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La Municipalidad de San Miguel de Tucumán inicia las obras de renovación del Mercado del Norte

en la capital

El intendente Germán Alfaro visitará el edificio que pasará a llamarse “Paseo del Norte”. Tendrá más de 80 locales comerciales.





Este jueves, el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, participará del acto de inicio de las obras del “Paseo del Norte” (Mercado del Norte) que tendrá lugar a partir de las 11 horas, en el acceso de calle Junín al 241.

La nueva obra que está emplazada en la céntrica manzana rodeada por calles Maipú, Mendoza y Junín, la cual se contempla dentro de un plan de revalorización del emblemático edificio y el sostenimiento de la memoria urbana, para poder potenciar la actividad comercial y recreativa que contribuyen a crear más atractivo en el micro-centro tucumano, articulando esa dualidad comercial/histórica típica de la ciudad.

“La intención es lograr un mercado moderno, respetando y conservando la fachada histórica, la cual forma parte del patrimonio provincial”, explicó el Secretario de Obras Públicas, Alfredo Toscano.

Según explicaron desde el municipio, la recuperación y puesta en valor del edificio, una vez terminadas las obras, contará con más de 80 locales comerciales, lo que significará la generación de aproximadamente 600 nuevas fuentes de trabajo en forma directa y más de 400 en forma indirecta. 

En comparativa un gran Ingenio en nuestra provincia emplea un poco más de 400 empleados, es decir que sería como ubicar en la ciudad de San Miguel de Tucumán casi dos Ingenios si se mira desde la perspectiva del empleo.

Reseña

Cabe destacar que el histórico Mercado del Norte se inauguró el 9 de diciembre de 1939 y cerró sus puertas de manera definitiva el 6 de marzo del 2021. 82 años después, el desprendimiento de la mampostería de dos columnas y un posible derrumbe obligó a su evacuación.

En el caso del Mercado del Norte su singular propuesta arquitectónica para la época, los nuevos materiales empleados y las resoluciones constructivas (en gran parte innovadoras) que fueron utilizadas para su ejecución, han permitido que sus espacios alcancen la flexibilidad y la funcionalidad que caracterizan a las construcciones industriales.

Actualmente, los cambios en los hábitos de consumo y las dificultades que enfrenta el Estado para gestionar estos espacios son medulares a su situación problemática y, con frecuencia, conllevan al progresivo deterioro de estos edificios. Abandono, degradación y falta de mantenimiento en contraposición a una notable vida y dinámica interior y en su entorno, nos marcan la pauta de su valor, no sólo arquitectónico, sino también desde la valoración de la comunidad.

El reciclaje de estos relevantes edificios es la clave para el sostenimiento de la memoria urbana en las ciudades y la restauración (principalmente de sus fachadas y de sus espacios interiores) es la consigna para sus rehabilitaciones, largamente esperadas y valoradas por el público.