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"Debería morir de vergüenza todo el poder judicial": el crudo y oscuro relato de Mariana Romero

POLICIALES

El martes por la madrugada Enrique Ginard fue asesinado en casa de su pareja en el barrio 11 de Marzo. Lo que pocos se imaginaban, es que con su muerte estaría quedando impune otro crimen: el homicidio de Héctor "Pichón" Araóz en 2003.

El lugar del crimen.





A raíz de un turbulento asesinato que sucedió la mañana del martes 24 de mayo en el barrio 11 de Marzo, la periodista de policiales Mariana Romero publicó lo que pudo averiguar mediante su propia investigación en un hilo de Twitter, dejando al descubierto una impactante historia que asegura, debería avergonzar al Poder Judicial.

“Esta mañana asesinaron a un hombre en barrio 11 de Marzo, en la casa de su mujer. Ese hombre era Enrique Ginard y no, no hay foto de él. Pero sí hay una historia para contar, una historia que debería hacer morir de vergüenza a todo el Poder Judicial”, comienza.

“Ginard tenía 44 años. Anoche (por el lunes), salió a robar con un amigo, entraron a una casa, se robaron un colchón y salieron a venderlo. Lo cambiaron por $ 400 y a esos $ 400 los cambiaron por vino y se pusieron a tomar en la puerta de la casa de su pareja. Entonces, llegaron dos personas en moto. Sin decir nada y sin sacarse el casco, la que iba atrás lo apuntó y le disparó tres veces. Ginard alcanzó a entrar a la casa, donde cayó muerto”, sigue.

Ginard no debería haber estado a esa hora en ese lugar si la Justicia funcionara en Tucumán. Debería haber estado preso. Pero no por el robo del colchón, sino por homicidio”. 

“Para contar esta historia desde el principio, hay que volver el tiempo atrás. 18 años y medio atrás. Corría el año 2003 y la zona de El Bajo de la capital tucumana era conocida por sus prostíbulos. Allí funcionaba Night Club, un cabaret regenteado por Mary Peñaflor (retengan ese nombre) y su marido, Hugo ‘Gato’ Díaz, de profesión policía”, continúa.

“La medianoche del 1 de agosto, Ginard, entonces de 26 años, entró al lugar y se pidió una cerveza. Por motivos que se desconocen y de acuerdo a la investigación fiscal, Ginard le pegó dos tiros al portero, Héctor Aráoz, que falleció casi de inmediato. Héctor Aráoz se había quedado sin trabajo y, como tenía varios hijos que mantener, entró a trabajar en el prostíbulo como portero. Le decían ‘Pichón’ y no pertenecía al ambiente prostibulario, pero en plena crisis de principio de siglo es lo que consiguió”, explicó.

Cuando se produjeron los disparos, todos huyeron del lugar, incluida la dueña, Mary Peñaflor, que llamó a su marido. El "Gato" Díaz (policía), llegó de inmediato al lugar. La fiscalía pronto dio con Ginard y lo acusó de ser el único autor del homicidio. Sin embargo, las sospechas sobrevolaban sobre la familia que regenteaba el prostíbulo”.

“En primer lugar, a Pichón no le tocaba trabajar esa noche, pero fue porque el hijo del matrimonio, el ‘Bicho’ Díaz, lo fue a buscar. Pichón se llevaba mal con el muchacho y ya le había dicho a su familia que quería dejar de trabajar por ese problema. En segundo lugar, Ginard no tenía motivo alguno para matar a Pichón. Y, finalmente, a la familia de la víctima nunca lo convenció que el primer policía que llegara al lugar y armara la historia fuese el marido de la madama del prostíbulo”, escribió la periodista de Los Primeros.

“Sin embargo, Ginard quedó como único sospechoso del crimen. A Mary Peñaflor y su marido, el policía, los acusaron de abandono de persona. No hay una explicación racional de por qué la causa se frenó tanto, como para tardar 18 años en llegar a juicio. La familia de Pichón nunca dejó de exigir justicia. Dora Cristina Aráoz, su viuda, se acostumbró a levantarse a las 5 para dejar el desayuno listo e irse caminando a Tribunales para ver si la causa avanzaba. Su hijo, Esteban, creció en pasilleando el Palacio de Justicia. Pasaron los primeros años, Ginard recuperó la libertad. Pasó la primera década y el delito de abandono de persona prescribió. Pasaron 15 años y Dora murió sin saber por qué no se hacía el juicio”, detalló.

“Finalmente, este año, llegó la noticia. El juicio ‘Ginard, Enrique s/Homicidio - Víct. Aráoz, Héctor’ tenía fecha de inicio: el 25 de abril. Ese día, por supuesto, se presentó la familia de Pichón a la audiencia. Pero, como era de esperar, Ginard no fue. Llevaba década y media en libertad y, al parecer, se había acostumbrado a ser hombre libre. Fijaron otra fecha pero tampoco se presentó. El juicio contra Ginard se suspendió por segunda vez”, sigue.

“Y en eso estaban los hijos de Pichón esta mañana, esperando noticias de las arduas tareas investigativas para dar con el paradero del acusado cuando se enteraron de que había sido asesinado. En la casa de su mujer. Evidentemente, ahí no se les había ocurrido buscar. Con esta muerte, se le esfuma a la Justicia la posibilidad de lavar un poco su vergüenza por haber tardado tanto en celebrar un juicio oral. El crimen de Pichón Aráoz acaba de ser sepultado en el infierno de la impunidad. Nunca se sabrá lo que le pasó esa noche”.

Tampoco se podrá saber qué pensaba declarar Ginard en el juicio y a quién complicaría. Mary Peñaflor, en tanto, quedó libre de culpa y cargo porque el delito de abandono de persona prescribió. Sólo le resta cumplir su condena por trata de personas, pero pronto quedará en libertad. Y así nos va ganando la oscuridad”, finalizó el cruento hilo.

En cuanto a este hecho, el Ministerio Público Fiscal informó a los medios que habían asesinado a balazos a un sujeto adentro de una casa del barrio 11 de marzo. “La víctima habría recibido tres disparos de arma de fuego. Investiga la Unidad Fiscal de Homicidios II”.

“Este martes, alrededor de las 7:00 horas, se registró un crimen en un domicilio ubicado en pasaje Bernardo de O'Higgins al 2100, en el barrio 11 de Marzo de la capital. La víctima fue identificada como Enrique Gabriel Ginard, de 44 años de edad. Según las primeras averiguaciones, el hombre habría sido ultimado de tres disparos. También se halló un impacto de arma de fuego en el portón de ingreso a la vivienda, propiedad de su ex pareja”, informan desde el MPF para la prensa.

“La mujer declaró que ella estaba durmiendo cuando escuchó estruendos en una edificación trasera del inmueble, donde existe otra construcción y se encontraba Ginard. De inmediato se asomó a una ventana y lo vio agarrándose el pecho, diciendo ‘me cuetiaron’, para después desplomarse. La señora llamó a la Policía, haciéndose presente personal del 911 y del 107, quienes constataron el fallecimiento”.

En el lugar intervino la Unidad Fiscal de Homicidios II, dirigida por Carlos Sale. Las actuaciones estuvieron supervisadas por el prosecretario Alejandro López Isla. A su vez, en la escena hizo un abordaje integral el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF), con la colaboración de la División Homicidios y efectivos de la Comisaría 13. Hasta el momento se desconoce la identidad y el número de autores del asesinato, así como el móvil del mismo también es materia de investigación”, cerraron.

Las noticias de La Gaceta sobre este caso: