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Tras 70 años extinto en Tucumán, liberan el primer tapir en San Javier

PROEYCTO DE REINSERCIÓN

Este lunes el "Proyecto Tapir" impulsado por la Reserva de Horco Molle junto a la Universidad Nacional de Tucumán, da un paso al frente en su trabajo por devolver al mamífero terrestre más grande de Argentina a su hábitat natural.





En Tucumán se perdieron varias especies animales por la modificación de los ambientes producto de la actividad humana. En parte esto se debe a que es la provincia más densamente poblada y eso tuvo un efecto negativo directo en la fauna. Sin embargo, desde la Reserva Experimental de Horco Molle (REHM) llevan adelante un proyecto conjunto con la Universidad Nacional de Tucumán que busca reintroducir el Tapir en la yunga tucumana tras 70 años de su extinción en la zona. Este lunes liberan el primer ejemplar  en el marco del "Proyecto Tapir", que busca tener una población estable con 50 o 70 ejemplares libres en los próximos 10 años. El apoyo de la comunidad es fundamental para el éxito del proyecto.

La primera presentación de Proyecto de Reintroducción se realizó en el Simposio Internacional de Tapires celebrado en Costa Rica en 2001. Veinte años después, la iniciativa está por dar sus frutos con la liberación del primer ejemplar. Se trata de una experiencia única en el mundo, en la que intervienen 11 instituciones y más de 20 especialistas, pero que necesita del apoyo de toda la comunidad para que los tapires vuelvan y se queden en los lugares de los cuales fueron expulsados por la caza furtiva y la modificación de los ambientes naturales. 




Según relatan los especialistas, el tapir es el mamífero terrestre más grande Sudamérica y es una especie importante en términos biológicos. Se los conoce como ‘el arquitecto del paisaje' porque influyen en la composición y la estructura de los paisajes vegetales en donde viven, favoreciendo la biodiversidad. Por otro lado, es una especie ‘paraguas’ porque, al tener grandes requerimientos de hábitat, protegemos al tapir y a otras especies menos carismáticas.

Con respecto a la elección de los ejemplares a liberar, el biólogo Diego Ortiz, responsable de Manejo Animal de la REHM, declaró a este diario que “es fundamental que no se trate de animales longevos; los seleccionados tienen aproximadamente dos años y ya están en etapa reproductiva, por lo que una vez liberados van a poder procrear. Un aspecto a considerar sobre esta especie es que tienen crías cada un año y medio o dos, por lo cual su reproducción es lenta”. Por otra parte, los candidatos a la liberación no nacieron en cautiverio, esto quiere decir que alguna vez tuvieron contacto con su hábitat natural. “Si bien no es el aspecto fundamental, porque también se liberarán animales que vivieron siempre en la Reserva, en esta etapa sí estamos privilegiando que no estén muy acostumbrados al hombre: elegimos los más ariscos, los que menos se dejan observar y acariciar. Sin embargo, lo más importante es que sean animales sanos”, puntualizó.

La Reserva de Horco Molle lleva adelante este proyecto en conjunto con la Facultad de Ciencias Naturales, el Parque Sierra de San Javier, y la Universidad Nacional de Tucumán en su conjunto, apoyados por la Dirección de Flora y Fauna perteneciente al Ministerio de Desarrollo Productivo.

Por su parte, el director de la Reserva, Juan Pablo Juliá expuso a eltucumano.com que:Tucumán ha sufrido un proceso de pérdidas de diferentes especies y de grandes mamíferos que no tiene parangón en otras regiones argentinas, salvo quizás en la provincia de Corrientes.  Lo que hacemos es recuperar parte de esa diversidad perdida”, explicó en diálogo con eltucumano.com 

“Han desaparecido el yaguareté, el venado de la pampa; Guanacos de la región chaqueña quedan en altura, pero en llanas desaparecieron; el tapir; el aguaraguasu; los osos hormigueros o pecarís meleros. Todo lo que eran mamíferos grandes. Los que aún quedan son pumas, pecaríes y corzuelas en yunga y la taruca y guanaco en alta montaña”, enumera.

 “Esperamos que lo que aprendamos con el tapir pueda ser aplicado a otras especies en el futuro.  El hecho de que seamos una provincia densamente poblada, no es excusa para que no podamos reintroducir y cuidar la fauna, recuperarla. En Europa hay grandes programas de recuperación que incluyen a carnívoros, son lugares densamente poblados también. Con normas claras y con voluntad política y social se puede convivir con la naturaleza”, expone.

“Los tapires son inofensivos y es nuestra responsabilidad y de todos cuidarlas y proteger, ayudar a recuperar parte de la grandilocuencia natural que tenía Tucumán que era por algo el jardín de la República, necesitamos que todos colaboren y que no lo desaprovechemos”, concluyó.