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"Susana, contás conmigo": Alberto y Cristina Fernández recordaron a Marita Verón

20 AÑOS SIN MARITA

Por separado, el Presidente y la Vicepresidenta reconocieron la lucha de Susana Trimarco para encontrar a su hija, secuestrada un 3 de abril de 2002 por una red de trata de personas. “Quería estar presente acompañando a Susana, su madre, y a Micaela, su hija”, remarcó la vice.

Micaela Verón, hija de Marita, y Susana Trimarco, su madre, sostienen una foto de la joven tucumana secuestrada por una red de trata de personas.





El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández enviaron un sentido mensaje a Susana Trimarco, presidenta de la Fundación María de los Ángeles y madre de la joven Marita Verón, secuestrada por una red de trata de personas un 3 de abril de 2002.

Este último domingo se cumplieron 20 años de la desaparición forzada de la joven. En ese marco, y mediante videos separados, las máximas autoridades a nivel nacional reconocieron la lucha que lleva adelante Trimarco contra la trata de personas. Ambos coincidieron, además, en que el caso de Marita y la tarea incansable de su madre significaron un punto de inflexión en la forma de combatir el delito que explota gente con fines sexuales y también laborales.

“Conocimos la magnitud de la tragedia por la lucha incansable de su madre, de Susana Trimarco, que una y otra vez nos advirtió de la presencia de redes de trata de personas en nuestra tierra”, dice el Primer Mandatario, desde su despacho. “El trabajo de Susana, realmente es un llamado de atención a todos los que creemos que la política tiene un sentido ético y nunca debe ser dejado de lado. La política no puede mirar impávida estas cosas que ocurren en los tiempos que vivimos”, resaltó. 

Finalmente, el presidente le agradeció a Trimarco por su trabajo y le dejó un mensaje: “En estos 20 años, en que recordamos a Marita, quiero agradecerle profundamente a Susana todo el trabajo realizado, porque ha sabido convertir el dolor que, sin dudas genera la pérdida de un hijo, en una enorme lucha que no cesa. Susana contás conmigo. Lo sabés”.


Por su parte, la Vicepresidenta reveló sus ganas de estar presente en la conmemoración de los 20 años de la desaparición de Marita Verón, de acompañar a Susana, a Micaela –hija de Marita- y a todos los que integran y acompañan la lucha por la aparición de la joven tucumana. Destacó también lo que significó el caso para la sociedad tucumana y también para la argentina en general. “Sé que en estos días se la está recordando en diferentes actividades y quería estar presente acompañando a Susana, su madre, y a Micaela, su hija. Y a todos los compañeros y compañeras que forman parte de esta lucha. La desaparición de Marita fue un verdadero punto de inflexión que puso en la agenda de la sociedad la problemática de la trata de personas. Y fue la lucha de Susana, su madre, una vez más una madre, que con su enorme coraje impulsó las grandes transformaciones políticas e institucionales en los tres poderes del estado, que se dieron en estos veinte años para el combate de la trata con el objetivo de su erradicación”, valoró Fernández. Y culminó: “Falta mucho, todavía. Mucho. Pero, por Marita, por todas las mujeres que fueron y son víctimas de trata de personas en nuestro país y en el mundo, vamos a seguir juntas en este camino”.


 

El caso Verón

El 3 de abril de 2002, Marita Verón, de 23 años, salió de su casa hacia un hospital de la ciudad de San Miguel de Tucumán y fue raptada en un automóvil por un grupo dedicado a la trata de personas. Al pasar las horas, sus padres comenzaron a preocuparse por su ausencia y la buscaron por la zona, aunque en la comisaría no les quisieron tomar la denuncia. Por aquellos años, Daniel Verón y Susana Trimarco participaron de decenas de allanamientos a prostíbulos. Al día de hoy, Marita sigue sin aparecer. En recientes declaraciones a la prensa de la provincia de Tucumán, Carlos Garmendia, abogado de la Fundación María de los Ángeles, detalló: "Una pista nos lleva a que Marita fue llevada a España, nos lleva a ella viva. La pista aparece en la investigación, pero nunca terminó de cerrarse y está en trámite".

Según relata el sitio A24, gracias a la ayuda del entonces comisario tucumano Jorge Tobar, a quien el padre de Marita conocía del secundario, se pudo saber que la joven había sido vista tres días después del secuestro, a kilómetros de su casa. Le habían puesto tacos y tambaleaba, como drogada.

A partir de allanamientos y testimonios, se supo también que Marita había sido subida a un patrullero en la localidad de La Ramada, donde había llegado tras escapar de una fiesta de explotación sexual. Según cuenta el libro La red: la trama oculta del caso Marita Verón, de Sibila Camps, el jefe de la comisaría mandó a levantarla, la metió en un colectivo de media distancia y la trasladó de nuevo a Tucumán.

Desde entonces, la joven quedó atrapada en el laberinto de las redes de trata. Por esos días, una sobreviviente que era explotada en la zona reveló que Marita había pasado por manos de un proxeneta, quien la había tenido en su casa y luego vendido en 2.500 pesos a una whiskería de La Rioja.

De acuerdo al libro de Camps, "la tuvieron un tiempo en Tucumán, la llevaron a La Rioja, la volvieron a llevar a Tucumán, la volvieron a llevar a La Rioja, y en La Rioja la tuvieron yirando por los tres prostíbulos de una mujer llamada Liliana Medina". Se reconstruyó también que tiempo después uno de los hijos de Liliana Medina, José Fernando "el Chenga" Gómez, la habría tomado como su propiedad, la embarazó y la siguió explotando.

Según lo recolectado por la Justicia, esa red estaba vinculada con el poderoso clan Ale, parte de un grupo delictivo de Tucumán que en 2012 fue llevado a juicio por el secuestro con 13 acusados. Entre ellos estaban: los hermanos vinculados al clan "Ale", María Jesús y Víctor Rivero; la dueña de prostíbulos riojanos Irma Lidia Medina y los hermanos José Fernando y Gonzalo José Gómez.