"Me apagué": la cruda carta de la familia de Lucas Cabral, joven atropellado al salir de una fiesta
El joven tenía 14 años cuando un vehículo particular lo embistió y le arrebató la vida de forma instantánea. Jéssica Cabral, una de sus tías, revive detalles escabrosos de la madrugada más triste. El sentido texto que circula en las redes.

Lucas Cabral tenía 14 años. Lo atropelló una camioneta cuando salía de un 15.
El joven Lucas Cabral, de 14 años, murió el pasado domingo 13 de marzo, luego de que una camioneta Ford Eco Sport lo embistiera, en circunstancias que todavía se investigan, a la salida de un salón de fiestas de avenida Solano Vera al 1200, Yerba Buena. El hecho ocurrió entre minutos después de las 4 de la madrugada, cuando administradores del local de eventos pidieron a todos que desocuparan el lugar.
A dos semanas de la madrugada más triste de la familia Cabral, una de sus tías, Silvina, escribió y publicó una emotiva carta en las redes, en la que se pone en la piel del joven Lucas, quien, aseguran, estaba emocionado de poder asistir a la fiesta de 15 de una amiga junto a su primo Julián. Reproducimos el texto, a continuación:
Hola, soy Lucas Cabral. Hoy me levanté re emocionado porque tengo un 15 al cual mis papás María y Dani me dejaron ir porque me puse las pilas y rendí todas las materias que me quedaban para pasar a 4to. Ellos están felices, sé que su felicidad es porque quieren un buen futuro para mí. Le pedí a mi mamá que le escriba a mi tía Jéssica para que le dé permiso a mi primo Julián para que también lo deje ir a la fiesta, no quiero ir solo. Mi tía al final sí lo dejo ir. Fui a Buscarlo de la casa de mi tío Hugo y salimos a buscar lo que nos pondríamos a la noche, parecíamos mujeres de indecisos. Mientras tanto, visité a doña Carmen (abuela de Julián), hablé con ella y luego me fui, me bañé, me preparé y mis papás nos llevaron a la fiesta. Antes de irme, saludé a mi abuela Mecha y a mis primos. Bailamos toda la noche, la pasamos muy bien. Terminó la fiesta y nos pidieron que salgamos afuera, nunca iba a imaginar lo que me estaba por pasar. Mientras esperábamos a mis tíos Juan y Jesy que nos busquen, sentí un impacto. Caí y sentí un fuerte dolor de cabeza. Comenzó a salir sangre de mis oídos. No entendía porque todos corrían para verme. Solo sentí cuando mi primo Julián agarró mi mano y me dijo que nunca me soltaría. Agradecí tanto a mi tía que lo mandó esa madrugada, no me dejó solo. Comencé a dormirme, se me pasaron tantas cosas por mi cabeza. Mis papás, mi hermana Cande y toda mi familia. Me apagué. Yo no quería, pero alguien me hizo apagar. LUEGO VI A MIS PAPÁS LLORAR ENCIMA DE MI CUERPO YA SIN VIDA, PREGUNTÁNDOSE PORQUÉ. ¿POR QUE? LOS AMO, PAPÁS, A MI HERMANITA CANDE. FAMILIA SEAN FUERTES QUE YO DESDE EL CIELO LOS VOY A ACOMPAÑAR.
Jéssica Cabral, otra tía de Lucas y madre de su primo Julián, interrumpe su domingo para hablar unos minutos con eltucumano.com acerca de la fatídica noche que le arrebató la vida al joven de 14 años. Noche que no solo debieron llorar la muerte de su sobrino, sino también soportar una serie de acciones irregulares por parte funcionarios que se presentaron en el lugar para hacer el trabajo de rutina.
“Sus papas lo habían ido a dejar a la fiesta y nosotros lo fuimos a buscar. Nos dijeron que Lucas estaba en la banquina cuando vino un conductor a toda velocidad y lo chocó. Venía de una fiesta (el conductor). Lucas estaba paradito con otro grupo de chicos, no había controles, nada. En el momento que yo llego, ya había pocas personas y de la ambulancia en ningún momento se acercaron para decirnos que no pudieron hacer nada, solo una chica del salón”. Así recuerda Jéssica los primeros minutos en la escena.
“Hubo muchas irregularidades”, asegura. Jéssica, su hijo Julián y el resto de la familia que fue llegando al lugar, debieron esperar hasta alrededor de las 9 de la mañana para que alguien venga a levantar el cuerpo. El accidente había ocurrido cinco horas antes.
“No tenían cómo levantar el cuerpo. Tuvimos que cortar la calle nosotros, porque iban y venían los autos. Cruzamos los autos y ahí recién hicieron un llamado y vino criminalística. Es crudo lo que voy a decir, pero lo cargaron los familiares al cuerpo en la caja de la camioneta de la Comisaria de Manantial”, describe.
La indignación de Jéssica y de su familia creció aún más con el correr de los minutos. Al llegar a la dependencia policial, aseguran que el cuerpo de Lucas fue descargado y depositado en el suelo, sin cobertura de ningún tipo y sin instrucciones claras de ninguno de los oficiales de turno. “El cuerpo de Lucas estuvo en el piso de la Comisaría. Su mamá le limpiaba su carita con un algodón con agua. Al cuerpo lo taparon después porque nosotros pedimos sabanas o algo porque no tenían nada. Y ahí estuvimos hasta pasando mediodía hasta que llegó el servicio”, detalla la tía de Lucas y agrega: “Cuando te toca vivir estas cosas es que te das cuenta lo mal que está todo”.
Los restos de Lucas Cabral descansan desde hace dos semanas en el Cementerio de la Paz, en Camino de Sirga, localidad de El Manantial. Ahora, la misión de la familia del joven es conseguir Justicia rápida. “Lo que queremos es Justicia, porque ya nada nos va a devolver a Lucas. Queremos tener la tranquilidad de que esta persona que ahora anda libre tranquilamente obtenga lo que merece y que la Justicia actúe como tiene ser, sin beneficios de ningún tipo, porque entendemos que el responsable tiene contactos en el poder”, reclama.
Luego del hecho, los padres de Lucas pusieron inmediatamente la denuncia en la Comisaría de El Manantial. Ese mismo día, domingo 13, a las 22, el conductor de la camioneta fue liberado. El dosaje por alcohol le dio positivo. “Le dio casi 1”, aseguran desde la familia. La causa, que hoy está en manos del fiscal Pedro Gallo, avanza lentamente, según los familiares del joven. “Falta una carpeta de peritos para hacer la primera audiencia, no sé por qué se demoran tanto. Han pasado dos semanas y el asesino anda como si nada”, concluye Jéssica.