a ser sincero y diré 'no va más, no tengo la misma fuerza, dejo mi vara a otro'.
- ¿Qué significa José Orellana para la política tucumana?
Es el último caudillo vivo que tiene el peronismo. Estaba Don Alberto Herrera, con ocho elecciones votado por el pueblo. Hoy José llegó a diez elecciones elegido por el pueblo. Dos veces concejal, tres veces intendente, tres veces legislador, convencional constituyente, diputado nacional. Es algo que nunca hubiéramos podido imaginar. También si se quiere, en cada sueño cumplido nacía otro sueño.
Nada valdría de las cosas que hicimos si no hubiese estado primero lo espiritual y lo cristiano. Se lo debo a José y a nuestro pueblo.
- ¿Cómo se ve en octubre de 2023?
Intendente de Famaillá de nuevo.
Y si Dios y el pueblo me lo permiten voy a ser el intendente más viejito. Van a ser cuatro períodos. Siempre le cuento a los más íntimos que tengo más de 20 años organizando la Fiesta de la Empanada y asesorando y acompañando en los últimos 26 años a los intendentes que estuvieron ahí. Yo, José, en un tiempo Patricia (Lizárraga), pero en todo lo que pude asesorarlos y buscar que su gestión sea buena estuve. No sólo porque sea mi hermano, sino para que se beneficie Famaillá.
Este es el beneficio que nos da también un Legislador, hoy una Senadora (Sandra Mendoza) que en la Nación luche por Famaillá y Tucumán, y un conductor nato que es mi ídolo: José Orellana.