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Lágrimas de emoción en el aeropuerto: Luana vuelve a la vida después de 200 días

LA MEJOR NOTICIA

La pequeña había sido aplastada por la rama de un árbol en Parque Avellaneda dos semanas antes de las fiestas de fin de año y permaneció en coma durante casi dos meses. Este jueves regresó a la provincia y tuvo un recibimiento muy especial. La ayuda de Tini Stoessel. MIRÁ EL VIDEO.

Luana en su llegada al aeropuerto Benjamín Matienzo. (Foto: Javier Cacieccio)





No esperaban a Tini Stoessel, que canta este viernes en Tucumán. Tampoco esperaban a Lali Espósito, que lo hará en agosto. No se trataba de ningún ídolo juvenil, aunque bien podría serlo después de todo lo que superó. Esperaban a alguien que no veían hace más de seis meses. Una nena que permaneció dormida durante semanas. Una pequeña de ocho añitos a la que se le apagaron los ojos mientras jugaba y saltaba un domingo hermoso de sol. Esperaban a una niña llamada Luana, que este jueves volvió a su provincia, a su hogar, para quedarse.

En el Aeropuerto Benjamín Matienzo se vivió una tarde distinta este jueves. Un gran grupo de adultos y niños con afiches y globos se agolpó frente a la puerta de arribos. Gritaban, cantaban, aplaudían. Esperaban con ansias a su compañerita a la que no ven desde hace exactamente 200 días, cuando la rama de un árbol en el Parque Avellaneda hizo que fuera internada de urgencia en el Hospital de Niños.


Siempre estuvo con nosotras cuando estábamos tristes y solas; por eso todas la amamos y nos alegramos de que esté acá sana y salva”, decía una de sus compañeritas mientras aguardaban por ella en la estación aérea. la espera que se extendió un poco más de lo calculado. Se suponía que el vuelo llegaría 17:40 a Tucumán y terminó arribando 20 o 25 minutos después de horario. De todos modos, nadie se aburrió. Las chicas se divirtieron alimentando su expectativa, aplaudiendo y cantando por las dudas aparecía. Cada vez que otra persona cruzaba por la puerta, las niñas pronunciaban al unísono un “aaaaaaah” frustrante pero divertido a la vez. Hasta que el momento, finalmente, llegó.

Lágrimas de emoción se derramaron en el Benjamín Matienzo cuando sus compañeritas de 2° grado del colegio San Ignacio de Loyola la vieron salir por la zona de arribos del ala norte del hall principal. Hubo un leve silencio cuando lo hizo. Luana salió en silla de ruedas, empujada por su madre –que ya estallaba en llanto-, usando una gorrita rosa para el frío y barbijo. Sus amigas no la veían hace seis meses. Entonces, cuando levantó la manito y la agitó para saludar, la reconocieron. Ahí sí, los gritos y los aplausos volvieron a invadir el lugar. Hasta micrófono y equipo de música llevaron algunos padres para hacer más épico el momento.

Luana y su madre, junto con sus compañeritas y los padres permanecieron más de media hora en el aeropuerto. Querían que la pequeña inmortalizara el momento, ese reencuentro que tardó seis meses y 18 días en ser. La rodearon, la llenaron de abrazos y le cantaron algunas canciones conocidas y algunas compuestas por sus amiguitas. La mejor noticia del día, del mes, por qué no, del año.


 

Regresar de la oscuridad

El 12 de diciembre del año pasado, la rama de un árbol en Parque Avellaneda, en el patio de juegos del bar Mirasoles, se desprendió y cayó sobre la cabeza de la pequeña Luana. Otros dos menores estuvieron en ese lugar y resultaron con heridas leves. Pero la nena fue la que sufrió un traumatismo encéfalo craneano, que la llevó a perder el conocimiento. De la luz a la oscuridad, en cuestión de minutos.

Desde ese día, Luana permaneció dormida. Un coma inducido por los profesionales del Hospital de Niños para mantenerla con vida. Fueron numerosas las veces que la pequeña pasó por el quirófano para estabilizarla. Estuvo al borde del abismo y volvió.


El 18 de febrero, luego de varios días de permanecer estable, por recomendación de los médicos la familia viajó a Buenos Aires para iniciar un proceso de rehabilitación en el Instituto FLENI. Allí, después de varios días, despertó. 

Fue clave la ayuda de una famosa artista. Indirectamente, cabe aclarar. Todavía inconsciente, su madre, siempre a su lado, comenzó a ponerle música. Canciones de varios artistas pasaban en el playlist, pero hubo una en particular que le hizo brotar las lágrimas. Fue Tini Stoessel, según revela el tío de la pequeña. Luana volvió a reaccionar solo después de escuchar a la famosa cantante, algo que todavía sorprende a sus familiares.


Primer festejo

Por el coma producido por el accidente, Luna no pudo festejar en familia ni Navidad, Año Nuevo, ni Reyes. Tampoco pudo deleitarse con los huevitos de chocolate de las Pascuas. La pequeña se perdió medio año de sus ocho cortitos años. Y esto no quedará así, según su familia y amigas.

El próximo 22 de julio, Luana cumple 9 años. Ya están organizando cómo será la fiesta de cumpleaños. La lista de invitados, el lugar, el menú y, quién te dice, algún que otro artista que quiera sumarse al primer destejo después de seis meses. La coronación de una verdadera historia con final más que feliz.

¡Bravo por Luana y su madre! Bienvenidas a Tucumán.