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"¡Volvete a tu país, andate a Venezuela!": tucumana fue discriminada por ser morocha en Miramar

DISCRIMINACIÓN

En un arrojo de clasismo, xenofobia, ignorancia y discriminación, una mujer tucumana de piel morena fue insultada y tratada como inmigrante por otra mujer argentina. ¿Qué pasó?





Solana tiene 27 años y hace algunos días cumplió su sueño de mudarse a vivir cerca de la playa. Ella, al igual que la mayoría de los tucumanos y tucumanas, es de piel morocha y su cabello es ondulado, rasgos que si bien pueden ser propios de muchos lugares del mundo, la mayoría de las personas los relacionan directamente con la apariencia de quienes viven en países cercanos a Centroamérica, o de la propia Centroamérica.

Recientemente ha surgido en las redes sociales la campaña “Argentina es marrón”. En distintas cuentas de Facebook, Instagram, Twitter y hasta TikTok, personas de piel morena comparten sus historias de vida sumándose al movimiento “Identidad marrón”, para desmitificar ese imaginario o mito popular de que la mayor parte de nuestro país tiene tez blanca o clara, dejando invisibilizados a los millones de Argentinos y argentinas que portan en su ADN sangre de nuestros originarios o quizás con ascendencia afroamericana, o de países de medio oriente, o por cualquier otro motivo que los lleve a tener determinado color de piel que no sea, precisamente, blanca.

En ese sentido es que esta joven tucumana en su tercer día en Miramar, ciudad turística de la Costa Atlántica, estaba disfrutando del mar mientras trabajaba sentada en la arena, junto a su gata que estaba adentro de la transportadora en la que la saca cuando quiere llevarla de paseo.

“Estaba mandando un audio de trabajo a una clienta y en eso veo que se venían dos perros grandes. Un macho y una hembra según llegué a ver por los collares”, detalla.

Se me vienen a jugar obvio, porque son perros. Y en eso le digo a la dueña de los perros, una señora que venía a lo lejos de donde yo estaba que por favor los saque porque estaba trabajando y me pisoteaban las cosas, y que estaba con mi gata que se asustó. La gata estaba enojada, y en eso se le acercó uno de los perritos y se asustó también el perro”, explica Sol para eltucumano.

En eso me iba diciendo la señora que la playa no es mi oficina, que yo no soy de aquí (o sea de Miramar) y que me vuelva a mi casa: “Volvete a tu casa. Vos no sos de aqui. Mis perros pueden andar por donde quieran. Volvete a Venezuela”, le habría gritado esta mujer a la tucumana.

“Yo le estaba diciendo que era una irrespetuosa y que los animales van con correa. Y sino, no pueden molestar a otra gente. De ahí me dice ella de nuevo ‘Volvete a Venezuela. Volvete a tu casa’, y le digo 'que tenga un hermoso día señora'”, explica.

“Ella mientras se iba se daba la vuelta para mirarme. Yo la seguí con la mirada, y me dice de nuevo ‘¡Volvete a Venezuela!’. Yo con la mano le hice el gesto ‘Vení’, llamándola y me seguía gritando que me vuelva a mi casa”, terminó la explicación de la tucumana sobre esta tremenda situación que evidentemente mezcla tanto xenofobia, clasismo, racismo, y mucha ignorancia al respecto de lo que constituye a los rasgos de una mujer argentina habitante de este suelo.